La víctima presentaba un importante corte en la cabeza
Hay ocasiones en la que los casos a los que se enfrentan los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son complicados de resolver por la ausencia de pruebas. Pero en otras ocasiones los presuntos delincuentes no es que dejen pruebas de su supuesta autoría, sino que proporcionan a los agentes un elemento en el que se almacenan todos nuestros datos.
Es lo que ha ocurrido este fin de semana tras una supuesta agresión a un varón de 28 años en un bar de la calle Rizarzuela, que en las últimas semanas ha recuperado en número de incidentes prepandémicos.
Así, en la madrugada del sábado al domingo, en torno a las cuatro de la mañana los agentes recibieron un aviso de que en el interior de uno de los establecimientos de la calle, una personas había recibido una agresión con una botella en la cabeza. A consecuencia del mismo, sangraba profusamente, por lo que fue trasladado hasta un centro de salud de la capital.
En el lugar de los hechos, los agentes encontraron el teléfono móvil perteneciente al supuesto agresor, que tras el incidente se había ausentado del lugar. Pero allí también interceptaron a uno de sus acompañantes, otro varón de 21 años que había intentado huir a la carrera a la llegada de los agentes. Le trasladaron hasta la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía a efectos de identificación y por si pudiera agregar algún dato más a la investigación. agresor, que se había ausentado del lugar. Lo que no informa el parte de la Policía Local es si ya se ha dado con el presunto agresor.
Por otro lado, también durante la madrugada del sábado al domingo, los agentes tuvieron que sofocar el conato de otra pelea. Se produjo ya despuntando el alba en un establecimiento de la calle Mayor. Allí acudieron avisados de la pelea entre varias personas. A la llegada de los agentes se observa a un grupo de personas discutiendo acaloradamente pero sin haber agresión alguna por lo que se media entre ellos y se finaliza la discusión.