Javier Gredilla asegura que, pese a las palabras, y hasta que no se vean los hechos, se siguen sintiendo “desamparados”
Una representación de los vecinos del Camino Viejo de Husillos se dio cita esta tarde en el Ayuntamiento de Palencia para conocer, de mano de la alcaldesa, Miriam Andrés, las novedades sobre las actuaciones municipales con respecto a la ejecución de las obras del salto de carnero que afectan a dicha vía de la ciudad.
Y tras la reunión y la rueda de prensa de la alcaldesa y Álvaro Bilbao, concejal de Urbanismo, actuando como portavoz de los vecinos, Javier Gredilla manifestó a los medios que el colectivo vecinal, “se sigue sintiendo desamparado. Seguimos saliendo y nos encontramos con unas pantallas. Tenemos a Lantania trabajando, al parecer ilegalmente. Esperamos poder ver mañana o en un rato, medidas”, confiaba.
En este sentido, sí se dio por satisfecho con las explicaciones y los anuncios hechos por el Equipo de Gobierno. “Lo que pedimos es lo que nos acaban de decir. Que nos defienda nuestro Ayuntamiento y sentirnos como personas. Ojalá podamos decir dentro de unos años que una palentina intentó defendernos ante Adif y que, ojalá se cumpla. Que se quiten las pantallas, que nos dejen dormir. Lo único que pedíamos eran unos servicios mínimos. En caso de que se quemara la casa que llegaran los bomberos; en caso de que nos pongamos malos, que llegue una ambulancia. En caso de que te llegue un paquete, te lo entreguen en casa, no que te diga Correos que tienes que ir tú a por él. Unos servicios mínimos durante dos años que, en los últimos 15 días no se han cumplido”.
En todo caso, estos anuncios han hecho que el colectivo haya desactivado la que sería su siguiente medida de presión. “Por ahora, no vamos a poner a la venta nuestras casas. Habíamos pensado hacerlo, poniendo como teléfonos los de Adif, que parece que puede disponer de nuestras viviendas, y también el Ayuntamiento”, señaló Gredilla.
Lo que no se paralizan son las concentraciones de los vecinos ante las obras, que se seguirán llevando a cabo los martes y los viernes a las 9,45 horas “hasta que veamos que se cumplan lo que nos acaban de decir”.
Y con todo y con eso, los vecinos no se manifiestan en contra de las obras de la LAV a Cantabria. “Todos entendemos que la Alta Velocidad es un bien común, pero vamos a hacer las cosas dentro de la legalidad”, concluyó.
Teniendo en cuenta que el concejal de urbanismo cobra una comisión de entre un 2% y un 4% por obra, ponerse de parte del ciudadano seria renunciar a mucha pasta. Mientras sigamos consintiendo todo a la clase política seguirán riéndose en nuestra cara. ¿Acaso existe otro empleo a parte de político donde el trabajador tenga influencia sobre su sueldo o sus condiciones?