La castellana y leonesa, Almudena Alberca, se erige como primera mujer en lograr el título de ‘Master of Wine’ de España, quien participa en el 50 aniversario de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia
David Herrero – Ical
“Nunca tuve conciencia de que fuera a ser la primera, no me importaba ese detalle, solo quería acabarlo. Lo he conseguido con mucha pasión, dedicación, esfuerzo, capacidad de trabajo y mucho estudio alejado de los momentos personales”. Así responde Almudena Alberca, la primera mujer en lograr el título de ‘Master of Wine’ de España, máxima formación a nivel internacional que se puede conseguir dentro del mundo del vino, quien fue también una de las primeras alumnas de Enología en el Campus de Palencia y, a día de hoy, ejerce como directora técnica de un grupo de bodegas, pertenecientes a Entrecanales Domecq e hijos.
De Castilla y León al cien por cien. Alberca es natural de la comarca zamorana de Sayago, creció en Salamanca, estudió en Palencia, trabajó en Soria y ahora vive en Valladolid, quien afirma en declaraciones a la Agencia Ical que dicha certificación no pertenece a ningún organismo oficial del ámbito universitario, ya que se trata de una escuela independiente en Londres, denominada ‘The Institute of Masters of Wine’.
Explica que los ingleses tienen especialistas en el mercadeo en este tipo de producto, porque “son altamente consumidores, pero carecen de productores”. Dentro de esa especialización que ellos requieren se encuentra el ‘Master of Wine’, que ofrece una formación para trabajar en el mercado internacional, al conocer los “diferentes estilos de vino, dónde, cómo y por qué se produce cada vino, así como los destinos de venta y facturación”.
Aunque está enfocado a una visión más de relaciones mercantiles y marketing, señala a Ical que, para poder vender bien este tipo de producto, es necesario conocer la viticultura, la enología y las formas de producción.
“Básicamente sería ver un vino y entender qué papel desempeña esa bebida dentro del mundo, en qué categoría está, qué estilo y lo que representa para analizar y entender el espacio dentro del mercado”.
Por otro lado, apunta que Castilla y León tiene un “potencial enorme por altitudes, tipos de suelos, microclimas o variedades autóctonas”. “Tenemos muchas cosas, pero estamos acostumbradas a ellas y hay que sacar brillo y empezar a sentirnos orgullosos y profesionalizarnos más”.
Todo ello para dar mayor importancia a esas pequeñas zonas que existen dentro de la Comunidad, como ocurre con los Arribes del Duero, la sierra de Salamanca, Ávila, Tierra de León, Arlanza o Cigales.
Se tratan de zonas muy pequeñas, porque el grueso está en Ribera del Duero, Rueda y Toro, pero hay muchos puntos de Castilla y León que son “verdaderas joyas con viñedos viejos que tienen el ADN de la región”, asegura la experta con cerca de 20 años en el sector.
Medio siglo
Alberca estuvo presente en la capital invitada con motivo del 50 aniversario de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, donde la plaza de los Juzgados acogió ayer la Feria Agroalimentaria, Enológica y Forestal, donde 20 startups promovidas por antiguos estudiantes de la Etsiiaa de la Universidad de Valladolid se dieron cita para informar a los asistentes sobre sus proyectos, así como para visibilizar la importancia que tienen en la economía local y regional los sectores agroalimentario, enológico y forestal.
También se cumple el 25 aniversario de Enología, por lo que se ha reservado un 25 por ciento del espacio a bodegas o bebidas y hubo representación de DO Cigales, Arlanza, vermut, cerveza. Además, se contó con antiguos estudiantes que tienen relación con los Grados de Ingeniería Agrícola, Forestal e Industria Alimentaria, como Palentina Aromáticas, Rooteco, ECM ingeniería ambiental, ID Forest Biotecnología Forestal, el mundo de las trufas con TrufBOX y Mundo Reishi, entre otros.
El objetivo era mostrar a la sociedad el fruto y los resultados en el desarrollo económico de los estudios de la Etsiia, a partir de un evento que fue organizado por la propia Escuela y el Parque Científico de la Universidad de Valladolid en Palencia, y que contó con el patrocinio del ICE, de la Diputación y del Ayuntamiento de la capital.