Castilla y León encabeza el ranking autonómico en peso de los mayores de 55 años en su población activa, con un 25,8%

El envejecimiento de la población continúa su tendencia alcista y la representación de las personas sénior en el total de la población activa es cada vez mayor. Castilla y León encabeza el ranking autonómico por peso de los mayores de 55 años en su población activa, con un 25,8 por ciento, cuando ese porcentaje era del 16,5 por ciento hace una década. En cifras absolutas, 289.800 de un total de 1.122.700. En el conjunto nacional, estas personas representan un 20,8 por ciento del total de activos, hasta cerca de 5,1 millones.

Por autonomías, sigue a Castilla y León en la cabeza del envejecimiento, Cantabria, con un 23,4 por ciento. En el lado contrario se sitúan Baleares (18,3 por ciento), Murcia (19,1 por ciento) y Andalucía (19,6 por ciento). En cualquier caso, en todas las Comunidades Autónomas la proporción de fuerza laboral sénior va en aumento y roza el 20 por ciento, según un estudio de Fundación Adecco.

Por provincias, Ávila, con un 28,9 por ciento; Teruel, 28,2 por ciento,; Zamora, 27,8 por ciento, y Burgos, 27 por ciento, lideran el ranking en España. En los puestos del seis al diez aparecen Soria, 26,6 por ciento; Valladolid, 25,8 por ciento; Palencia, 25,5 por ciento; y León y Segovia, 25,2 por ciento, en ambos casos. Salamanca se va hasta el puesto 18, la de mejor posición, con un 23 por ciento.

El informe indica que en el conjunto nacional en 2024, se contabilizan 137 personas mayores de 64 por cada 100 menores de 16, un índice del 137 por ciento que crece a un “ritmo desbocado, teniendo en cuenta que los indicadores de esperanza de vida y tasa de natalidad avanzan sin tregua hacia un invierno demográfico”.

El envejecimiento de la población, expone, tiene su impacto en una fuerza laboral cuya media de edad es cada vez mayor. Así, la representación de los sénior entre las personas que tienen edad para trabajar tiene un peso creciente, hoy del 21 por ciento, frente al 13,6 por ciento de hace una década y el diez por ciento de hace veinte años.

El estudio asegura que se trata de un segmento de la población que afronta “grandes prejuicios y estereotipos” en el mercado laboral que pueden conducirles a la inactividad, al desempleo de larga duración, a jubilaciones forzosas y anticipadas o a un mayor riesgo de “exclusión y pobreza”. “Todo un contrasentido, teniendo en cuenta que la edad de jubilación tiende al alza, siendo la contribución sénior clave para la competitividad del país”.

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, destacó que “el proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero en España y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo”.

“En primer lugar, la fuerza laboral es cada vez más sénior y urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad. Por otra parte, el envejecimiento trunca las perspectivas de reemplazo generacional, siendo urgente apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país, permitiendo aportar su talento a personas tradicionalmente inactivas como aquellas con discapacidad o mujeres que han dedicado su vida a la familia y ahora desean incorporarse al mercado laboral”, dijo.

El directivo argumentó que “no en vano, existe un problema de sincronización entre la formación de los trabajadores y los requisitos de las empresas, que dispara la tasa de desempleo, cuando, al mismo tiempo, las empresas no logran cubrir sus vacantes”. “Es urgente actuar, mediante políticas activas de empleo, para corregir este desajuste estructural. Además, habrá que abordar con diligencia el reto de la diversidad cultural, teniendo en cuenta el potencial de la fuerza laboral extranjera para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente”, sentenció.

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