En la provincia de Palencia hay 3.469 diagnosticados de glaucoma, pero se calcula que hay más de 1.700 sin diagnosticar. La Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) destaca la importancia de un diagnóstico precoz que evitaría la ceguera total en el 95% de los casos
El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que provocan un daño progresivo e irreversible en el nervio óptico y hoy día sigue siendo la principal causa de ceguera en el mundo. En Castilla y León se calcula que el glaucoma más común afecta a unos 52.349 castellanoleoneses, aunque la mitad de ellos -26.175 aproximadamente- no sabe que lo padece porque en sus inicios es asintomático. La Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) calcula que en Palencia hay 3.469 diagnosticados y más de 1.700 sin diagnosticar, aproximadamente.
Durante estos días se celebra la Semana Mundial del Glaucoma, un momento que esta asociación aprovecha para destacar la importancia de una detección precoz, que evitaría en un 95% de los casos la ceguera total de los pacientes.
“Al glaucoma también se le conoce como la ‘ceguera silenciosa’ porque, al principio, el cerebro se encarga de compensar el déficit visual. El problema es que las personas suelen darse cuenta en etapas más evolucionadas cuando la pérdida irreversible de visión ha avanzado de la parte más periférica hacia el centro y parece que estuviésemos mirando por un túnel”, destacan desde este colectivo.
Por otro lado, en sus fases iniciales no hay ningún síntoma por lo que la única forma de diagnosticarlo es mediante una exploración oftalmológica completa en la que se determine el estado de salud del nervio óptico y las posibles situaciones de riesgo que puedan dañarlo. “Por eso es tan importante realizarse una revisión periódica anual, sobre todo, desde los 45 años, edad a partir de la cual el glaucoma tiene mayor incidencia”.
“Muchas personas no quieren realizarse estos chequeos médicos porque tienen miedo a que al estar diagnosticadas de glaucoma las echen de sus trabajos. Sin embargo, un diagnóstico temprano con un buen seguimiento y una correcta adherencia al tratamiento evitaría la ceguera en la mayor parte de los casos”, destaca Joaquín Carratalá, presidente de AGAF.
El glaucoma, a día de hoy, no tiene cura, pero los pacientes cuentan con colirios y medicamentos para evitar esa tendencia a la ceguera total. No obstante, en ningún caso la persona recupera el campo de visión perdido, al tratarse de una enfermedad degenerativa, pero los tratamientos consiguen evitar un deterioro mayor del campo visual y, por tanto, de la calidad de vida.
Aunque se calcula que el glaucoma afecta a casi a un millón de personas en nuestro país, lo cierto es que aproximadamente la mitad de ellos no saben que lo padecen. A pesar de que los medicamentos ofrecen grandes posibilidades de frenar el avance del glaucoma, casi el 45% de los pacientes no se adhieren de forma continuada y estricta a los tratamientos pautados por sus oftalmólogos. Una situación que se ha visto aumentada con la crisis sanitaria de la Covid-19. “La Sanidad ya ha recuperado su actividad y no debemos descuidar nuestros problemas en la vista. Ya sea para hacernos nuestra revisión anual y comprobar que todo está bien como para controlar el avance de nuestro Glaucoma”, añade Joaquín Carratalá.