La experiencia inmersiva de realidad virtual de la Fundación ”la Caixa” ofrece a los palentinos un espectáculo único con Gustavo Dudamel
La alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés; el concejal de Cultura, Francisco Fernández; la delegada de la Fundación ”la Caixa” en Castilla y León, Rosana Cano; el director de Área de Negocio CaixaBank en Palencia, Daniel Llorente; y el asesor del proyecto, Marcel Gorgori, han presentado hoy Symphony, un viaje virtual al corazón de la música clásica.
En la película Symphony, impulsada por la Fundación “la Caixa”, con la colaboración del director Gustavo Dudamel, el espectador podrá situarse en medio de una orquesta sinfónica en esta experiencia inmersiva puntera a partir de tecnología de realidad virtual, que tras su estreno en CosmoCaixa (Barcelona), llega a en el marco de una gira que recorrerá un centenar de ciudades de España y Portugal durante diez años.
Symphony está formado por dos unidades móviles que se despliegan y se convierten en dos salas de cien metros cuadrados cada una. En la primera de ellas se puede ver una película panorámica que introduce al espectador en este viaje y le guía solo a partir de sonidos. La segunda unidad está dedicada a vivir la experiencia de realidad virtual.
Cuando el espectador se coloque las gafas, verá cómo, de repente, su entorno ha cambiado. Ahora se encuentra en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, sentado en una silla y el maestro Gustavo Dudamel, alma de la Fundación Gustavo Dudamel, le da la bienvenida. A continuación, se verá rodeado de los músicos de una orquesta sinfónica, todos guardando silencio, esperando a la indicación del director, que dará enérgicamente la entrada de la Quinta sinfonía de Ludwig van Beethoven. Las famosísimas cuatro notas que inician esta sinfonía marcan el comienzo de la experiencia.
El espectador verá a los músicos distribuidos por el escenario en su forma habitual, por familias de cuerdas, viento, metal, percusión, y los sentirá muy cerca de una forma real, así como vivirá de lleno la energía y la mirada del director, situado justo delante de él. Este experimento musical le permitirá girar la cabeza de lado a lado y arriba y abajo para adquirir nuevas vistas y perspectivas de una orquesta sinfónica y sus instrumentistas.
Esta experiencia inmersiva tiene una duración aproximada de cuarenta minutos, repartida en dos tiempos. Comienza con la proyección de una película panorámica y sigue con un salto a la realidad virtual que permite un visionado en 360 grados de la Mahler Chamber Orchestra, dirigida por Dudamel, y grabada en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.
La propuesta transcurre en dos unidades desplegables, de cien metros cuadrados cada una: el primer espacio está dedicado a la proyección de un filme en pantalla grande (12 minutos) y el segundo está destinado a la película de realidad virtual (12 minutos). En el primer ámbito se ofrecerá un preámbulo sonoro y visual de la vivencia virtual. Se trata de una película sin palabras en la que el sonido y la música conducen la historia. Su finalidad es generar una oportunidad para tomar conciencia de los paisajes sonoros que nos rodean a diario y en cualquier lugar.
Tres jóvenes músicos de diferentes partes del mundo protagonizan esta proyección inicial, rodada en Colombia, Nueva York y la costa mediterránea. A través del retrato de los sonidos y de las músicas propias de los lugares donde viven, podremos entender cómo cada uno de ellos está conectado con los sonidos y la música de su entorno. Mediante este mosaico de contrastes, el espectador descubrirá cómo estos sonidos aleatorios, gracias al ingenio del ser humano, se convierten en música conectando así diversas culturas.
Una vez visto este primer audiovisual, los espectadores accederán a la experiencia musical de realidad inmersiva a través de los dispositivos de realidad virtual. Tras escuchar la Quinta sinfonía de Beethoven y de ver desde primera fila a Gustavo Dudamel, la vivencia se trasladará a otro espacio: el taller de un lutier. Allí, el público podrá escuchar el sonido de la madera mientras es esculpida por las manos del artesano constructor de los instrumentos de cuerda, antes de introducirse dentro del violín en el que trabaja y, posteriormente, en el interior de una trompeta.
Haciendo hincapié en el poder emocional de la música, el espectador aparecerá acompañado de la melodía del inicio de la Primera sinfonía de Gustav Mahler, rodeado de un entorno íntimo y especial, para finalizar este viaje, de nuevo con la orquesta, que ahora mientras interpreta el jovial Mambo de West Side Story, de Leonard Bernstein.