Rosa María Calaf es toda una institución en el mundo del periodismo. Es una de las corresponsales más veteranas de TVE y ha ejercido su profesión desde diferentes países. Recientemente ha estado de turismo en Palencia y provincia conociendo el rico patrimonio de la zona
Recientemente ha estado de turismo por Palencia y su provincia. ¿Qué le hizo elegir estas tierras para pasar unos días?
La realidad es que conocía muy poco Palencia. Mis padres eran viajeros y mi padre decía que había que conocer primero lo propio, y de hecho salimos fuera cuando era adolescente. Así que sí había pasado por Palencia pero nunca lo había hecho con detenimiento, por eso decidí venir. Ahora lo que suelo hacer es unir mis compromisos laborales con el turismo. Y estos días tenía que estar por el País Vasco y Asturias y decidimos viajar en coche y bajar a Palencia. Y esa fue la razón, evidentemente sabía que había una Ruta del Románico y eso fue lo que nos motivó.
¿Qué ha podido conocer y qué es lo que más le ha llamado la atención del patrimonio palentino?
La ermita de San Justo y Pastor me pareció francamente impresionante. Y luego, por supuesto, la Ruta del Románico que yo sabía que era importante, pero lo que no sabía es que concentraba la mayor cantidad de monumentos románicos de Europa. Y evidentemente me sorprendió la cantidad, la calidad, y la conservación.
Estuvimos por varios lugares como Frómista, Aguilar de Campoo, la Colegiata de Ampudia, Villalcázar de Sirga, donde nos impresionaron los sepulcros del interior. Íbamos de sorpresa en sorpresa.
El Canal de Castilla es espectacular, sobre todo cuando piensas cuándo se hizo y por qué se hizo, con la tecnología que había en aquel momento.
Me impactó tremendamente todo el tema de las excavaciones romanas, La Olmeda fue una sorpresa. No imaginaba para nada ni el tamaño ni, por supuesto, el estado del yacimiento. Nosotros habíamos visto y siempre decíamos que los mosaicos de Sicilia eran los mejores, y la verdad es que los de La Olmeda son comparables sin ninguna duda.
Me impactó, por ejemplo, los órganos de distintas iglesias como el de Támara, nunca había visto un órgano encaramado en una columna.
Si tuviera que recomendar a algún amigo Palencia como sitio de turismo ¿Qué le diría?
Estoy ya recomendando Palencia. De hecho, he mandado fotografías a los amigos, sobrinos, a mi hermano y, lo tienen ya en la agenda porque también se quedaron muy impresionados.
Aparte de tener un patrimonio extraordinario y muy diverso, hay muchísimo que ver. Tierra de Campos es un paisaje francamente precioso. Eso de que mires hasta el infinito y haya esa tierra trabajada y tan cuidada es fabuloso. Las carreteras son muy buenas, los alojamientos están francamente bien, se come muy bien, y yo que soy bastante golosa, la repostería la recomiendo. Así que tiene todas las condiciones para atraer al turismo.
Si hablamos un poco de los orígenes del periodismo en su vida. ¿Cómo decide estudiar esta licenciatura? que además, no fue la única que cursó…
Yo estudié Derecho porque iba a hacer carrera diplomática y eso es lo que tenía decidido desde hacía tiempo, pero luego, cuando estaba en la facultad, me parece que fue en tercero, abrieron la Escuela Oficial de Periodismo en Barcelona. Había un examen de ingreso y junto a varios compañeros de Derecho, que estábamos muy metidos en temas culturales y de todo tipo, decidimos, un poco como un divertimento, entrar a hacer el examen de Periodismo, y lo aprobamos. Y entonces estudié la carrera, pero siempre como secundario.
Acabé Derecho, me fui un invierno a estudiar a California, siempre temas de política internacional. Pero hice colaboraciones porque siempre me había gustado mucho escribir y empecé a pensar que el periodismo me interesaba más.
Me propusieron hacer unas pruebas para radio nacional radio peninsular, para las primeras unidades móviles en la calle que llegaron a España. Querían una mujer reportera y no había ninguna.
José Joaquín Marroquí, que era una persona tremendamente innovadora, lo que llamaríamos un animal mediático, creo que vio en mí mucho más que yo misma en cuanto a mi capacidad para el tema periodístico informativo y me dio la oportunidad.
Enseguida hice unas pruebas para Televisión Española en Barcelona. Y ahí empecé no con internacional, sino haciendo lógicamente sociedad, cultura, etc. Muy poca política porque evidentemente estamos hablando del año 1970.
En resumen, más bien el periodismo me encontró a mí, pero desde luego no me he arrepentido nunca de haber emprendido esta carrera que claramente se convirtió enseguida en mi absoluta pasión.
Usted es toda una institución en el mundo del periodismo, es una de las corresponsales más veteranas de TVE y ha ejercido su profesión desde países diferentes. ¿Qué lecciones ha aprendido de los diversos lugares y culturas que ha conocido?
He aprendido algo que ya mi abuelo, que era un gran viajero, me había insistido mucho. Decía que de lo que precisamente se aprende es de lo que es diferente, que no aprendes nada de lo que es igual, y, por tanto, viajar y leer te aporta conocimientos sin fin.
Está claro que la diversidad es siempre una riqueza que hay que proteger, es un bien, un activo que tiene la humanidad y yo creo que no he parado de aprender. Empecé a viajar muy joven por suerte, porque tuve la fortuna de que mi familia era muy viajera, una cosa muy extraña en aquella España obscurantista, represora… de los años 50. En el año 59 cuando tenía yo 14 años, ya me mandaron a estudiar a Francia para perfeccionar francés y con años 17 a Estados Unidos para perfeccionar el inglés.
He aprendido que en todo el mundo la gente quiere prácticamente lo mismo, que es tranquilidad, paz, una vida digna y poder estar con su familia, su entorno y progresar, ser libre, poder pensar y decidir.
A lo largo de su carrera ha cubierto eventos históricos importantes. ¿Hay alguno que haya sido significativo para usted?
La verdad que he tenido una enorme fortuna y me siento tremendamente privilegiada de haber podido hacer todo lo que he hecho.
Cuando empecé en todo esto del periodismo, pensé que podría estar en muchos lugares, conocer gente y cubrir eventos, es decir, ser una testigo directa de la mayoría de los acontecimientos históricos de la segunda mitad del siglo XX, y de parte del XXI. Y los sueños está claro que hay que tenerlos, pero hay que pelear por ellos, porque no te suelen regalar nada y, sobre todo, a las mujeres que tienen una serie de miedos añadidos y que son los impuestos por el modelo patriarcal. El que te repitan desde pequeña que “esto no es para mujeres”, “esto no tienes capacidad para hacerlo”, etc. esos miedos también hay que luchar contra ellos.
¿Hay alguna entrevista o reportaje que le haya quedado pendiente y le hubiera gustado hacer?
He hecho mucho más de lo que nunca soñé que iba a hacer, pero, por ejemplo, me hubiera gustado poder estar en la caída del muro de Berlín. De hecho, yo estaba destinada ese año todavía en la Unión Soviética y me marché a abrir la oficina a Sudamérica. Y el último viaje que hice antes de irme de Moscú fue precisamente a la República Democrática Alemana y, desde luego, en ningún momento parecía que eso iba a suceder, si hubiera habido la más mínima sospecha, claramente no me hubiera ido.
También me gusta mucho el tema espacial y siempre lo he seguido muy atentamente desde pequeña. Mi familia y yo veraneábamos en la costa brava, y recuerdo que cuando se lanzó el primer Sputnik de la Unión Soviética, todas las noches, mi padre y yo salíamos a dar un paseo, porque me parece recordar que sobre las nueve de la noche se veían los destellos del Sputnik.