El obispo emérito de Palencia y misionero Nicolás Castellanos recibe la Medalla al Mérito Profesional de Castilla y León
El consejero de la Presidencia, Jesus Julio Carnero, ha entregado este viernes en Valladolid la Medalla al Mérito Profesional de Castilla y León a Nicolás Castellanos, misionero palentino y obispo emérito de la Diócesis.
Durante el acto, el consejero ha manifestado que “hoy es un día de alegría y para dar las gracias por tener entre nosotros a personas de la relevancia humana y profesional de Monseñor Nicolás Castellanos. Un castellano y leonés dedicado en cuerpo y alma durante toda su vida a los demás, con unas cualidades y valores que le constituyen como merecedor de la Medalla al Mérito Profesional de Castilla y León que se le entrega en este acto institucional”.
Carnero, además, ha destacado de su figura “su generosidad infinita por el trabajo sin descanso realizado en favor de la paz, la solidaridad, la tolerancia, el respeto a los derechos humanos y la cooperación al desarrollo, contribuyendo significativamente a la prosperidad de los más pobres y desfavorecidos de nuestra sociedad”.
Centrado en humanizar la vida
Nicolás Castellanos ha estado siempre preocupado y ocupado en la cuestión social, consciente desde joven de lo que él denomina las grandes fracturas, que generan en las masas contextos de exclusión y vulnerabilidad, diferenciando una democracia del bienestar, frente a una dictadura de la pobreza, y haciendo hincapié en las personas excluidas de la sociedad, víctimas de la modernización del proceso económico.
Todo ello, con el afán de preservar las virtudes de lo humano, como el sentido ético de la vida, la ternura, el amor, la amistad, el cuidado de los otros, la solidaridad frente al dolor y pobreza o el respeto por lo sagrado.
En este sentido, Jesús Julio Carnero, le ha agradecido “su compromiso permanente en defensa y de respeto a la vida, a favor de una cultura de la no violencia y de protección de la vida, su compromiso con la cultura de la solidaridad, hacia un orden justo, donde prima el dar sobre el recibir, su compromiso con la cultura de la tolerancia, su compromiso de una cultura de la igualdad y la inclusión, hacia una sociedad en armonía, que ofrezca unas mismas oportunidades a los más débiles y se enriquezca con la participación activa de todos”.
Biografía
Leonés de nacimiento (Mansilla del Páramo, 1935), a los 18 años profesó como religioso agustino y, tras estudiar Filosofía y Teología en el Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos), en 1959, a la edad de 24 años, fue ordenado sacerdote. Entre 1959 y 1963 amplió sus estudios en Roma (1959-1963), obteniendo la licenciatura en Pedagogía y en Teología en la Universidad Salesiana.
Desde 1962 ejerció sus primeras labores pastorales en Palencia y León hasta que en 1.973 fue elegido Prior de la Provincia Agustiniana de España. En aquel momento la labor de los misioneros agustinos en América era muy importante y Castellanos prestaba ayuda de todo tipo.
En 1978 Pablo VI le nombra Obispo de Palencia y después de trece años de trabajo apostólico en la diócesis, en 1991 presentó su renuncia a Juan Pablo II para ser misionero en Bolivia, que le fue concedida.
En 1992 se traslada a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con un grupo de fieles religiosos, laicos y sacerdotes, fundando con ellos una iniciativa de vida en común llamada `Fraternidad Hombres Nuevos´.
Crea el Proyecto Hombres Nuevos centrando su actividad social en el barrio de Plan Tres Mil, unos de los más empobrecidos de la periferia marginal de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Desde entonces continúa su labor de misionero en esa región, dedicando todos sus esfuerzos en mejorar la calidad de vida de los más pobres, en uno de los actos más admirables que puede hacer el ser humano, dejar todo por ayudar a quienes viven en la `parte sur del mundo´, especialmente en Bolivia.
Su labor a favor de los pobres y de la justicia social ha merecido numerosos premios y reconocimientos, entre los que destacan el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998 y su nominación al Premio Nobel de la Paz 2021.