El alcalde de Valladolid realiza una visita técnica a la sede de la concentración motera de Pingüinos.
R. Valtero / ICAL. El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, realiza una visita técnica a la sede de la concentración motera de Pingüinos.

La concentración motera invernal arranca hoy su 42 edición marcada por la convivencia y el buen ambiente de la mano de participantes de fuera y dentro de España

David Herrero / ICAL.

Tal vez la palabra más repetida entre la mayoría de los participantes sea la convivencia, seguida del rollo, pero del bueno. Y es que, el conocer gente y la moto como pasión, y también a modo de excusa, se convierten en los ejes claves del éxito rotundo año tras año, y van 42 ediciones, de ‘Pingüinos’ y Valladolid, tanto en su ciudad como en la provincia. Una cita que acoge el espacio de la Antigua Hípica Militar, la cual pasará a denominarse como ‘’Pingüinos Arena’ como homenaje y reconocimiento a la cita.

Se trata de una “forma de disfrutar y hablar de motos y viajes, porque sin ‘Pingüinos’ faltaría algo y sería extraño”, pese a que haya otras citas moteras, afirma Juan a la Agencia Ical, integrante del ‘Komando Miramoto, un grupo de cerca de 25 personas que residen en Valladolid, pero cuyos orígenes y nacionalidades son muy diversas, desde Castellón hasta Colombia pasando por Portugal.

“Somos asiduos desde los años de Puente Duero, y nos encanta la convivencia que se genera. Siendo de Valladolid nos quedamos a dormir en el pinar, tanto con tiendas de campaña como con casetas, elaboradas por los jubilados del grupo”, comenta entre risas.

Años y años sin saltarse la cita. “Yo me cojo mi semanita de invierno todos los años para poder venir”, señala por su parte Felipe, procedente de Madrid. Se trata de una fecha marcada en rojo en el calendario y en la que participa toda la familia. Cuentan con una autocaravana y diversas tiendas de campaña, aunque apuntan que son una pequeña avanzadilla, conformada por su mujer, su nieta e hijo pequeña, ya que todavía faltan más hasta llegar a unas 14 personas.

Es una cita especial, porque “hay gente muy agradable, el ambiente es inmejorable y se crean muchas amistades nuevas, sin olvidar los reencuentros”. La moto es su pasión, pero también una excusa para que sea una manera de juntarse entre todos, destaca.

Con muchos kilómetros recorridos y un acento especial e inconfundible se encuentra Daniel, de Cádiz, asentado junto a cuatro amigos que llegaron desde ayer por la mañana. Aunque la mayoría solo suman cuatro ediciones, uno de ellos carga a sus espaldas más de 20 años de cita motera. “Disfrutamos porque hay muy buen rollo y siempre en torno a una hoguera”.

Está lejos de su lugar de origen, pero es la “primera del año y se ha convertido ya en una tradición”. “Preparamos en el día de Reyes y venimos del tirón. La convivencia que hay aquí, en la cita de Valladolid, no se produce en otras de diferentes lugares”.

Son moteros totales, ya que salen de ruta los fines de semana y acuden a otras concentraciones Explica que piden año tras año las vacaciones para reservar estos día especiales, porque las fechas son regulares cuando se tienen pequeños en casa, pero “todo se hace con ganas pese a la paliza en moto, pero merece la pena”, apostilla a la Agencia Ical.

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