El conjunto palentino venció por 22 puntos en un mal partido que cerró la participación de los morados en la Copa España (83-61)
Poco se jugaba hoy en el Municipal de Palencia. Último partido de la Copa España en el que había más que perder que ganar. En el que había más peligro de enseñar vergüenzas que de sacar lustre.
Y como tal se notó. Entrada poco más que aceptable para un partido en mal día, en mala hora y con un rival sin picante para el aficionado que, eso sí, pudo reencontrarse con Merlo, el italoargentino del ascenso.
Malo fue el comienzo del partido. Con muchos fallos por parte de ambos equipos. Unos por la categoría que se les supone, Segunda FEB, los otros por la falta de intensidad y porque, parece que el primer cuarto no es del Palencia. Apenas nueve puntos en nueve minutos de juego que fueron a 12 al final del cuarto gracias a un triple de Dimitrov.
Pero ese triple no levantaba el marcador que se fue a la bocina con un 12-10 para los palentinos que en esos 10 primeros minutos habían perdido siete balones y tenían un balance de 3 de 10 en tiros de dos puntos y 2 de 7 en los de tres. Y no es que Guil hubiera salido al partido con los suplentes. Repitió el cinco inicial de los últimos partidos: Oroz, Borg, Kamba, Vaulet y Krutwig.
El segundo cuarto no comenzó mucho mejor. De forma que Guil no tardó en llamar a capítulo a los suyos. O se crecía en intensidad, o… y el equipo mejoró. Le cogió la media al partido. Comenzó a robar, a imponer su ritmo sin tanto error. Ni en los pases ni en los tiros. Así, mediado el segundo cuarto el marcador ya reflejaba la ventaja que debía haber imperado: 32-19. De forma que Guil, que quería intensidad pero no perder efectivos y ante las ausencias de Chema y Manu lesionados, dio salida a Pinilla, del Venta de Baños, vinculado.
No se amilanó el Ponferrada que compitió con garra y que, aunque a distancia, no dejaba que el partido se acabara. Su arma, tirar de triples y metiendo alguna de esas, o con una jugada en la que lanzaron cuatro tiros libres (por falta de Oroz y antideportiva de Vaulet).
Al descanso, 39-28.
Segunda parte.
Con el bocadillo a medio digerir salió el Súper Agropal del vestuario. Los primeros tiros sobre canasta fueron para los visitantes. Los morados no llegaban ni a tirar. Así que los del Bierzo si no se acercaron más en el marcador que a un 39-30 fue por sus propios errores de ejecución y puntería, porque ocasiones tuvieron varias.
Tiempo muerto de Guil, mientras los jugadores del banquillo les pedían a los de la cancha un poco más de intensidad. Si no en intensidad sí que al menos no se volvió a ver apatía en el equipo, aunque el acierto se había quedado en el vestuario, salvo para Kunkel que sumaba ya tres triples y era el que más lo intentaba. 51-33 a falta de poco más de 4 minutos para el final del cuarto. Lo cierto es que el rival tampoco les hacía a los palentinos tener que esforzarse. 18 puntos de ventaja en un partido malo. Muy malo.
Al final de un tercer cuarto en el que poco se podía sacar en limpio, 62-41 en el marcador para los palentinos que sumaban un 50% en tiros de campo.
Último cuarto.
Con una diferencia tan abultada en el marcado, el Palencia tampoco le puso demasiado interés en gastar unas energías necesarias para el partido del viernes ante el Castellón. Lo justo para mantener a raya al Clínica Ponferrada. Solo cuando se acercaron a 14 puntos Guil tocó la campana en el banquillo. Quitó a Pinilla y dio entrada a Kunkel, capaz de los mejores triples y de tiros que pegaban en el marco de la canasta. Eso sí, sin complejos. también a Kamba, dejando a Mballa de pívot para dar descanso a Kurtwig.
Pero la única intensidad era la de las faltas. Hasta tres antideportivas le pitaron en el partido al Palencia.
El menos en esos minutos se pudo ver una jugada de tiralíneas culminada con una asistencia de Krutwig, de nuevo en cancha, a Vaulet, que sin destacar fue el mejor de los palentinos.
Y a falta de 3 minutos Guil dio entrada al canterano Álvaro Domínguez que anotó un triple, y que coincidió también con Pinilla en la cancha. La ventaja era ya de 20 puntos, y el partido estaba finiquitado, como la participación del Palencia en la Copa España, tras la derrota en la primera jornada ante el Valladolid.
Al final, 83-61, con Krutwig como máximo anotador (14 puntos) y MVP del Súper Agropal Palencia con 20 de valoración.
El próximo partido, este viernes a partir de las 21 horas, en el Municipal de Palencia.
Oriol Pozo: “El objetivo era mostrar un buen nivel competitivo”