Los remedios naturales ganan la partida a los medicamentos para solucionar problemas digestivos, dolores musculares o insomnio
A. Míguez / ICAL
Farmacéuticos, nutricionistas, médicos o dietistas han detectado en los últimos años un cambio de tendencia. La sociedad ha evolucionado hacia una mayor preferencia por los productos homeopáticos o remedios naturales, bien sea para aliviar algún tipo de dolencia ocasional, o para mejorar su alimentación. “Se ha despertado el interés de la gente por cuidarse más, por comer bien y por utilizar técnicas más naturales con el propósito de dejar de lado esos químicos tan utilizados hace, por ejemplo, una década”, explicó la nutricionista palentina, Isabel Caballero.
Ella es además, propietaria de un herbolario y, desde allí, ha podido comprobar cómo cada vez la gente se preocupa más por su salud. “Era algo impensable hace no tanto, pero ahora es más habitual leer y prestar más atención a las etiquetas de los productos para saber qué es lo que estamos comiendo. Es un paso muy importante ya que poco a poco se está perdiendo el recelo que existía hacia todo lo natural”. En este sentido, Caballero cree que el mejor aval de este tipo de productos es su eficacia demostrada. “Antes la sociedad era un poco más reacia pero una vez que lo prueban, verifican los beneficios y notan mejoría, van ganando confianza”, relató.
Pese a todo, insiste en que la utilización de productos naturales no implica “una sustitución” sino que pueden actuar como suplementos. “Si el médico te pauta un medicamento o un tratamiento concreto, no lo puedes dejar pero sí lo puedes complementar para reforzarlo, facilitar su absorción o simplemente sentirse mejor”, explicó.
En concreto, ha aumentado la demanda de productos naturales que ayudan a combatir el insomnio, las molestias gástricas, el cansancio o los dolores musculares. “La gente acude pidiendo ayuda porque se siente muy cansada y eso es, en parte, porque sí nos alimentamos pero no nos nutrimos. Se abusa de la comida rápida o ultra procesada y eso provoca falta de nutrientes, vitaminas o minerales”. Esas carencias obligan a buscar soluciones contra el estreñimiento, las malas digestiones o la acidez. “Lo preocupante es que cada vez vienen personas más jóvenes con estos problemas e incluso madres que acuden a comprar algún remedio para sus hijos de 15 o 16 años”, lamentó esta nutricionista.
A eso hay que sumar un estilo de vida cada vez más acelerado, algo que ha ocasionado que se dispare la venta de infusiones de melisa, lavanda, tila o azahar. “Ayudan a ir reduciendo el nivel de estrés generado durante el día y el sueño es más reconfortante y reparador”. Son productos que recomienda también la farmacéutica palentina, Belén de Fuentes. Ella considera que se recurre demasiado rápido a medicamentos para poder dormir sin probar antes alternativas más naturales. “Tenemos complementos tipo magnesios, rhodiolas o triptófanos que pueden ayudar y que son una alternativa a la farmacología”.
Opinión que comparte, desde el otro lado del mostrador, Lourdes Vallejo, una mujer palentina de 46 años y clienta habitual de este establecimiento. Reconoce que hace varios años se adentró en el mundo de los productos naturales y ahora siempre los usa como alternativa y complemento a la medicina. “Para los dolores de regla siempre me funciona la manzanilla con anís y evito abusar de los antiinflamatorios. También me ayudan los complementos que contienen propóleo y jalea real para dar esquinazo a las infecciones respiratorias en las épocas de cambio de tiempo, así como los que llevan magnesio para reforzar las defensas”.
En su caso, confiesa que empezó a consumirlos en plena pandemia y, desde entonces, no ha contraído ni un solo catarro. Por eso se los recomendó también a su núcleo familiar. “Mi marido, con insomnio crónico, ha logrado descansar gracias a las pastillas con valeriana que le recomendaron en el herbolario. Mi abuela siempre decía que la naturaleza tenia solución para todo y cada vez estoy más convencida de que tenía razón”, reconoció.
Los expertos insisten en que para conseguir unos resultados óptimos, lo ideal es ponerse en manos de profesionales y recibir asesoramiento personalizado. Debido al aumento de la demanda es cada vez más habitual ver este tipo de productos ocupando los lineales de los supermercados o grandes superficies. Una práctica cada vez más habitual que, a juicio de Isabel Caballero, perjudica al comercio local y anula los beneficios de la medicina natural.
“La gente los compra allí, los prueba y no nota ninguna mejoría. Eso les crea una mala opinión de las infusiones o productos naturales sin saber que no han comprado lo que realmente necesitaban. Al final la calidad se paga y una infusión muy económica tiene muy poco principio activo. Si se acude a un sitio especializado hay más probabilidades de que den en la diana y sepan qué es lo que te pasa”, concluyó.