El consejero de Sanidad aboga por planificar ante un “momento crucial” en el que no ve futuro al tratamiento de los pacientes crónicos y pluripatológicos sin estos profesionales
S. Calleja / ICAL
La sombra del déficit de médicos en Medicina de Familia es alargada, y ahora llega a la enfermería. “No se cubren las bolsas para sustituir, hay problemas para las bolsas de incidencia de bajas, vacaciones y permisos”. Se estima que serían necesarias unas 200 sólo en Atención Primaria, y sin aspirar a rozar las cifras que manejan los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con un ratio de 8,4 enfermeras por cada 1.000 habitantes, frente a las 5,5 que existen en España. “Tenemos muchas menos que en otros países, y eso significa que, sin esperar nada más, tendiéramos a aumentar el número, pero claro, hay pocas”.
Lo sentencia en ‘Los desayunos de Ical’ el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, quien no tiene reparos en afirmar que “faltan enfermeras, y de hecho están empezando a faltar ya como comenzaron a faltar médicos”.
La situación no es baladí, para lo que la Comisión Mixta entre la Universidad de Salamanca y Sacyl ya ha acordado aumentar el número de alumnos en el siguiente curso, pero hay que incidir en otros aspectos, como el reconocimiento de estos profesionales con el desarrollo de sus competencias.
“Es la profesión sanitaria que más evolucionado en 40 años. Hace 40 años hablábamos de practicantes, y ahora de profesionales que se han formado en una universidad cuatro años, con una gran demanda de todos los países, porque la calidad de la formación es tremenda”, explica.
Cronicidad
Además, en un momento como el actual en Castilla y León, también en España, donde avanza la cronicidad y se precisa de la atención en cuidados, con un alto grado de dependencia, “la enfermería puede ayudar muchísimo”, reconoce a Ical el consejero de Sanidad.
“Somos muy buenos en diagnosticar enfermedades agudas, pero no tengo tan claro que seamos muy buenos en el tratamiento al paciente crónico. Somos muy buenos en diagnostico y tratamiento, y no tanto en el cuidado, y los cuidados los da enfermería”. “El modelo de atención al paciente crónico debe pivotar en el médico, pero también mucho en la enfermería”, precisa.
En este sentido, admite que el sistema asiste a un “momento crucial” en el que no se puede disponer de todas las que necesita, y que no ve futuro al tratamiento de la cronicidad sin que tengan un papel importante.
Competencias profesionales
Por ello, Vázquez apuesta por planificar y ver hasta y por dónde se quiere ir, “porque los recursos son finitos y hay que empezar a abrir el camino” si se quiere, por ejemplo, afrontar la estrategia del paciente crónico y pluripatológico de “una vez en serio” y que la enfermería desarrolle sus competencias en este sentido.
“Llevamos 20 años con el reto de la cronicidad. Hay que ver si queremos hacerlo, hablar y pactar, porque hay que tomar medidas que no aguanta el partidismo”. “Una enfermera puede asistir en un centro de salud, por qué no. Hay que cambiar un poco la mentalidad, o no, pero entonces hay que dejar de hablar de la cronicidad”.
Lo dice partiendo de algo que está muy claro, que el diagnóstico y el tratamiento es del médico, pero el cuidado es de enfermería. “Es obligado que cada profesión desarrolle sus competencias, que no significa entrar en conflicto con las competencias de otros profesionales. Soy médico, y de una especialidad en la que hay mucha relación con una una enfermera muy desarrollada, la de hemodiálisis; donde tiene mucho grado de funcionamiento semiautónomo, y tengo claro que no puede diagnosticar y tratar, pero sí ejercer la prescripción enfermera y actuar de manera semiautónoma o tomar ciertas decisiones con un protocolo establecido”.
“Todo eso no se puede hacer ni a las bravas y no negociando y no hablando con los médicos , ni los médicos con otras enfermeras, ni con otras profesiones. Todos tienen sus competencias, y el sistema necesita a todos con sus competencias y sin riñas”.
Desarrollo en el hospital
En el caso de Atención Especializada, no tiene números, ya que se trabaja en una adecuación de las plantillas para adecuarlas a las necesidades reales de la asistencia sanitaria. No obstante, reconoce la necesidad de desarrollar también sus competencias avanzadas en este ámbito.
Un buen ejemplo, indica, es el de la enfermera gestora de casos, pero también en las consultas especializadas de enfermería, en patologías que precisan de consejo en cuidados, como en el caso de las dirigidas a personas ostomizadas, diabéticas y pacientes renales. “Hay mucho campo que desarrollar en Atención Primaria, que todos lo vemos claro, y en hospitalaria, también”, concluye el consejero de Sanidad.