Denunciado, al manillar de una bicicleta, un hombre por triplicar la tasa de alcoholemia. Otro, con una tasa inferior pero al volante, es investigado por un presunto delito contra la seguridad del tráfico
Mítica es la campaña de la DGT en la que Stevie Wonder repetía a toda España aquello de Si bebes no conduzcas. Una campaña que ahora la DGT tendría que retomar para incluir otro tipo de movilidades. Porque en aquella, del año 1985, Wonder era llevado en el asiento de atrás de un descapotable.
Pero es que desde entonces hasta ahora, las leyes han cambiado y no solo se persigue el alcohol al volante de un automóvil. Ahora se hace a los mandos de cualquier vehículo. Y las bicicletas, los patinetes, incluso los de tracción animal son considerados vehículos.
Es por ello que ayer la Policía Local de Palencia sancionó, en este caso únicamente administrativamente, a un joven, de 24 años. No conducía un turismo, ni una moto, pero sí otro vehículo de dos ruedas: una bicicleta. Y según lo que arrojó el alcoholímetro hizo caso a la primera parte de la frase de Wonder, la de si bebes, y se olvidó de la segunda, la de no conduzcas.
Porque el resultado, según ha notificado la Policía Local de la capital palentina era de tres veces la permitida para la conducción: 0,75 mg de alcohol por cada litro de aire expirado. Cierto es que hay diferencia entre el hecho de que condujera una bicicleta o que lo hubiera hecho con un vehículo de motor. Una diferencia de ser una falta administrativa muy grave, a ser un delito.
Delito.
Y como se ve mejor con un ejemplo, el parte de la Policía Local palentina permite esa comparación. Porque horas antes de que los agentes pararán al ciclista en la calle estrada para que soplara, habían hecho lo propio con el conductor de un turismo en la calle San Juan de la Cruz. La Policía le dio el alto después de advertir que había cometido una infracción contra el Reglamento General de Circulación y al sospechar que pudiera estar bajo los efectos de alcohol, le sometieron al etilómetro que arrojó un resultado de 0,74 mg/l. Ligerísimamente por debajo de la tasa que daría el ciclista horas después.
Sin embargo, y a pesar de que ambos superaron la tasa penal (0,60mg/l), sólo se investiga al conductor del turismo como presunto autor de un delito contra la seguridad del tráfico y podría enfrentarse incluso, dependiendo de sus antecedentes, a penas de cárcel.