A diez días del estreno del Pabellón Municipal de Palencia como sede de un partido de la ACB, las obras del pasillo de la cancha a la calle están lejos de culminarse
Cuando hace unos meses los responsables de la ACB se dieron una vuelta por el Municipal de Palencia dieron varios consejos al Zunder Palencia y al Ayuntamiento de la ciudad para adecuar la instalación a las exigencias del máxima categoría del baloncesto español. Recomendaciones que devinieron en obras, sufragadas por el Ayuntamiento de Palencia.
Las tres obras en el Pabellón de Palencia para adaptarse a la ACB
Por un lado, la reconstitución del parqué de juego, con un nuevo lijado y acuchillado, así como la incorporación de los patrocinios. Algo ya ejecutado. Por otro, para el aumento de la capacidad, el cambio de la barandilla metálica en el anillo superior por cristal o metacrilato y colocar allí gradas supletorias en el lado del río. De momento, se han instalado las gradas supletorias, pero los partidos habrá que verlos, por ahora, entre barrotes.
Pero, sin embargo, la obra de mayor envergadura es la construcción de un túnel de acceso directo desde la calle a la cancha. Una vía de la que carecía el Pabellón y que la ACB invita a tener para el tendido de todo el material necesario para las retransmisiones de Movistar y que también debe dar cabida a una tercera canasta que el club debe tener en reserva.
Preocupaba esta obra, como reconocieron a Palencia en la Red responsables del club en el mes de julio, cuando aún no tenían más que un puñado de jugadores. Y a buen seguro siguen preocupando ahora por el estado y marcha de las mismas y las consecuencias que se sufren en el pabellón. No solo el primer equipo de la ciudad, sino todos los que allí se ejercitan.
Porque el agujero, el túnel, ya está horadado en las entrañas del pabellón, pero a escasos 10 días para que visite el Municipal el FC Barcelona, varias personas conocedoras de la marcha de las obras en las últimas jornadas han manifestado a Palencia en la Red sus dudas sobre si las obras estarán acabadas para el viernes 29 de septiembre.
A la vista, una vez hecho el agujero de parte a parte, resta realizar la rampa desde en nivel de la calle hasta la cancha, con un decalaje de algo más de medio metro. Luego, volver a dar continuidad al anillo bajo que circunda la cancha y que une el fondo sur con el lateral del río, y también que permite la salida, de emergencia, por la esquina suroeste tanto del lateral como del fondo. Por último, restarán los remates y las conexiones de los servicios ahora alteradas.
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Polvo.
Al margen de si las obras llegarán o no a estar ejecutadas en su totalidad para el estreno ante el Barça o si se podría hacer un receso en la mismas, salvar como se pueda el encuentro del estreno y así ganar tiempo hasta el siguiente partido de ACB en casa, el 7 de octubre ante el Joventud, lo que las obras están generando son problemas para los equipos que entrenan en las instalaciones. Y no solo se trata del primer equipo de la ciudad.
Porque el polvo que hay en la instalación es notable, especialmente en la mitad de la cancha que da a las Huertas del Obispo. Allí los balones desprenden polvo cuando botan en el suelo. Polvo de obra que, como han comentado varios de los que allí se ejercitan, resbala, con lo que podrían darse lesiones.
Lo que se gana.
No cabe duda de que la obra de este túnel era necesaria. No solo porque el Zunder Palencia vaya a jugar en la ACB, sino para todo tipo de espectáculos que se quieran desarrollar en el pabellón municipal.
Porque a la hora de realizar un montaje, todos los elementos hasta ahora, debían introducirse a mano, dado que no hay conexión entre la calle y la cancha con anchura suficiente para introducir, por ejemplo, una carretilla elevadora. Ahora, con lo visto por el escaso hueco que dejan las tablas que tapan el acceso del nuevo túnel, se puede observar que la nueva oquedad tiene capacidad para, al menos un dumper, como el que se está usando en las obras.
Este espacio servirá también para guardar la tercera canasta a la que obliga tener la ACB a modo de reserva. Canasta que, por cierto, ya está en el pabellón, aunque varios metros por encima de donde quedará almacenada.