Alimerka Oviedo - Súper Agropal Palencia Baloncesto. 19/12/24. Foto: Javier Estévez
Alimerka Oviedo - Súper Agropal Palencia Baloncesto. 19/12/24. Foto: Javier Estévez

Los palentinos agarran la novena victoria en un partido que se les complicó justo antes del descanso y que acabaron venciendo (71-91)

No le es ajena la cancha de Pumarín al Palencia ni a sus aficionados. Pequeña, una caja de resonancia donde el baloncesto se vive de forma intensa, en la que Palencia ha sufrido de todo. Desde victorias dulcísimas a derrotas muy duras. El efecto Pumarín lo llamaban.

Estreno para NGuessan en el conjunto morado, hoy de azul, con demasiado protagonismo. Y casi la despedida de Mballa.

Saltaron los palentinos con Krutwig, Pablo Hernández, Borg, Vaulet y Oroz. Estrenó el marcador Langarita, desde el tres, uno de los puntos fuertes de los locales. Fallones los palentinos hasta en las juegadas por el interior y concediendo demasiados rebotes.

Suerte para los visitantes que los locales tampoco andaban demasiado acertados y que Krutwig se puso el mono de faena para liderar a los palentinos haciéndose fuerte bajo el aro, fabricándose las jugadas o aprovechando el trabajo para él del equipo. 10-15 consumidos cinco minutos y tiempo muerto para el equipo carbayón.

Se estancó el partido, con una consecución de varias jugadas bien defendidas por ambos conjuntos. Vaulet, con un dos más uno logró ampliar la ventaja de los de Guil, que dio entrada a Manu a falta de casi tres minutos para acabar el cuarto en el que Chema se jugó como pívot buena parte de los 10 minutos. Sin anotación, pero desesperando al ataque local. Y al técnico local, que tras una falta pitada contra Chema, se ganó la técnica por protestarla. Tras anotar los dos tiros libres, cedió el testigo a NGuessan. Al final del cuarto, 17-25 tras canasta sobre la bocina de Kunkel.

Segundo cuarto

Menos de un minuto de juego para el neerlandés y primera falta con el Palencia pero tambien primera canasta, de mate, a pase de Wintering. Los palentinos se iban en el marcador. Y en cancha, Mballa, hoy de 4.

Recortaron diferencia los locales a base de los tiros libres y las faltas cometidas por los palentinos, algunas estúpidas. Se estaban revolucionando demasiado los de Guil, que no tuvo más remedio que llamarlos al banquillo. Su primer tiempo muerto, para pedir más calma. Más paciencia.

Y dio resultado, porque el Palencia le volvió a coger la cara al partido marchándose de 13 puntos, con la inestimable colaboración de Pablo Hernández desde el triple. Pero también gracias a los robos de la línea defensiva para salir como cohetes hacia el aro local. 26-40 a falta de 4,30 para el descanso.

La velocidad de juego intensificó. El balón corría de un lado a otro de la cancha. Y en ese correcalles, el Palencia se dejó parte de la ventaja, que se quedó en siete puntos. Tiempo muerto de Guil. Bache anotador de los visitantes, que se dejaban canastas a medio camino. Todo lo contrario que el Oviedo, que se puso a tres puntos mientras Pumarín se volvía loco. Al descanso, 41-44, con un parcial de 10-0.

Tercer cuarto.

Tras el desastroso final de la primera parte, los morados no comenzaron con buen paso. Marraron tres ataques, dos de ellos sin tirar si quiera. Al menos, la defensa funcionaba para no dejar ocasiones claras a los oventeses.

Como en la primera parte, Kurtwig y Vaulet fueron los pilares para apoyarse en el ataque y volver a abrir un poco de ventaja en el marcador. Juego interior con el pívot, de todos los lados con el argentino, para la reacción de los de Guil que volvieron a poner los dos dígitos de diferencia en cuatro minutos de juego: 45-55. Tiempo muerto local.

Borg se ganó en ese momento una técnica, entendieron los árbitros por simular una falta. Guil lo mantuvo en cancha con el tercer mejor +/- de los suyos en ese momento a pesar de su -2 en valoración individual. 14 de ventaja para los del Carrión, que seguían explotando a Krutwig. Solo a falta de dos minutos y medio, Guil dio entrada a Chema para defender como sólo él sabe.

Se destapó en esa fase Kunkel. Entradas, tiros de cuatro metros y triples. 13 puntos para llevar al Súper Agropal Palencia con 20 puntos de diferencia: 51-71.

Último cuarto.

Al Oviedo se le hizo cuesta arriba el inicio del cuarto con un acierto en el tiro bajísimo. La ventaja se mantenía en los 20 puntos, con NGuessa en cancha, que deleitó a la hinchada palentina con un tapón de los que hacen afición.

Él también se vio involucrado en la jugada del partido, expulsado junto con Marti en el Oviedo por un conato de tangana  en la que también fue expulsado Menuge. El fichaje palentino había anotado cuatro puntos.

En la siguiente jugada, el trio arbitral también expulsó a Borg, por entender que había vuelto a simular una falta.

Se calentó el Oviedo desde la línea de tres y le entró el canguelo a los morados que volvían a ver cómo los locales les limaban la ventaja que se quedó en 13 puntos a flata de tres minutos. Pumarin presionó. ¿El efecto Pumarín otra vez?

Suerte que Kunkel estaba on-fire. Y Manu también. Las manos dejaron de temblar, la ventaja se volvió a ampliar y la tranquilidad volvió a las filas del Súper Agropal.

Al final del encuentro 71-91, y novena victoria para los morados.

Entre los palentinos, el máximo anotador Kunkel, con 21 puntos ,y Vaulet, con 20 puntos, el MVP con 32 Items.

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