Krutwig sumó 17 puntos, siendo el segundo máximo anotador palentino. / @fotografiardiaz

Kunkel volvió a endosarle 18 puntos a los zamoranos con cinco triples de seis intentos y Krutwig destacó bajo el aro con 17 puntos (86-89)

El Palencia Baloncesto volvió a conocer la victoria, aunque de una forma mucho más trabajada en que en los dos encuentros donde salió victorioso en esta pretemporada. Un victoria basada sobre todo en el tiro exterior, con Kunkel otra vez como máximo exponente y 18 puntos (los mismos que el sábado ante también el Zamora) y el juego interior del pívot americano Cameron Krutwig, con 17. Porque el tiro de tres fue el asidero de la victoria, con 13 de 23 y un porcentaje del 56%, frente al 44% de los tiros de dos. De hecho, Zamora fue mejor en ese aspecto, y en el conjunto de tiros de campo.

Volvía Palencia al Ángel Nieto, pabellón que se ha convertido esta pretemporada en el campo en el que más veces ha jugado hasta ahora, por encima incluso del Municipal de Palencia. Lo hacía para reeditar la victoria ante los anfitriones que consiguió el sábado, pero hoy en la Copa España.

Aunque el inicio no fue nada bueno el de los palentinos que no sacaron al equipo de salida. Puso Guil a Oroz, Borg, recuperado, a Hernández, a Vaulet y Krutwig. Sin poder jugar se quedaron Manu y Chema, lesionados.

El primero en golpear fue Buckingham, desde el 6,75. Anotación contestada por Vaulet. Única transformación de los palentinos hasta el pasados casi 4 minutos de juego.

Para entonces el Zamora ya estaba con 11 puntos. Pero en un arreón mágico de acierto, en el que solo desentonó Borg, los palentinos le dieron la vuelta al marcador en poco más de un minuto.

A partir de ahí volvió a igualarse el partido. Punto arriba, punto abajo, mejor por las defensas que por los ataques. Al final del cuarto, 20-23 para los palentinos.

Segundo cuarto:

Comenzó con mejores sensaciones en defensa para los palentinos el segundo cuarto. Los morados, de nuevo de blanco, atrancaron a los zamoranos. Le impusieron una defensa en zona difícil de atacar para los locales.

Pero los tiros volvían a ser el debe de los palentinos. Ataques rápidos, sí, pero acabados con escaso acierto o con pérdidas de balón. Así que de nuevo el juego y el marcador, igualado a 25-25 merced a un raquítico 5-2 en algo más de cuatro minutos.

Tiempo muerto de Luis Guil que veía cómo su defensa iba, pero el ataque esta atenazado. Fallos, pérdidas de balón, malos tiros. Hasta los tiros libres lloraban para entrar.

Tuvo que ser Kamba, tirando de tres, quien rompiera la sequía palentina. Al menos, esa faceta, la del tiro exterior, tenía buena estadística: 50% para los palentinos en ese momento.

Quien no tenía sequía, era Wintering, pero en su casillero de faltas. Tres faltas nada más haber pasado el ecuador del segundo cuarto. La última se la cobraron los árbitros en ataque al intentar entrar a canasta. Al banco.

Y de nuevo tiempo muerto de Palencia. A Luis Guil no le gustó que a Palencia, tras un triple anotado, le clavaran los zamoranos un contraataque con canasta. Más atención. Más tensión, les pidió a sus jugadores.

Sólo (y no es poco) el tiro de tres (con Kunkel otra vez como protagonista con su tres de tres) y los tiros libres (no todos convertidos) mantuvieron agarrado al partido al Palencia, que pudo ponerse por delante 38-39 a un minuto para el descanso.

Pero el ultimo minuto fue malo. 3+1, en contra; contraataque en el que Zamora le robó la pelota a Palencia, y a la contra le anotó… Al final del cuarto, y para irse al descanso, un 45-42 favorable a los locales. 25-19 en un cuarto manchado al final del mismo.

Tercer cuarto.

Una jugada de Krutwig, posteando bajo el aro, estrenó el casillero del Palencia. La segunda, una combinación perfecta de Wintering a la internada del americano que forzó un 2+1 para poner por delante al Palencia. Se le veía a gusto al pívot. La tercera, un robo de Kunkel, que salió zumbando hacia la canasta rival para recibir la personal y transformar solo un tiro. 45-48 en menos de un minuto.

Kunkel volvió a explotar su tiro de tres para mantener al Palencia separado en el marcador cuando Pablo Hernández se retiró por tercera falta. Una más ya tenía Vaulet y no se habían consumido apenas dos minutos. Pocos jugadores y encima cargados de faltas.

En este tiempo, comenzó a verse a un Palencia más asentado, sabiendo atacar la zona zamorana, por dentro, con asistencias filtradas. Y atrás, más duros, más férreos, cazando los rebotes. Poniendo las bases de los ataques rápidos. 48-56, consumidos cuatro minutos.

Y una cosa a tener en cuenta. La baja permisividad arbitral en esta pretemporada con las faltas en ataque en los bloqueos. Una de las causas más repetidas de pérdidas de balón de los palentinos en estos partidos de preparación. Como la que le pitaron a Dimitrov y que anuló un tiro de tres logrado por Borg mediado el tercer cuarto.

Esa mejoría en los rebotes y el buen porcentaje en el tiro de tres le permitió a Palencia seguir creciendo en el marcador. 10 arriba, 55-65 apenas superado el ecuador del cuarto.

En el minuto final del cuarto se dio algo llamativo: Kunkel falló un tiro de tres, el primero de su cuenta, después de haber lanzado en ese momento cinco, con cuatro aciertos.

Al final del cuarto, 62-69, con un parcial de 17-27.

Último cuarto.

Se acercó Zamora un poco en la continuación: Una falta de Mballa y una pérdida del francés tras anotar los zamoranos, que permitió a Hearst transformar de tres volvieron a poner el partido casi en la casilla de salida: 67-69. El encuentro no estaba para nada decidido.

Los colegiados pitaron antideportiva a la torre zamorana Paukste, y a continuación antideportiva al entrenador local, con transformación de tres tiros libres por Kunkel y por Mballa.  Pero Zamora no se quería soltar del encuentro. Achuchó y solo la mano de Kunkel, de nuevo desde más allá del 6,75, pudo poner puntos de por medio. Él ya sumaba 18 y volvía a convertirse en la pesadilla zamorana, calcando la anotación del sábado en la copa Castilla y León.

Con Kunkel fuera, por sustitución (había jugado 18 minutos), la mano desde el tres, pasó a Borg, que abrió más hueco ante un Zamora al que le costaba anotar. Hasta dos minutos bloqueado por la defensa palentina. Eso sí, cuando lo hizo, lo hizo con dos canastas casi seguidas, que volvieron a ajustar el marcador ante las pérdidas de balón palentinas: 76-79 aún con cuatro minutos por jugar.

Y a diferencia del partido del sábado, esta noche el encuentro no se rompió. Con alternancias, el marcador se mantuvo con alrededor de 5 puntos de ventaja para los palentinos, a los que les tocó sufrir hasta el final.

Porque a 40 segundos, los locales se colocaron tres puntos. Tiempo muerto de Guil para planificar cómo matar el encuentro. A la primera no le salió, por lo que agotó su recámara a falta de 15 segundos con la misma ventaja, con la que además se llegó al final del partido tras un tiro errado de Wintering. 86-89

De esta forma, trabajada hasta el último minuto, Palencia Baloncesto logró su tercera victoria de la pretemporada, primera dentro del periplo de la Copa España. El próximo partido de preparación, también dentro de esta competición copera, llegará el sábado ante el filial del Gran Canarias.

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