El Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid ha dejado visto para sentencia este martes el juicio contra R.L.V. al que se acusa de haber quemado la motocicleta y el turismo propiedad de otro varón en enero de 2020 en venganza, supuestamente, por ‘whatsappearse’ con su exnovia.
Pese a que el acusado ha negado la autoría de la doble quema, en respuesta únicamente a preguntas de su defensor, las acusaciones pública y particular han mantenido sus respectivas peticiones de dos y cinco años de prisión por delito de daños e indemnizaciones en favor de la víctima, por el mismo orden, por importe de 4.445 y 5.407 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Los hechos se remontan a la madrugada del día 3 de enero de 2020, cuando, sobre las 05.40 horas, una dotación policial fue comisionada para que se dirigiera al número 77 de la calle Villabáñez de Valladolid, donde, al parecer, había un vehículo ardiendo.
Personados en el lugar, los agentes observaron que se trataba de una motocicleta en llamas, por lo que comisionaron a los bomberos y la grúa municipal, que lograron extinguir las llamas de la motocicleta, una Yamaha IZF, si bien el siniestro afectó igualmente a un Audi A3 y un Seat León, con la particularidad de que la moto y el primero de los dos citados vehículos eran propiedad de una misma persona, I.N.A.
En su denuncia de los hechos, el afectado, al igual de lo que ha ratificado en el juicio, apuntó que esa noche, antes de irse a dormir, había estado hablando con una chica vía facebook, casualmente la exnovia del acusado, al que ya había denunciado en varias ocasiones por amenazas.
Además, horas antes del siniestro, el acusado había mandado a la víctima una serie de mensajes vía whatsapp que decían, entre otras cosas: “Así que ahora con C… eh, quieres que vaya a por ti, valiente?”, amenazas que no había leído en el mismo momento de recibirlos porque se encontraba dormido y fue más tarde cuando los leyó, sobre las 05.45 horas, después de que un amigo le llamara por teléfono para advertirle de que su moto estaba ardiendo en la calle.
Entre las pruebas incriminatorias del acusado figura el testimonio prestado en su día por un amigo de éste, M.A.B.R, quien estuvo esa noche con él y que, como así confesó entonces, apuntó a R.L.V. como la persona a la que acompañó en su coche hasta una estación de servicio de Las Flores, donde rellenó una botella con gasolina.
Instantes después, siempre según la versión entonces del testigo, ya fallecido–su declaración de entonces ha tenido que ser leída en sala–, ambos se desplazaron en el coche hasta una calle perpendicular a la de Villabáñez, donde R.L.V. detuvo el vehículo y lo dejó en marcha para, acto seguido, apearse botella de gasolina en mano y regresar al minuto.
“¡Vaya fogonazo que ha pegado!”, es la frase que el testigo puso en boca del acusado antes de que los dos salieran de allí a toda velocidad dejando la motocicleta y varios coches en llamas.