Un grupo de alumnos de 4º de la ESO del colegio La Milagrosa, coordinados por Roy Páramo de Llano, convierten Salamanca en un tablero de juego de escape y misterio literario
Alba Familiar / ICAL
Ignacio Yeltes es un policía forense jubilado con una curiosa afición que gira en torno al cine negro y a la literatura policíaca. Una mañana, aparece muerto en su domicilio de Salamanca en extrañas circunstancias. Pero antes de este trágico suceso, un amigo suyo recibió un paquete con apuntes de su última investigación: una serie de crímenes históricos relacionados con la literatura y ocurridos en la capital.
Ni Yeltes, ni el macabro suceso ni estos crímenes son reales. Estas líneas son la premisa que introduce una historia de ficción que convierte las calles de Salamanca en un tablero de juego donde descubrir la verdad que envuelve en misterio la vida de cinco escritores célebres: José de Espronceda, Emilia Pardo Bazán, Miguel de Unamuno, Federico García Lorca y Carmen Martín Gaite.
Estas historias conforman ‘Via Criminis’, un proyecto enmarcado dentro de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura de cuarto de la ESO en el colegio La Milagrosa. El profesor Roy Páramo de Llano junto a sus alumnos ha desarrollado esta historia dentro de la metodología ABP, Aprendizaje Basado en Proyectos, con la dimensión, APS (Aprendizaje de Servicio). “El producto final de nuestro trabajo revierte en nuestro entorno”, explica Páramo de Llano a Ical sobre esta iniciativa que recibió el ‘Premio Buenas Prácticas Docentes de Innovación Educativa’ otorgado por Escuelas Católicas Castilla y León y la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Cinco juegos
Así, el usuario se enfrentará a cinco juegos de escape por Salamanca con el que podrá conocer aspectos literarios y del entorno de la ciudad. Cada uno de estos juegos, referido a un personaje concreto, está basado en los cinco períodos literarios que se estudian en este curso: romanticismo, realismo, naturalismo, la época de las vanguardias y la posguerra hasta la actualidad.
“Todos los juegos comienzan con una narrativa propia de ficción que los alumnos han ideado y tiene que avanzar en esa narrativa, seguir un mapa que los envía a diferentes rincones de la ciudad y en cada uno de esos puntos resolver enigmas”, detalla el profesor. Para lograrlo tendrán que interactuar con el entorno, introducir la respuesta correcta y será el propio juego, mediante un chatbot programado también por los propios alumnos, conocerán si han acertado o no y, así, poder avanzar al siguiente nivel hasta completar un total de siete por cada autor.
Lejos de los métodos docentes tradicionales, ‘Via Criminis’ ha supuesto alrededor de 20 semanas de trabajo a estos alumnos de secundaria durante el pasado curso. “Ellos lo asumen con ilusión porque es algo nuevo, retador”, continúa Páramo de Llano, a la vez que es consciente de que este tipo de proyectos se extienden mucho en el tiempo. Pese a ello, los estudiantes los prefieren al ser “más motivadores”.
Una ruta literaria dentro de Salamanca
Bajo la premisa de aprendizaje de servicio, que busca dar respuesta a una necesidad del entorno, desde el área de Literatura fueron “conscientes de que Salamanca es una ciudad con un patrimonio muy vasto y muy rico, pero que, desde el punto de vista literario, considerábamos que no estaba todo lo explotado que podía estar”.
A este juego de escape y misterio le sucedió ‘Via Litterae’, con el que desarrollaron un mapa literario de Salamanca en soporte digital. Una apuesta más por trabajar con diferentes tipos de metodologías que, como señala el docente, “no es la práctica más extendida”, pero que poco a poco va ganando más adeptos en diferentes niveles, contextos y tipos de centro.
Con ‘Via Litterae’, profesor y alumnos buscaron identificar localizaciones en la ciudad que estuvieran relacionadas con la literatura. Bien con obras, como el Lazarillo de Tormes; autores, en el caso de la figura de Miguel de Unamuno o personajes literarios, como Calixto y Melibea. “Con ‘Via Críminis’ hemos ido un paso más allá y hemos utilizado esos recursos para construir esos juegos que permitan al visitante conocer la ciudad a través del vínculo que esta guarda con la literatura”, continúa.
Así, ambas iniciativas fueron presentadas al Ayuntamiento charro para su difusión, y llevado a aulas universitarias en las que son formados futuros profesores. Como los propios alumnos señalan, “cuando hago un examen o un trabajo queda en un cajón, y sin embargo ahora todo mi esfuerzo sale a las calles de mi ciudad y otras personas pueden aprovecharlo, verlo o disfrutarlo”. Porque este tipo de iniciativas son una muestra de que la innovación no es incompatible con los sistemas más tradicionales.
“Enseñar a nuestros alumnos con prácticas del pasado es robarles el futuro”
“Siempre decimos que enseñar a nuestros alumnos con prácticas del pasado es robarles el futuro, y que el mundo en el que vivimos es un mundo que cambia muy rápidamente y la educación no puede quedarse atrás”, expresa con confianza Roy Páramo del Llano al hablar de un proyecto que da por finalizado, pero al que le sucederán otros con los que trabajen “de manera más competencial, más instrumental, y que conecten los aprendizajes con la vida real”.
Un movimiento que “avanza lento, pero que no se detiene”, y que, como argumenta, este aprendizaje experimental puede llegar a permitir al estudiante un conocimiento más profundo en los contenidos. “No se trata de demonizar el libro de texto o la memorización o los exámenes, sino de enriquecer todos esos elementos con prácticas que inviten al alumno a no solamente saber, sino a poner en uso o en juego los aprendizajes y los conocimientos”, afirma el docente que ha propiciado que sus alumnos saquen escritores célebres de la literatura española a las calles de Salamanca, conectando la historia con el mundo actual y convirtiendo a la capital del Tormes en un tablero donde los misterios combinan con la originalidad y el aprendizaje.