El colectivo Néxodos, desde su espacio ‘Nexo990’ dedicado al arte contemporáneo ubicado en el antiguo matadero de Monzón de Campos, ha inaugurado este mes la quinta temporada expositiva con una propuesta colectiva que invita a repensar los estereotipos artísticos que pesan sobre Tierra de Campos.
‘Olvidar a Caneja’ es el título de esta exposición que puede verse desde el pasado 3 de junio en la Sala A, creada por Javier Ayarza, Carmelo Camacho, Ana Frechilla, Chelo Matesanz, Mercedes Melero y Juan Carlos Román, y que permanecerá abierta hasta finales de julio.
Los autores explican que asumieron hace cinco años la invitación del Ayuntamiento de Monzón de Campos de gestionar «una programación estable de exposiciones y actividades que propiciase un diálogo entre la creación contemporánea y el territorio, procurando estimular la capilaridad de esta comarca hacia narrativas actuales», destacan desde Néxodos.
«Después de este tiempo, nos ha parecido oportuno invertir ahora el sentido de la mirada para proyectar el tejido articulado en torno a la conversión del antiguo matadero municipal en espacio cultural». Los artistas que participan en esta muestra tienen el denominador común de habitar el territorio, «cada uno desde la singularidad de sus propios condicionantes vitales».
‘Olvidar a Caneja’, defienden, no sugiere ningún tipo de cancelación del principal artista palentino del siglo XX, ino que reivindica «la posición de vanguardia que alimentó su lectura esencial del paisaje castellano para traerla al presente». Una aproximación múltiple a lenguajes que plantean nuevas formas de interpretación del entorno, y que lleva aparejado «el propósito de revisar y desafiar visiones estereotipadas sobre esta extensa Tierra de Campos».
Además, en la Sala de Despiece de Nexo990, estará expuesto hasta el mes de octubre el proyecto ‘Via Domum’ de Jorge Gil. Una exposición que nos invita a adentrarnos en la complejidad de nuestra identidad y de su formación a través de la influencia de factores externos. Buscando una conexión con las primeras representaciones de autómatas y de la imaginería de vírgenes de candelero propias de la época barroca, Jorge Gil aborda la idea de simulacro, para lo que reinterpreta a aquellas figuras articuladas y mecánicas.