Conoce el Sonorama desde el punto de vista de Javier Cáceres Herrero, un festival “que no te dejará indiferente”
Sonorama 2023
Hace algunos años, leí en una fotografía, un lema, que por aquel entonces me pareció tan ingenioso como original. Yo era bastante más joven y “Sonorama” era una fecha marcada a fuego en mi calendario de visitas anuales fijas.
He tenido la gran suerte de estar en muchos festivales y conciertos en mi vida -mis problemas de audición en estos últimos años, hacen que ahora tenga que reducir mi asistencia a tales eventos-. Cualquier estilo musical es apto para escuchar en directo, os lo aseguro, desde el folk más tradicional, hasta el rock más duro, pasando por el pop, la música clásica, jazz, blues y un largo etcétera. Pero si hay un festival que se acerca mucho a unificar todos esos estilos, ese es mi querido Sonorama. Permitid que os cuente el porqué.
Cuando los festivales empezaban a florecer por la geografía patrio, un tipo, con el que he tenido la suerte de coincidir unas cuantas veces y hasta he llegado a tener alguna conversación con él, ponía toda la carne en el asador -me viene al pelo esta expresión y más adelante os explicaré porqué- para organizar un festival, en el sitio que uno, menos podría imaginar, en aquellos años finales de los 90 del siglo pasado. Javier Ajenjo creía en un proyecto y eso, amigos y amigas, es lo que se necesita en esta vida, creer en uno mismo, en tus ilusiones. Bueno, eso, salud y un poco de dinero a veces.
Aranda de Duero, bellísima ciudad de la provincia de Burgos, es ahora más conocida si cabe, gracias a él y aquel viejo sueño por el que luchó e hizo realidad.
Sonorama Ribera ha visto cómo grandes grupos de hoy en día, se daban a conocer en un paraje de referencia, a nivel nacional me atrevo a decir sin reparos, como es la mítica Plaza del Trigo. El popular grito “escenario principal” que tan merecidamente escucharon en su día gente como “Vetusta Morla” o “IZAL”, ya es un himno más, que corean miles de personas allí y que se ha extendido por otros eventos como la pólvora.
Este año “Sonorama Ribera”, cumple 26 años, supera ya el cuarto de siglo, ¡ahí es nada! Y aunque la evolución desde sus inicios ha sido brutal, tal vez la más espectacular de cuantos festivales se celebran en época estival en nuestro país, sigue conservando la esencia de sus inicios. Es un lugar de encuentro popular. Si me permitís el símil, es la “biblioteca de la música” actual, donde cuando uno quiere buscar un grupo, sabe que es prácticamente seguro que lo encontrará allí y podrá disfrutar de él.
Hoy en día, todo el mundo quiere estar en Sonorama Ribera, grupos, solistas, gente de cualquier tipo, edad, color, orientación sexual, religiosa… ¡es una “fucking happy Family”!
No hay playa ¿y qué? hay lechazo -he aquí la carne del asador-. No hay agua de mar, pero hay un vino de Ribera de Duero producido en los innumerables viñedos que rodean el lugar, capaz de saciar al más insaciable. Hay un ambiente familiar, donde se entremezcla la gente más “cool” con la más “vintage” y eso no es fácil de combinar en un mundo cada vez más polarizado. Hay respeto, hay hospitalidad, se respira pasión por la música en cada rincón de Aranda. Eso es lo que hace que te enganche y que quieras volver cada año, puedes visitar otros festivales, pero una vez que llegas a Sonorama, sabes que vas a volver.
El amor que me une a este festival y a esta ciudad, me ha hecho vivir historias y anécdotas inolvidables. Allí he tenido la suerte de pasar algún rato con “Noni” Meyers, con “La China Patino”, Javier Vielba, Ángel Stanich y tantos y tantos -ojo, encuentros casuales que cualquiera podría tener-, pero el que guardo con gran cariño es el que tuve con José “Chino”, vocalista de “Supersubmarina”. No cuento ésto con ánimo de parecer el amigo de los famosos. Nada más lejos de la realidad. Lo cuento porqué, de todos los sitios donde he estado, aquí es donde más cercana he sentido a esta gente y creo que todo lo que rodea a este festival, es lo que hace que se sientan como en casa.
Esta año vuelvo a cuando celebra 26 añitos, que pisé por última vez en 2019 -Gracias Nacho Cano y Cía. por tan memorable espectáculo- y estoy seguro, que disfrutaré como en aquella primera visita, allá por 2005, de la que que guardo otro imborrable recuerdo. En todos estos años, Sonorama ha sido capaz de llevar a Raphael, a Liam Gallagher, al Dúo Dinámico, The Hives o a Camela. Y todo ello, dentro la más absoluta normalidad y con un éxito inapelable. ¿Quién es capaz de hacer eso hoy en día?
A toda esa gente que aún no hayáis asistido, os recomiendo encarecidamente visitarlo al menos una vez al año -guiño, guiño-, al resto, os emplazo a leer el lema que a día de hoy es de sobra conocido: “LA VIDA ES AQUELLO QUE PASA ENTRE SONORAMA Y SONORAMA“.
P.D.: Gracias “Pucho” por acuñar ese “sonoritos y sonoritas” mientras coreábamos a pleno pulmón el “Lorololololo” de “Sharabbey Road”.
Javier Cáceres Herrero
IG: @popcorn_coke_andrelax