El dúo Delaporte trae su mejor techno al festival indie de Palencia dentro de una gira en la que prometen el máximo buen rollo. «Esta vez, hemos venido a relajarnos y olvidarnos de los problemas»
Como entrar en un trance reparador, un éxtasis de ritmo y danza que te contecta con tu esencia más profunda. Así entienden la música electrónica Sandra Delaporte y Sergio Salvi, el dúo Delaporte que regresa al Palencia Sonora con una propuesta intensa, divertida y veraniega.
En vista de la energía que tiene vuestro último disco, el concierto del Palencia Sonora va a ser sin duda el momento de saltar, bailar y darlo todo… ¿Está siendo así por la gira que empezó en febrero y que os ha llevado, también, por México?
Estamos acostumbrados a un nivel de energía en los conciertos que ya de por sí era alto, pero esta gira está siendo bastante intensa, porque este disco es así: si bailas más fuerte, revientas.
Estáis llevándolo al extremo
Es mi momento vital, me lo pide más… Es verdad que escucho básicamente techno últimamente y esas influencias van de la mano… Pero sí, es muy ‘‘fiesta’’. Es muy divertido también para la gente porque te conoce más, te bailan más o se saben mejor las canciones… Lo que está siendo últimamente es, todo el concierto, “¡¿Dios, qué pasa?!”.
Dominas el ambiente en salas (como hemos visto este mismo año en el Universonoro), los temas más íntimos y personales… Pero esta vez nos quieres hacer bailar con un disco que, decís, sale de la risa y las ganas de disfrutar. ¿Qué es lo que más os gusta de actuar en festivales como el Palencia Sonora?
A nosotros siempre nos han identificado, en los festivales, como el grupo al que vas a bailar. Estás un rato llorando, música más calmada, sientes cosas… Bailas de manera más lenta, a lo mejor rock… pero en el indie suelen ser temas más íntimos, de cantar. En general se nos ha identificado como el momento del desfase, de la fiesta… Y por eso siempre nos suelen poner más tarde, en la horquilla horaria del final dentro de los festivales indie, que es donde más estamos.
Pero ahora más aún: la gira anterior estábamos siempre con la cosa de que si tienes que llorar, mejor que te pille bailando. Si tienes que sentir, que te pille bailando.
La emoción de tristeza se sobrelleva mejor bailando, al menos para mí. Pero lo veo también en el público: gente que está bailando y llorando a la vez, en una locura de emociones…
Pero esta gira habla de eso: bastante lío tenemos ya en la vida, vamos a intentar relajarnos, conectar un poco con nosotros y por lo menos durante ese rato olvidarnos de los problemas. Porque la música ayuda a eso: a canalizar, a desfogarte, a estar con tus amigos un rato… (¡aunque yo salgo muchas veces sola de fiesta!). Pero disfrutarte más.
“El techno es mi mejor ansiolítico”
Has dicho alguna vez que el techno te llena el corazón, te hace sentir libre. Como un mantra…
La canción El Techno cura se llama así por eso, porque cuando voy a sesiones y cosas así… Para empezar, te libera mucha ansiedad y mucha ira, no sé si alguna vez has ido a una sesión de esas… Pero por lo menos en la gente ves que sientes que solo por moverte al ritmo de la música… Da igual todo. Hay un componente de ansiedad que por lo menos en mi caso se libera y es mi mejor ansiolítico.
Por eso digo que cura. Me mete en una especie de trance donde puedo estar tranquila con la vida durante un buen rato, todas las horas que me aguanten las piernas. No me drogo, no bebo alcohol: es simplemente ir a eso. A una experiencia como más primitiva: igual que hacíamos hace miles de años con los tambores, es lo que hacemos en las raves: como supurar cosas.
Y yo lo siento cuando estoy en las raves, en clubes y cuando veo a la gente… Yo misma en el escenario siento que hemos creado una música que a mí me hace sentir eso que yo necesito sentir. Necesito sentir, liberar. En los conciertos suena la nota número uno y ya es momento de pasarlo bien… Se acabó todo y lo demás da igual. Y lo veo en la gente, esa misma sensación que estamos sintiendo nosotros.
Un techno que se vincula con la música urbana pero que tú, precisamente, produces y escuchas en el campo. En un festival como éste, en la España menos poblada, ¡funciona bien!
Hombre, claro… Todas las raves buenas se hacen en el campo. En ciudades no te dan permiso. Este fin de semana montaron una en Teruel y yo voy a hacer una en mi pueblo… Quiero decir, sí se relaciona con lo urbano pero es una cosa más de las personas. Y te digo más: si hay naturaleza de por medio, y un ejemplo es el Aquasella en Asturias y es brutal… Yo creo que hay otra vibra. Es un entorno que te invita a esa música, porque no te quita energía sino que te da más. Aunque el techno se vincula más con ciudades como Berlín o Detroit, creo que tiene un componente con la naturaleza para mí muy fuerte porque es muy primitivo. Más animal.
¿Y por eso hay una corriente que lo empieza a mezclar con el folclore?
Sí, por ejemplo Baiuca… Tanto el techno como la electrónica en general te permite abrir el abanico mogollón, a nivel creativo es eterno porque puedes tener los sonidos que quieras, darle la vuelta… Entiendo que haya muchos artistas explorando por ahí. En mi caso, folclore como tal no, pero al final metes ritmos de tambores con un beep con un bombo mucho más fuerte, de esos que te profundizan en el pecho… Van muy de la mano porque ya digo que es como muy animal y primitivo, así que ambos universos, para mí, tienen sentido.
Así pues, techno en una ciudad pequeña en un entorno rural. ¿Será vuestra actuación del Palencia Sonora la combinación perfecta?
Estuvimos hace unos años, justo después de la pandemia, y moló. Se petó la plaza y fue un fiestón.