Cerco para linces ibéricos en Astudillo- ICAL
Cerco para linces ibéricos en Astudillo- ICAL

El Cerrato palentino contará a partir de enero o febrero con los primeros felinos, con una suelta blanda, tras acometer los trabajos iniciales de mejoras de hábitat, como cercos o charcas, con una inversión de dos millones hasta 2026

Juan López / ICAL

El lince ibérico vuelve a la Meseta Norte. Ese es el resumen. “El último lo vi yo mismo en estas tierras en 1971”, señala el palentino José Luis Blanco, hoy con 67 años, y que es uno de los propietarios con los que la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio colabora para la reintroducción de este felino. Por el momento, será mediante una suelta blanda, una especie de régimen de semilibertad, en el municipio de Astudillo, en el Cerrato Norte palentino, y en montes de utilidad pública gestionados por el Ayuntamiento, en los que se acometen estos días los preparativos para la llegada de una especie que cuenta con el beneplácito de todos los sectores de la comarca, la razón principal, además de la importante densidad de conejos, sustento alimenticio del lince ibérico.

Por ambos argumentos, la Junta ha seleccionado este territorio. “Hay muchos ojos puestos a nivel mundial en esta liberación”, subraya a Ical el jefe de Servicio Central de Espacios Naturales, Flora y Fauna, David Cubero.

Para ello, la Consejería invierte dos millones de euros hasta el 2026, tanto en infraestructuras para el desarrollo del proyecto como en mejoras de hábitat, tales como charcas, cercos para facilitar su adaptación y majanos y refugios para el conejo. Lo primero, es construir un cercón de presuelta para los linces, donde se soltarán en función del carácter y comportamiento de los ejemplares. Serán, en una primera fase, seis cachorros de un año, dos machos y dos hembras, aunque no todos a la vez, sino en función de las características de cada uno. El Comité de Cría ha aprobado la liberación de 23 linces en 2025 en España, y seis lo harán en Castilla y León. “Estamos muy contentos”, apunta Cubero.

A partir de ahí, el programa contempla la entrada de otros tres o cuatro por año hasta su consolidación global, que llegará cuando puedan reproducirse por sí solos. Para cada uno de ellos, que procederán de alguno de los centros de cría que existen en la Meseta Sur, el departamento dispondrá en enero de un informe sobre su conducta elaborado por los responsables de estas instalaciones. “En ese momento valoraremos cuál es la mejor decisión”, manifiesta Cubero, quien pisa un terreno de monte bajo, allí donde se han elegido los mejores cuadrantes para reintroducir al felino en la Meseta Norte por primera vez desde que se extinguiera en los años 70, y conseguir, a partir de ahora, su asentamiento y consolidación.

“Para empezar, se construye un cerco de una hectárea que servirá de aclimatación de los linces y que tendrán una docena de bebederos, así como diez vivares de tubos que sirven para refugio de conejos, en una zona seleccionada, precisamente, por la gran densidad de ellos”, sostiene Cubero, quien añade que esta infraestructura se situará dentro de un gran cerramiento para, cuando acabe esa adaptación, los linces puedan ir saliendo poco a poco a su régimen final de libertad absoluta. Por ello, afuera, también se construirán progresivamente otras 29 charcas y 16 vivares para los conejos, tanto en montes de utilidad pública como privados.

Una visita de un equipo de Ical a este monte de Astudillo, situado en la carretera hacia Villamediana, constata la labor de las máquinas y los trabajadores, que se afanan por llegar a tiempo a ese límite marcado para enero-febrero y poder ver a los linces de vuelta en Castilla y León. De forma paralela a la construcción de estas infraestructuras, la Junta avanza en la fase de firma de convenios de colaboración con propietarios de fincas privadas y titulares de cotos de caza para realizar inversiones también en estas propiedades, que permitirán implementar mejoras de hábitat para el lince.

Es en este punto donde entran, entre otros, José Luis Blanco y Marisa Nebreda, quien agradecen que la Junta construya charcas en sus fincas, a razón de tres o cuatro cada mil hectáreas que necesitan las hembras. Blanco cree que la presencia del lince también incrementará la vigilancia con agentes forestales, lo que “sujetará a los furtivos de otras especies”, como corzos, ciervos y jabalíes.

Tanto Blanco como Cubero defienden que “los propios cotos han pedido que se reintrodujera aquí el lince”. “Está demostrado que donde hay lince aumenta la población de perdiz”, explica el jefe de Servicio de Flora y Fauna, quien añade que el felino “controla también a los zorros, tejones o meloncillos”, a los que excluye con su sola presencia. “Un cazador cambia una perdiz silvestre por una suelta de mil de cría en jaula”, salta José Luis Blanco, quien con sus afirmaciones se muestra cada vez más defensor de la medida. Marisa Nebreda cree que motivar el regreso del lince “es una deuda que esta zona tiene con este animal”, dado que hasta los años 70 “se le consideraba una alimaña, uno de los motivos por los que se acabó”.

“Mejora para todos”

Cubero defiende que estas mejoras “sin duda repercuten en la mejora cinegética”, como son creación o progreso de la red de puntos de agua, accesos, vallados, construcción de vivares o majanos, siembras de leguminosas, etc. Igualmente, se están identificando los diferentes gallineros existentes en dichas finchas para su protección, quizás los únicos animales que podrían sufrir datos, dado que no atacan a la fauna doméstica ni en extensivo. “Queremos evitar posibles problemas del lince en estos gallineros, tal y como nos comprometimos en el proceso de participación”, sostiene.

También están en marcha contratos para el suministro de todos los materiales necesarios para el seguimientos de los linces, como son collares GPS, antenas de seguimiento, jaulas trampa, etc; y se prepara un programa de educación ambiental para desarrollar con los colegios de la zona y acercar así el proyecto a los más pequeños.

Fuera de la zona cero del lince, otra de las medidas relevantes será el desbroce y limpieza en carreteras, a lo largo de 14,3 kilómetros, que facilite la visibilidad de los conductores cuando pasen por estas zonas para evitar atropellos, principal causa de mortalidad de estos felinos en la Península Ibérica; “pero que también beneficiará al resto de la fauna y a la seguridad vial”.

La referencia de Montes de Toledo

Los expertos apelan a seguir el ejemplo de reintroducción del lince en Montes de Toledo, donde el programa de reintroducción comenzó en 2014, ya cuenta con casi un centenar de animales e incluso, se han convertido ya en donantes a otras zonas del país. Aunque la evolución no fue sencilla, pues en las primeras sueltas, los animales “se marchaban porque buscan a otros linces, hasta que finalmente se asentaron”. Por eso, advierte de que “no será nunca un fracaso que al principio se vayan, porque hasta el segundo o tercer año las hembras no fijarán el territorio, que tiene muy buena calidad”.

Todo ello se gestiona a través de un Comité de Cría y un Protocolo de Traslocación, que establece las formas de sueltas, dónde y el cómo, en un “gran trabajo” realizado en estos años por Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Portugal, y al que ahora se suma Castilla y León.

En él se asientan las bases para las variables de hábitat y densidad de conejos necesaria. La decisión del Cerrato palentino es el resultado de años de trabajo, donde debe haber al menos 10.000 hectáreas “de hábitat de continuación forestal, con un mínimo de un 20 por ciento y máximo de 80 por ciento de superficie de matorral, y con una densidad de conejo de 20 letrinas por kilómetro cuadrado.

La otra zona que se está estudiando son los Cañones del Duero, aunque por el momento en una fase muy incipiente. “Ha sido un trabajo muy intenso, pero muy bonito”, recuerda David Cubero, quien echa la vista atrás y agradece la recepción obtenida por la población y los diferentes sectores económicos de Astudillo, con un 95 por ciento de aceptación, así como del Ayuntamiento, en la persona de su alcalde, Luis Santos, quien reflexiona a Ical que “en principio están encantados con esta iniciativa y que les hagan partícipes y que trabajar por el lince es hacerlo por el territorio”. “Una aventura de esta envergadura merece la pena vivirla. Queda bastante por hacer. Sé que no somos pioneros, pero si conseguimos absorber los problemas podemos disfrutar mucho”, comenta Santos, dirigiéndose amablemente a David Cubero, quien se funden en un fuerte apretón de manos. El regidor apela también a la parte de turismo de naturaleza que el lince puede atraer a la comarca, aparte de inversiones. “Las primeras ya están aquí”, matiza Cubero, señalando los cercones y la los majanos.

Actuación en el CRAS

Para tener preparados para posibles intervenciones sanitarias, el proyecto recoge también actuaciones en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid, donde se pondrán en marcha, de forma preventiva, ocho mudas o espacios específicos para alojar de manera temporal a linces para cuarentenas, tratamientos veterinarios, chequeos, etc. Este recinto estará integrado en la red de centros a nivel nacional y dará cobertura no sólo a los ejemplares reintroducidos en Castilla y León.

La instalación de mudas en el CRAS de Valladolid consta de dos módulos comunicados por un pasillo: el de personal especialista y el de boxes para linces. La superficie útil total es de 527 metros cuadrados y se invertirán 389.472,34 euros.

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