acb Photo / A. Arrizabalaga

Zunder Palencia se impone en el Bilbao Arena ante un Bilbao Basket que jugó con mucha menos ambición (80-97)

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Nada matemático en juego. Presión cero. El Zunder Palencia llegaba esta tarde a Bilbao  con el mismo sentimiento que la afición palentina durante toda la temporada. A disfrutar de la ACB. A disfrutar de un partido en la ACB. Y eso se le notó al conjunto morado, hoy de azul celeste. Ayudó que el equipo local tampoco se jugaba nada y el acompañamiento de centenares de palentinos.

Arrancó el encuentro con Hands encestando de tres dos veces consecutivas. Algo que se le echaba de menos. Pero también con una antideportiva. Intensidad hoy no se le podía pedir más al americano. Así que la ventaja que tomaron los palentinos en esos instantes se vio reducida 4-6.

Comenzó el Bilbao Basket a buscar las cosquillas a los palentinos moviendo el árbol. El balón de extra pass a extra pass hasta encontrar el hueco por donde penetrar, logrando empatar el encuentro a 8 puntos consumidos poco más de cuatro minutos.  Tanteo bajo más por los errores que por las acciones defensivas de ambos equipos.

Con una igualdad perenne. Si el Zunder encestaba de tres, el Bilbao devolvía un 2+1. Y en dos primeros minutos de dio una de las clave del partido. Dos faltas de Kullamae, que tuvo que retirarse.

Con esa baja forzara, porque el Zunder fue a atacarle, los de la Ría hacían cambios y cambios sin dar con la tecla. Mientras, el Palencia mantenía su estructura inicial, dando esta vez más minutos a Kamba, Hands y Chumi. A los que no cambio hasta pasados 7 minutos y cuando el Zunder, gracias ahora a su intensidad defensiva, se logró poner por delante con un 11-18.

Entonces comenzó el carrusel de faltas a favor de los de casa para llevarles al bonus, con las que las fuerzas se igualaron. Aunque, con la presión en cero, los tiros de tres de los palentinos entraban mejor que en otros partidos y fue Benite, que dio el relevo a un Hands con 11 puntos, el que desde la línea de 3 ponía el 15-21.

Con esa ventaja los palentinos se atrevieron a hacer otras cosas, a buscar la jugada compartida. También el banquillo desde donde se dio entrada a Chema, casi inédito en la segunda parte de la liga.

Al final del cuarto, 17-24.

Segundo cuarto

En ese arranque Chema encestó su primera canasta de toda la liga para poner el 17-28. Ventaja remachada por un Benite que, entonces sí, demostró para qué se le había fichado. Por su mano. 8 puntos en algo menos de 5 minutos de juego. 10 arriba para los palentinos.

Chema antes de retirarse al banquillo regaló este mate.

Ventaja que se quedó en seis puntos en un abrir y cerrar de ojos por la precipitación en algunos tiros de los palentinos. Pero hoy, la defensa palentina estaba atenta y ya por entonces había recuperado seis balones. Seis defensas exitosas birlándoles el balón a los de negro. Situación que propició el primer tiempo muerto de Ponsarnau.  E instantes después, el de Guil, al ver cómo la ventaja se había esfumado en dos jugadas: 33-37 mediado el segundo cuarto.

Introdujo a Frankamp a los mandos y a Hands como su escota, buscando de nuevo a Pasecniks por dentro. Y la ventaja volvió a crecer a 12 puntos en menos de dos minutos con el dominio del rebote tanto defensivo como ofensivo y el acierto desde el tiro de tres que cotizaba entonces en un 63% para los del Zunder. El Bilbao Basket llegó al descanso con apenas un 10%. 1 de 10 desde los 6,75.

Segundo tiempo muerto para los bilbaínos mientras en el Bilbao Arena se oía fuerte el ¡Vamos mi Palencia! y a la afición pidiendo a Manu Rodríguez en la partida.

Al descanso, con un Bilbao jugando sin casi mordiente, ventaja de 14 para los palentinos: 37-51.

Tras el descanso.

Con algo más de ímpetu se levantó el Bilbao del descanso, con presión en toda la pista, pero sin acierto en el tiro y sin ambición en los rebotes.

Gracias a ello, los palentinos siguieron mandando en el encuentro, en el que la falta de presión se notaba por ambas partes. Hasta para que Chumi intentara las entradas a las que nos tenía acostumbrados el año pasado, o para que a Hands no le temblara la mano si tenía que lanzar. 41-57 habiéndose consumido tres minutos.

Tal bajo nivel y acierto de los vizcaínos no era normal. Como en la primera parte, los de negro trataron de mover la defensa palentina, abriendo huecos, puertas de atrás que eran aprovechadas para mates o para liberar el tiro de tres, que ahora sí entraban.

49-62, coincidiendo con la mitad del cuarto y la tercera falta de Frankamp.

Sin una dominación de ninguno de los dos equipos, el marcador fue gravitando los siguientes minutos en torno a los 12-14 puntos de ventaja para los palentinos que entraron en bonus a falta de un minuto para el final del cuarto cubriéndose el flanco por ese lado.

Menos inquisitivo que en otros partidos, Guil no pidió su primer Challenge hasta entonces. Lo hizo para reclamar un 2+1 de Benite. Y aunque resulte casi increíble, tras revisar la jugada, los árbitros lo concedieron: 56-71.

Al último cuarto se llegó con una ventaja de 15 puntos para los palentinos: 58-73.

Último cuarto

El nivel de acierto de los locales se puede ver en la primera jugada del último cuarto. Hasta cuatro intentonas (en una de las pocas veces en las que la defensa palentina estuvo despistada en los rebotes) para acabar la posesión sin canasta y con falta en ataque.

En cambio, el Zunder estaba enchufado. Más que nunca. Le entraba casi todo. Salvo a Haarms, que tuvo que romper su sequía desde el tiro libre (60-77) mientras en Miribilla se volvía a escuchar el Himno a Palencia (a capella).

Dos desajustes defensivos, que enfadaron a Guil, colocaron el marcador en 64-77. Motivo suficiente para llamar a sus celestes a consultas. Reacción en cadena con el debe de la lesión de Van der Vuurst, que se retiró cojeando.

Y por petición popular, con una ventaja de 19 puntos, 73-92 entró en cancha para los dos últimos minutos Manu Rodríguez y Chema. Y Manu, con la afición palentina rendida, respondió con un 2+1.

Al final, en un partido en el que ninguno de los dos equipos se jugaba nada, y aunque al final saltaron algunas chispas, victoria palentina: la sexta de una temporada histórica, la segunda fuera de casa, y la segunda de la liga ante el Bilbao, único equipo al que los morados han podido doblegar en dos ocasiones. Una fiesta para la afición palentina.

El resultado final, 80-97.

Entre los palentinos, el mejor Hands, con 25 puntos anotados y 4 de valoración y con una actuación muy coral, con anotación de todos los jugadores convocados.

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