Borg, con tres puntos en 13 minutos, intenta un tiro. / @fotografiardiaz

Los palentinos claudican ante sus desajustes defensivos y el acierto ovetense desde el 6,75 (87-94)

El Palencia Baloncesto perdió esta tarde su segundo partido de la pretemporada, en este caso ante el Oviedo, en un encuentro en el que el peso de los tiros de tres decantaron el signo y el devenir del partido. Nefasto el de los locales, con apenas un 22% (5 de 22). Muy bueno el de los visitantes 14 de 21. Y aún así los palentinos se acercaron a los 90 puntos, con un tanteo final de 87-94. Si tres de los 17 tiros errados hubieran entrado… pero eso es ficción.

Arrancó el Palencia con la caraja del partido de Valladolid con dos pérdidas de balón. Wintering quiso hacer pesar lo galones y pareció tomar las riendas atacando incluso por dentro, aunque de forma individual. Además en defensa, sin Krutwig, el equipo se mostraba muy blandito.

En ataque, al menos, se castigaba con faltas a los asturianos. Dos jugadores -Doscak y López- sumaban dos en menos de cuatro minutos de juego. Lo mismo que Dimitrov, en el Palencia. Con todo, los de Pumarín se adelantaron en el marcador 7-13. Momento en el que Guil hizo el cambio inverso que en Valladolid, dando entrada a  Krutwig y Vaulet y sacando del juego a Chema y Dimitrov.

Pero ni por esas reacciona en defensa, por dentro, el Palencia que vuelve a conceder un 2+1, para colocar un 8-15. Marcador que trastoca los planes de Guil, obligado a llamar a los suyos al banquillo. Y a encender el microondas de Manu Rodríguez que, con su intervención en dos jugadas defensivas y otras dos en ataque, empujó a los suyos hacia el empate a 15. Tiempo para los ovetenses, que seguían explorando las puertas de atrás, los pases filtrados bajo el aro y que si no trasformaron era por su falta de acierto en franca ventaja.

Pero los desajustes defensivos, el ir al apoyo dejando a los tiradores libres (3 de 4 en tiros de tres para los asturianos), la falta de comunicación, volvió a horadar el juego y la confianza palentina. Al final del cuarto, 21-26.

Segundo cuarto.

Con mucho ritmo, dejando al aire las carencias defensivas bajo el aro del Palencia, esos desajustes, comenzó el Oviedo este segundo cuarto en el que, de nuevo, el conjunto local fue a remolque. Tanta intensidad le dieron los asturianos que los palentinos tuvieron que pararles en faltas. En menos de tres minutos y medio de juego, los palentinos cometieron cuatro.

Y precisamente fue a partir de ese momento, con Wintering y Mballa en cancha, cuando los palentinos se pusieron por delante en el marcador. Coincidiendo también con la técnica al entrenador visitante Javi Rodríguez.

Seis por delante para los palentinos mediado el segundo cuarto. Una defensa más cerrada, sin permitir tiros y entradas fáciles, la posibilidad de contraataques y, aún sin demasiado acierto en los tiros (54% en los de dos y 27% en los de tres) y con pérdidas de balón no provocadas (tres en el cuarto, para hacer 7 al descanso), pusieron por delante a los palentinos.

Una ventaja que, poco a poco, provocando mismatch con Wintering, los ovetenses fueron laminando. Aunque el golpe final fueron las dos jugadas finales del cuarto, con un 3 + 1 para West -que no logró el adicional-, pero recogió el rebote para finalmente lograr canasta y dejar la igualada al descanso. 47-47.

Tras el descanso.

Un minuto y dos faltas. Pérdidas de balón en la salida veloz (algo que Guil dijo que si es en transición lo puede perdonar)… La modorra no se le quitó al Palencia hasta pasado dos minutos. Y para entonces,  el Oviedo ya había vuelto a localizar los debes de conjunto local. Ahora, en la defensa de los triples que muchas veces los locales no llegaban a puntear, y que los del Principado con un gran acierto explotaron para mantener el marcador ajustado: 58-57 a cinco minutos.

Punto en el que Guil dio el primer relevo tras el descanso. Mballa bajo el aro, Wintering a los mandos, con Kamba, Borg y Dimitrov. Mientras, los visitantes explorando el triple una y otra vez, para irse en el marcador tras la técnica a Guil tras protestar un manotazo a Kamba en una entrada a canasta.

La zozobra se apoderó un poco del juego del Palencia que no daba con la tecla, con las fuerzas, para detener el juego rápido, vibrante de los de Pumarín. Tiempo muerto solicitado por un Guil muy cabreado. 62-69 a falta de 2,30 para finalizar el cuarto. Máxima ventaja visitante hasta entonces con un acierto en el triple en las antípodas del palentino (0 de 5 en el cuarto). Siete puntos de desventajada que se quedaron en 5 al final del cuarto.

Último cuarto.

Arrancó robando y encestando el conjunto local, al que su entrenador les recriminaba el excesivo bote de la pelota frente al incisivo ataque ovetense. Wintering se enarboló como el tótem palentino en las acometidas, asumiendo los tiros, casi sin jugar con el resto del equipo. Individualidades, bien, pero no a falta de tanto tiempo pensó Guil que le sentó en el banquillo tras un lanzamiento precipitado que acabó en nada. También pudo ser, como explicó posteriormente Guil, porque los tiempos de juego los está marcando el equipo deportivo y médico para no sobrecargar más a sus jugadores.

Guil: “Nos están faltando los automatismos y la comunicación defensiva”

Y, mientras López buscándole las cosquillas a Chema, lanzando por encima de la torre palentina. Con todo, el partido parecería constreñido, sin apenas ventajas de uno u otro lado.

Hasta que llegaron tres ramalazos en forma de triple del Oviedo que colocaron un -8 para los palentinos. 76-84, a falta de cuatro minutos y medio.

En esa renta se fue moviendo el marcador, con un Valinotti que, como ante Valladolid con Atencia, hería de muerte al Palencia cada vez que agarraba el balón. 21 puntos (12 de triple) le endosó al conjunto palentino. El ítalo-argentino fue despedido con aplausos por la afición palentina.

Con Vaulet y Krutwig en la cancha, el Palencia intentó jugar ahora por dentro. Lo vio claro el técnico ovetense que no tardó en parar el juego para amarrar los cuatro de ventaja al 2,20 del final (84-88).

A la desesperada trató de engancharse el Palencia Baloncesto, pero en el camino perdió a Wintering, por cinco faltas (eliminado como en Valladolid). Curiosamente, un triple de Kamba cerró la anotación de partido: 87-94.

Entre los palentinos, el más valorado fue Krutwig con 20 items. También el máximo anotador, con 16 puntos.

El próximo partido del conjunto palentino, este sábado en Zamora.

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