La provincia registró la tercera cifra más baja de fallecimientos desde que hay estadísticas, pero el número de finados crece con respecto a 2020 y el de atropellos es el segundo más alto de los últimos años
Dos muertos en accidentes de tráfico más que en 2020. Ese es el balance de las carreteras palentinas durante el pasado año 2021. Es cierto que se trata de una de las cifras más bajas desde que hay estadísticas, pero son dos víctimas más. Y si ya de por sí un fallecido en las carreteras es demasiado, nueve son nueve veces demasiado. Esa es la cifra de personas que a lo largo del año que se acaba de cerrar han perdido la vida en las carreteras, caminos (7) y calles (2) de la ciudad y los pueblos palentinos. Lo hicieron en siete accidentes mortales, dos de ellos con dos víctimas.
Por verle un lado menos negativo y mirando únicamente a los números que se esconden tras las personas, se puede decir que se trata de la tercera cifra más baja en la provincia de Palencia desde que se instaurasen las estadísticas, allá por la década de los años 60 del siglo pasado.
Sólo ha habido otros dos años menos luctuosos que el 2021. Por un lado, el referido 2020 con un confinamiento mediante y con una reducción notable de la circulación. Entonces perdieron la vida siete personas. Por el otro, 2015, que es, hasta la fecha, la anualidad con menos finados. Seis cadáveres sobre el asfalto palentino. Muy lejos, afortunadamente, de los 71 del máximo alcanzado en 1989.
Peatones.
Si algo se puede destacar del balance de fallecidos en las carreteras de Palencia, es la fragilidad de peatones, ciclistas y motoristas. En definitiva, de los usuarios de las carreteras que no van protegidos por una carrocería.
De los nueve fallecidos, seis se corresponden con esa descripción. De hecho, solo han perdido la vida tres personas que en el momento del siniestro iban en un automóvil. El resto, han sido o bien peatones (cuatro) o motoristas (1) o ciclistas (1).
De esos viandantes, dos perdieron la vida en un casco urbano, en concreto en el de la capital (en San Lázaro y en Fernando El Magno) arrollados por sendos vehículos. Otro dentro del término municipal también de Palencia, pero en la carretera de Ampudia, arrollado por una moto. Precisamente, el motorista, posteriormente al caer tras el impacto, también perdió la vida al ser arrollado por un turismo. En total, en la capital palentina perdieron la vida cuatro personas. La casi la mitad de toda la provincia.
El cuarto atropello a una persona se dio en la A-67, en las inmediaciones de Aguilar, cuando una persona se bajó de su vehículo tras sufrir un accidente y fue arrollado por otro. Ese de septiembre era el primer accidente mortal en una autovía de Palencia desde julio de 2018. Más de tres años.
Se da la circunstancia de que se trata de la segunda cifra más alta de atropellos mortales en un año en Palencia de la última década. Solo por detrás de 2019, con seis finados.
El ciclista que falleció en 2021 fue a causa de un fuerte golpe en la cabeza. Fue hallado en la cuneta de una carretera provincial, cerca también, de Aguilar de Campoo.
En la CL-613.
Los otros tres fallecidos se dieron en circunstancias muy diferentes. Por un lado, un tractorista que resultó muerto al salirse del camino por el que circulaba, su tractor y caer debajo de una de las ruedas del vehículo en Hontoria de Cerrato. Pese a que podría considerarse como un accidente laboral, lo cierto es que la Dirección General de Tráfico lo incluye al producirse en una vía abierta a la circulación pública.
El otro accidente mortal en el que las víctimas iban en un vehículo se dio a finales del mes de diciembre, cuando un turismo matriculado en Francia y un camión colisionaron en la CL-613, en las inmediaciones de Cisneros. Fallecieron los dos ocupantes del turismo.
Se trató del primer accidente mortal que se ha producido en la CL-613 desde que se pintaron las rallas verdes y se instauraron los tramos de velocidad controlada allá por octubre de 2017. Eso sí, el siniestro tuvo lugar a apenas unos metros de donde empieza o termina (dependiendo el sentido de la marcha) el control de esos radares de tramo. En un cruce en el que la velocidad está más limitada que en el resto de la carretera: a 70 km/h.