Más de 500 personas, desafiando el frío y la nieve, rindieron homenaje a los mineros en un recorrido hasta el Pozo Rafael
El pasado sábado, Vallejo de Orbó volvió a iluminarse con su tradicional Procesión de las lámparas, un homenaje a los mineros bajo la protección de su patrona.
La jornada arrancó a las diez de la mañana con el Concurso de Ollas Ferroviarias. La Casa del Pueblo fue otro de los puntos de la celebración, albergando una exposición de fotografía. Sin embargo, el momento más esperado llegó a las siete y media de la tarde con el acto central: la procesión de las lámparas. Equipados con lámparas mineras o mejor dicho antorchas, y al ritmo de cánticos tradicionales de la minería, más de 500 personas desafiaron el frío y las alertas de nieve para acompañar a la patrona en su recorrido desde la Casa del Pueblo hasta el castillete del Pozo Rafael, donde se rindió un sentido homenaje a los mineros.
De regreso en la Casa del Pueblo, se celebró una misa seguida de la bendición de las tortas. Como broche final, los asistentes disfrutaron de un reconfortante convite de sopas de ajo, tortas y una copa de vino.
Esta procesión, recuperada en 2012 gracias a la Asociación para la Recuperación de Patrimonio Industrial (ARPI), ha crecido año tras año tanto en participantes como en actividades. En esta edición, se incorporaron nuevas propuestas como un recorrido de antorchas desde el vecino Orbó y una procesión infantil que acompañó a la ya consolidada procesión principal.