El Ayuntamiento de la ciudad señala que en su futura Ordenanza contempla la inclusión de informes como los que le requiere el TSJ a Madrid
La noticia saltaba ayer. El TSJ de Madrid anulaba parte de la Zona de Bajas Emisiones de la capital de España por no acompañarla de informes que valoraran las implicaciones económicas de restringir el paso de determinados vehículos en tres Zonas de Bajas Emisiones. El TSJ madrileño, que no entra a valorar si es necesaria o no esa Zona de Bajas Emisiones, lo que hace es considerar “insuficientes” los informes que justifican el establecimiento de estas áreas, sobre todo en cuanto a los estudios referentes al impacto económico para los más pobres.
Una cuestión que muchos mirarán ahora en las Ordenanzas de sus ciudades. En el caso que nos atañe, el Ayuntamiento de Palencia ha ido aplicando el viejo refranero. Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar. “Ha habido muchas ciudades que han ido aprobando Ordenanzas de Bajas Emisiones en los últimos años, pero han sido como conejillos de indias”, razona el concejal de Tráfico del Ayuntamiento de Palencia, Toño Casas.
Unas cobayas objeto del prueba-error que ha llevado a paralizar, derogar o modificar algunas cuando han llegado a los Juzgados. “Nosotros lo hemos hecho más despacio, pero aprendiendo de lo que les ha pasado a otras ciudades”, significa Casas, quien asegura que “las Ordenanzas de Bajas Emisiones hay que aprobarlas, sí o sí, no hay plan B” pero que estas deben hacerse bien.
Desde hace un año
Por ello, aunque hace 11 meses comenzó el proceso de consulta pública previa, el Consistorio aún no ha llevado al Pleno ni a la Comisión la Ordenanza, “porque estamos redactando informes que la acompañen. Algunos muy tediosos”.
Por ejemplo, un informe socioeconómico “muy completo” sobre la influencia de esa Zona de Bajas Emisiones en la ciudad y en sus vecinos, acompañada de algunas excepciones a las prohibiciones. “Porque consideramos que no todo el mundo en Palencia tiene capacidad para adquirir un vehículo de bajas emisiones”, aclara Casas. Lo mismo que las empresas, los pequeños empresarios o autónomos palentinos, que “quedarán incluidos en algunas excepciones” para la entrada a la Zona de Bajas Emisiones de la ciudad. Algo que ya se anunció hace casi un año.
Palencia: una Zona de Bajas Emisiones apta para el “95% de los palentinos” y visitantes
Una Zona de Bajas Emisiones que se circunscribe a la almendra de la ciudad: dentro de la superficie marcada por las avenidas de Casado del Alisal, Manuel Rivera, el Salón, la orilla del Río y Simón Nieto.
También, la Ordenanza se acompaña de un amplio proyecto así como de un informe de impacto de género de esta medida. “A pesar de fijarnos en lo que les ha ocurrido en este tiempo a otras ciudades, ¿estamos seguros de que está bien al 100%? . No lo podemos saber”, manifiesta el responsable municipal del Tráfico en la ciudad de Palencia, aunque insiste en lo completo de la justificación que realizará el Ayuntamiento.
Tanto, que espera poder llevar pronto los informes junto con la Ordenanza al Boletín Oficial de la Provincia. “La Ordenanza en sí, hace semanas que la tienen los grupos del Ayuntamiento y en cuanto tengamos todos los informes, irá a Comisión. A la del 7 de octubre para poder aprobarla inicialmente en el Pleno del mes de octubre”, avanza Casas.
Así controlará y multará Palencia el acceso a su Zona de Bajas Emisiones
Posteriormente, llegará el turno de exposición pública y presentación de alegaciones al texto y la normativa municipal durante un mes, antes de ser aprobada definitivamente para entrar en vigor a finales de este año o comienzos del próximo si se siguen los plazos normales. Tras esa aprobación definitiva, cabrá el recurso ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo, con la sospecha de que algunos grupos judicializarán el proceso, “algo que no han hecho en las ciudades en las que gobiernan”.
En ese caso, en el que la Ordenanza de Bajas Emisiones de Palencia llegue a los tribunales, serán estos los que determinen si el Ayuntamiento de Palencia puso bien a remojar sus barbas, al ver las Ordenanzas de otros tumbar.
