David Revilla, presidente del Comité de Empresa de Nammo Palencia, muestra su preocupación por el hecho de que el Estado no apueste por la industria armamentística nacional
“Para este año, no tenemos nada para el Ministerio de Defensa español. Y el año pasado, que la fábrica facturó unos 50 millones de euros, solo el 7%, unos 3,7 millones, fueron pedidos del Ministerio de Defensa”, explica David Revilla, presidente del Comité de Empresa de la fábrica de armas de Nammo Palencia. “Parece mentira lo bien considerada que está la fábrica de Palencia para un grupo puntero como Nammo, y lo poco que valemos para el Ministerio de Defensa”, se lamenta.
Porque como señaló Revilla, los últimos contratos de Defensa a los que ha optado Nammo Palencia se adjudicaron a terceros países “que están fuera de la OTAN”. Se refiere, por ejemplo, al último gran pedido, un contrato marco para el suministro durante cuatro años de cartuchos 12,70 x 99 mm con un valor estimado en 5.730.560 euros que ha ido a parar a la suiza Saltech. O el de granadas de 40×53 mm para LAG-40 y MK-19 que se adjudicaron inicialmente a las sudafricana Rheinmetall Denel Munition y a la brasileña Companhia Brasileira de Cartuchos con un montante de cerca de 5,8 millones también.
Este último contrato está paralizado debido a las alegaciones presentadas por la empresa palentina, al entender que, por un lado la sudafricana no se ha sometido en el contrato a los tribunales españoles y porque existen bajas temerarias. También alegó en el de los cartuchos, pero finalmente el Gobierno consideró que estaba bien adjudicado a la suiza.
Alegaciones
“La empresa está dando batalla. Exigiendo que lo mismo que se nos exige a las empresas que estamos dentro de la OTAN, se les exija a las de fuera”, indica consciente de que “en precio no podemos competir con Brasil, por ejemplo”, pero duda de que “ellos cumplan con todo lo que cumplimos y nos hacen cumplir a nosotros”.
Recuerda además, que “esa cantidad de dinero que se dedica a comprar fuera de España no vuelve, en cambio si se encarga a plantas españolas, tiene una reversión al propio gobierno y al Estado en forma de IRPF, de IVA, de cotizaciones de los trabajadores”. Revilla recuerda cuando en 2015 se adjudicó un contrato de 41 millones de euros para el suministro de cartuchos del 5,56 x 45 para el Ejército Español a una empresa israelí “por una diferencia de un céntimo”. Ya entonces, con el popular Pedro Morenés al frente del Ministerio de Defensa, se habló de “abandono a las empresas españolas”, por acudir a subastas en vez de a concursos para adquirir armamento para el Ejército Español.
Además ahora se está insistiendo en una pretendida independencia energética, de componentes e innovación tras el estallido de la guerra de Ucrania y el desabastecimiento de los mercados tras la pandemia, pero Revilla desconoce si también se apostará por ella en el ámbito de la defensa y armamentístico. “De momento, no hemos notado nada de eso”, afirma.
Cuarto turno.
En todo caso, la situación actual de la factoría de Nammo Palencia es estable incluso con cierta tendencia ascendente, lo que generará la puesta en marcha de un cuarto turno de 5 o 6 personas que se encargarán del empaquetamiento de un pedido “que viene del año pasado” de cartuchos 7,62. La previsión es que esto cuarto turno, como lo han denominado los representantes sindicales, se prolongue por lo menos hasta más allá del verano, llegando incluso hasta final del año.
Lo que sí esperan es que en los próximos meses se puedan convertir en fijos alrededor de 40 empleados temporales de la planta palentina, gracias a la estabilidad que están teniendo los pedidos que tiene la factoría palentina y que le llegan de contratos que gana su matriz en el entorno OTAN. “El grupo Nammo es muy competitivo y tiene muy bien valorada a la Fábrica de Armas de Palencia”, por lo que son importantes los contratos que deriva a estas instalaciones. “Algunos de los trabajadores que son temporales, llevan ya con nosotros casi dos años”, asegura el presidente del Comité de Empresa.
Actualmente, son unas 200 personas las que trabajan en la factoría de la avenida de Madrid, entre fijos y temporales.
Cabe recordar que este año se cumplirá una década desde que la firma nórdica se hizo con la fábrica palentina, que hasta entonces regentaba Santa Bárbara General Dynamics
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