Amistoso Palencia Baloncesto-Oviedo. / Sergio Lozano
Foto de archivo del último amistoso del Palencia en el Municipal. / Sergio Lozano

Los palentinos disputaron la final hasta el tercer cuarto, cuando San Pablo Burgos impuso su juego y su defensa para llevarse la Copa Castilla y León (93-66)

Un serio correctivo se ha llevado el Palencia Baloncesto esta tarde en Zamora ante el Silbo San Pablo Burgos que apabulló a los morados, hoy de blanco, en la segunda parte de la final de la Copa Castilla y León.

Partía el Palencia con tres bajas sensibles: Por un lado, Manu Rodríguez, por otro Tobias Borg y por el golpe en la cara recibido ayer en la semifinal, Chema González. Tres jugadores menos a rotar contra uno de los equipos llamados a liderar la Primera FEB este año.

A pesar de esa bajas, Guil no contemporizó con su equipo al que le reclamó la que pretende ser su seña de identidad: Velocidad. Solo que en el inicio del choque de la final ante el San Pablo Burgos, esa velocidad estaba acompañada de la falta de acierto.

Además, en defensa, por el interior, no se habían ajustado los defensores palentinos que, tienen trabajo para evitar en la liga los sufrimientos a los que les someten las torres rivales ante los pases filtrados, los picados que llegan desde sus asistentes.

Tuvo que cambiar la defensa palentina, más territorial y comenzó a apretar a los burgalees que ya no tenían esas  facilidades iniciales. Solo que en ataque no se encuentra situación idoneas para atacar. .

Para tener más ideas, trató de jugar Guil con dos bases, con Oroz y Wintering. Pero el juego era un ir y venir sin canastas. Posesiones sin rédito para ninguno. Mejor las defensas que los ataques de ambos conjuntos.

Hasta que Dimitrov y Mballa sí se pusieron desacuerdo, conectaron, para logar un 2+1 y colocar el marcador en un 15-13 que mostraba más la igualdad que lo que estaban mostrando los guarismos hasta entonces. Dónde no había tanta igualdad era en los rebotes. Muy favorables, otra vez, para el rival del Palencia.

Al final del cuarto, 18-16.

Segundo cuarto

Se inició el segundo con un duelo de triples del que salió victorioso el conjunto palentino gracias a la mano de Dimitrov que hizo diana en tres tiros seguidos.

También pudo el conjunto morado, hoy otra vez de blanco, imponer su defensa como base para robar, correr, para hacer jugadas del gusto de Guil. Canastas fáciles (en teoría porque no todo entraba), contraaataques y transiciones eléctricas. Seis arriba para los palentinos.

Mejora también en los rebotes, que ahora son para los palentinos, cimiento de sus ataques eléctricos, fluidos. 23-32 mediado el segundo cuarto.

Sacó Guil a Dmitrov del campo para darle descanso a la muñeca y a Wintering, sustituido por Oroz. Dos jugadas después tuvo que pedir tiempo muerto porque los palentinos perdieron dos balones seguidos que permitieron a los burgaleses acercarse. Se había perdido fluidez, mordiente. Los burgaleses metieron atrás una marcha más. Más físicos, más intensos. Les habían tomado la matrícula a los palentinos que vieron enfrente cómo el trío arbitral se mostraba algo quisquilloso con los bloqueos palentinos, que castigaron con varias faltas en ataque.

El tiempo muerto de Guil tuvo su reacción en la defensa, pero no en el ataque al que le fallaba el acierto tras hacer casi todo bien. La definición. Balones que lloraban antes de salirse a la primera y en el palmeo posterior. Y ya se sabe, si fallas, si perdonas, aunque inutilices muchas acometidas contrarias, se paga y el Burgos se acercó a un punto.

Consecuencia; Guil gastó otro tiempo muerto a falta de menos de un minuto: 35-36.

55 segundos más que de sobra para varios ataques, sin canastas y para una técnica, la de rigor por partido, para Luis Guil. Al descanso, 35-36.

Tercer cuarto:

La reanudación sirvió para que los burgaleses les robaran la cartera a los palentinos, que vieron cómo los de San Pablo le dieron la vuelta al marcador en menos de un minuto. 39-36.

Y es que la defensa palentina no parecía saber cómo parar a los burgaleses, especialmente a Dani Diez, que en nada de tiempo metió 7 puntos.

Y si no se encestaba, al menos Wintering fue sacando faltitas, por ver algo positivo, aunque sin acierto en el tiro libre. Con todo, la ventaja burgalesa no se fue más allá de los 4 puntos gracias a la mejoría en la defensa de los de Guil.

Fue a partir de ahí cuando la falta de viveza (física y mental) por parte de los morados, a los que les robaron los burgaleses varios balones, permitió a los del Coliseum marcharse en el marcador, 51-44. Tiempo muerto para los del Carrión.

No reaccionaban los morados. Les faltaba punch, la mordida del primer tiempo, el acierto de ayer y la intensidad de lo que será un partido de Liga. El Burgos se marchó 12 puntos arriba asentado en una defensa intensa que anegó el ataque palentino. Incapaz de generarse posiciones de lanzamiento o penetración.

Y para empeorar las cosas, Guil, desesperado, volvió a protestar a los árbitros y se ganó la segunda técnica y su eliminación. Padilla y Lorenzo se pusieron a los mandos de un equipo ya descompuesto.

Guil: “Es una sensación agridulce; me quedo con los dos primeros cuartos”

Demarró el Burgos, imparable también en ataque, apabullando a los palentinos en los rebotes (ofensivos y defensivos), robándoles la cartera, el reloj y los anillos cada vez que se descuidaban (y no fueron pocas veces).

Al final del cuarto, 65-51 con un 30-15 de parcial.

Último cuarto.

El Palencia se dejó llevar ya en el último cuarto, defendiendo sin fe, casi con la vista. Atacando con el ancla echado, sin mirar por el retrovisor, por el que llegaban los defensores burgaleses para birlarles la bola.

Burgos jugaba muy cómodo con el partido roto y Corbalán, habiendo probado la sangre, mordía y mordía hasta lograr 18 puntos en su cuenta. 24 abajo para Palencia a falta de 5,30 minutos. 81-57.

Cuando Palencia, a duras penas, lograba tirar, la canasta no se conseguía. Todo lo contrario que el Burgos al que le entraba todo de todas las distancias. Cuestión de mentalidad.

Mentalidad de impotencia palentina con la que Wintering se fue al banquillo eliminado por cinco faltas (tercer partido de la pretemporada en la que esto ocurre).

En definitiva, apagón del Palencia en la segunda parte, que recibió un serio correctivo. Demasiado a la vista de lo acontecido en el conjunto del partido, pero es que los palentinos, como su entrenador, se fueron de la final en el tercer cuarto.

A la conclusión 93-66. Segunda Copa Castilla y León consecutiva para el San Pablo Burgos y tercera derrota del Palencia en lo que va de pretemporada.

Esta semana el Palencia volverá a Zamora, a enfrentarse en la Copa España al Zamora.

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