Cerca de 40 escolares de la capital palentina participan ya en este programa heredero del exitoso proyecto Pajarillos Educa, que ha logrado grandes cambios en Valladolid
Algo tan sencillo como tener la oportunidad de tocar un instrumento, aprender a pintar un cuadro o interpretar al protagonista de una obra de teatro. Oportunidades de expresión y motivación tras las que reside un solo mensaje: eres capaz de hacerlo.
La experiencia de la iniciativa Pajarillos Educa, de dilatada trayectoria en la capital vallisoletana, ha demostrado ser capaz de cambiar la vida de numerosos chicos y chicas en riesgo de exclusión social. La educación, una vez más, vuelve a demostrarse como la principal herramienta de transformación social, especialmente para las personas con menos oportunidades.
Y es que no basta con tener una plaza pública en un centro educativo: el acompañamiento que necesitan estos estudiantes, procedentes de contextos psicosociales complejos, exige ideas nuevas para evitar el absentismo y el fracaso escolar.
Palencia Educa es la organización que hace suya esa misión y ese saber hacer, y que ya ha puesto programas en marcha en varios centros educativos de la capital donde se ha realizado un diagnóstico de vulnerabilidades, en colaboración con la Universidad de Valladolid. Tal y como explica el presidente de la asociación, Juan Jesús Acosta, la Junta de Castilla y León asumió el modelo de Pajarillos Educa, basándose en los exitosos resultados que arrojaban sus estadísticas y en la PNL respaldada por todos los grupos de las Cortes de Castilla y León, para exportarlo a otras provincias de la comunidad.
Y es que, más allá de la escuela o el instituto, «este modelo de trabajo en vulnerabilidad y exclusión social se extiende también a otros ámbitos», implicando a otras competencias como vivienda, sanidad, empleo o incluso medio ambiente, explica Acosta. «Pajarillos Educa ha crecido tanto que el ámbito de actuación se ha mezclado en distintos proyectos», detalla Acosta. En la capital palentina, por el momento, la asociación Palencia Educa se ha constituido con el apoyo de Pajarillos Educa, pero también con el de la Facultad de Educación del campus de La Yutera. «Empezamos el trabajo el pasado curso y lo estamos continuando, como segunda provincia en implantarlo, a la que seguirá Salamanca, León y Burgos», indica.
Una doble estructura
Y para conseguir el objetivo de reducir la exclusión en las aulas y fuera de ellas, Palencia Educa está trabajando a partir de una doble estructura: la primera parte es educativa, consistente en la captación. «El curso pasado empezamos reuniéndonos con directores, jefes de estudio, profesores de compensatoria, etc. Es decir, el personal que va a hacer el diagnóstico de los alumnos que pueden estar en situación o riesgo de exclusión social y en vulnerabilidad en Palencia. Y luego está la segunda parte, con la que hemos comenzado este año, que son los Laboratorios de Transformación-Acción para este alumnado», talleres que se desarrollan todas las tardes de lunes a jueves de 17:00 a 20:00 horas en el CEIP Buenos Aires, con los estudiantes de Primaria y Secundaria seleccionados, que abordan competencias como las artes escénicas, la música, el deporte, el refuerzo escolar o las artes plásticas y urbanas.
Disciplinas que, en definitiva, vehiculan el desarrollo personal y la motivación de unos chicos y chicas que poco a poco van adoptando una aptitud proactiva hacia su educación, al tiempo que sus familias se van involucrando y sensibilizando sobre el valor de ésta.
«Hay una macroestructura por encima del proyecto, creada por la Junta como órgano encargado de toda la gestión, y es Observatorio de Transformación y Participación (www.observatoriotransformacion.com), con sede en la Universidad de Valladolid». Desde la coordinación de esta entidad, que lleva tres años en funcionamiento, surgen proyectos como el tercer Foro Internacional de Transformación-Acción, «donde participaron grandes especialistas y ponentes internacionales, junto con Pajarillos Educa y los investigadores de la Universidad, que son quienes aportan la estadística y extraen conclusiones importantes a nivel de salud pública, inserción, vivienda, etc.».
«A medida que Palencia Educa vaya avanzando y se estabilice el proyecto, también se implementarán esas investigaciones desde la Facultad de Educación de Palencia”». No en vano, estudiantes de los grados de Educación ya están participando como voluntarios en un proyecto que aspira a contar con la financiación suficiente para ir consolidando también esos puestos de trabajo de maestros, educadores sociales y otros perfiles especializados.
Por lo pronto, el programa se está desarrollando con unos 40 estudiantes que ya están trabajando en los laboratorios, derivados desde los centros educativos de las zonas diagnosticadas como vulnerables, fundamentalmente los CEIP Juan Mena, Pan y Guindas, Ave María, Modesto Lafuente, Santa Rita, Divino Maestro o Buenos Aires, o los centros de secundaria y FP Victorio Macho, Virgen de la Calle o La Salle Managua. Y ya se ven resultados. «Son chicos y chicas a menudo carentes de habilidades sociales, de relación social, con procesos de baja autoestima derivada de situaciones familiares muy desfavorables… Y empiezan a sentirse a gusto en el trato personal, descubren que tienen habilidades que desconocían y sienten motivación», comenta Acosta, que además de historiador es profesor de Educación Secundaria.
«En el futuro, ese trabajo tendrá repercusión en la investigación, pero además se continuará conectándolo con otras partes como la inserción laboral, la salud, etc.» de la mano de todas las administraciones. «Hacemos un llamamiento», insiste, que les permita no solo ampliar el campo de actuación y extenderse a otros municipios.
