La Asociación Autismo Palencia sensibiliza y conciencia a la sociedad en el Día Internacional del Asperger, que se enmarca dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA)
David Herrero / ICAL
El asperger es una forma de vivir el Trastorno del Espectro Autista (TEA), cuyas personas tienen capacidades diferentes, pero “no padecen ninguna enfermedad, porque el asperger y el TEA no lo son”. Tampoco son personas con discapacidad, ya que no todos aquellos que padecen el TEA presentan una discapacidad. De hecho, muchas personas con asperger tienen altas capacidades, es decir, todo lo contrario.
Aspectos básicos, pero que todavía crean dudas y malentendidos en el conjunto de la sociedad, de ahí que la Asociación Autismo Palencia quiera visibilizar, sensibilizar y crear concienciación durante el Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se celebra cada 18 de febrero.
El gerente de Autismo Palencia y trabajador social, Emilio José González, afirma a la Agencia Ical que existe la tendencia errónea en pensar que las personas con asperger o autismo no van a triunfar en su vida, pero hay ejemplos que demuestran todo lo contrario, con Elon Musk o Greta Thunberg, quienes “focalizan la atención en sus intereses y les hace llegar al éxito”.
Señala que una persona con el TEA vive su día a día de forma diferente al resto, como ocurre en la forma de relacionarse, otra falsa leyenda extendida, dado que sí interaccionan con el resto, pero presentan dificultades, puesto que les cuesta comprender las normas sociales y se basan en literalidades, al rechazar dobles sentidos y chistes.
De igual modo, necesitan un entorno predecible en el que se les anticipen los pequeños cambios y establecen rutinas e intereses que les aporten seguridad, razón por la que la ruptura de los aspectos marcados les provoca estrés, puntualiza.
Trabajo multidisciplinar
La labor y el trabajo de la asociación “es infinito”, con el fin de que sirva de “acogida y recepción para convertirse en una gran familia”. En la primera toma de contacto, el equipo profesional con el que cuenta la entidad sin ánimo de lucro realiza un diagnóstico y detección del usuario potencial, ya sea un menor (cero a tres años) o una persona adulta (hasta los 57 años).
A partir de ahí, se trabaja en el campo de la psicología, de la terapia ocupacional y la logopedia, además de aportar un servicio de respiro familiar (deporte, talleres de cocina, piscina y ocio inclusivo).
Actualmente, la asociación atiende a 63 familias, pero el número a lo largo de 2022 fue mayor, hasta alcanzar las 80 familias. Aun así, prevén que la cifra aumente, porque tienen en lista de espera para poder atender a otros 14 usuarios más, añade.
Reclaman a la administración autonómica que se incremente el apoyo económico actual, porque “somos una asociación que no deja de crecer, mientras que las ayudas públicas están congeladas o disminuyen”. “Si la Junta tuviera que hacer el trabajo que nosotros hacemos, probablemente, no lo podría llevar a cabo”.
Respecto al Ayuntamiento de Palencia, recalca una petición que no es nueva, la cual se centra en conseguir más espacio para la asociación, en especial, para montar una sala de logopedia en condiciones, ya que se está en constante crecimiento.
González asegura que se lucha por la visibilidad y la sensibilización con el fin de que entiendan a las personas con autismo y que sepan tratarles en diferentes lugares y momentos del día a día. “Se está avanzando en todos los ámbitos, pero se requiere mayor implicación para atender todos los diagnósticos, aquellos que antes no se detectaban y pasaban desapercibidos”.
Sanidad y educación
“Es necesario que se cuente con profesionales especializados en autismo en el ámbito sanitario, educativo y servicios sociales, porque nos encontramos que nuestros niños no cuentan con personal adaptado”, afirma a la Agencia Ical la presidenta de la Asociación, Laura Matallana.
Lo importante es centrarse en cada familia y la propia persona con autismo, porque hay padres que quieren que la educación de su hijo se imparta en un centro ordinario, de ahí que haya que “pelear por ello al estar en su derecho”, dado que, la mayoría, no tienen ninguna discapacidad, aunque sí requieran apoyos especiales de la mano de profesionales formados en el Trastorno del Espectro Autista.
Destaca la importancia de poner en marcha una tarjeta sanitaria preferente, dado que las personas con TEA sufren molestias provocadas por los estímulos externos, por lo que, en una consulta externa, tras una “lista de espera eterna”, no son atendidos con preferencia al llegar a la cita, cuando se sabe que ese paciente padece autismo y se puede poner nervioso o generar una crisis. “No lo reclamamos por gusto, sino por necesidad”, dice.
En el caso de la salud bucodental, apunta a Ical que cuando un niño con TEA necesita un empaste, Sacyl tiene que abrir un quirófano para realizar ese tratamiento debido a la necesidad de sedación total, ya que una persona con autismo, por norma general, no se deja tocar y presenta hipersensibilidades.
El problema se presenta al no abrir un quirófano para un único paciente, sino para tres o cuatro casos, por lo que ese empaste “se puede retrasar hasta ocho meses, lo que se acaba convirtiendo en una infección constante y una extracción al perder esa pieza dental”.
Por ello, también luchan para la utilización de mecanismos que no conlleven la sedación total y, por consiguiente, no haga falta la apertura de quirófanos. “A estas personas se les puede dormir de otra forma y que no tenga que pasar tanto tiempo de espera”.