Una empresa palentina conecta la Tierra de Campos con el mercado mundial de un producto de cultivo con grandes posibilidades para nuestro territorio
El consumo de leche a nivel mundial crece más rápido que el de cerveza. Multitud de países de Oriente Medio y Asia han reforzado su sector ganadero dedicado al lácteo y es por ello que demandan proteína vegetal de alta calidad. Como la alfalfa de Tierra de Campos, por ejemplo.
«En Emiratos Árabes Unidos hay granjas con 10.000 vacas, con aire acondicionado, que se alimentan de nuestra alfalfa deshidratada», explica José Luis Martín Carriedo, CEO de Mesta Green Leafs Spain, una empresa asentada en Becerril de Campos que es la ventana internacional para el producto forrajero local, pues exporta prácticamente la totalidad de su producción.
Mesta Green Leafs Spain se funda en 2018 para cubrir una necesidad: reabrir la deshidratadora de alfalfa de Becerril, que había quebrado por problemas financieros.
«Como agricultor, yo siempre había estado vinculado al cultivo de alfalfa, un producto con mucho potencial en esta zona», explica. Pero la quiebra de la deshidratadora hizo que muchos agricultores abandonaran este forraje. Desde la creación de Mesta, vuelve a ser una opción beneficiosa. «Tenemos suelo, clima y agua. Y es un tipo de cultivo por el que vale la pena hacer inversiones en modernización de regadío».
Antiguamente, el agricultor vendía su alfalfa directamente al ganadero. Hoy en día, la legislación en materia de trazabilidad es restrictiva y esto ya no es posible. Trabajar a través de Mesta es una opción segura. «España es el segundo exportador mundial de alfalfa, por detrás de Estados Unidos».
En el caso de Mesta, el principal cliente es Emiratos Árabes Unidos, aunque también trabajan con China (acaban de abrir una línea de exportación de avena deshidratada al gigante asiático, que además tiene una legislación especialmente restrictiva) o Corea del Sur, entre otros países.
Además, tienen una línea de negocio dedicada a la paja de cereal, un residuo incómodo hasta ahora para los agricultores, que en este caso exportan a Corea del Sur. Un trabajo internacional que se apoya en su condición de miembros de la AEFA, la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada, que se encarga de abrir mercados y representar al sector en ferias internacionales.
El binomio global-local es la seña de identidad de esta fábrica de Becerril de Campos. «Tenemos 11 trabajadores, todos de la comarca, y compramos el producto directamente a agricultores de la zona, en un radio de hasta 25 o 30 kilómetros como máximo».
Además de realizar la deshidratación y exportación, prestan servicio directamente sobre el terreno al productor que lo precise, desde la siega hasta la recogida, pasando por el asesoramiento durante todo el ciclo de un forraje que, además, tiene la ventaja de permitir varios cortes al año.
Una estabilidad que se ha logrado mantener incluso tras el parón del mercado internacional por la pandemia o el aumento de los precios de transporte. «Actualmente estamos realizando inversiones en mejora de eficiencia energética de nuestras instalaciones y confiamos en que salga adelante la creación de un puerto seco en Paredes de Nava, que nos permita ahorrar costes en transporte a través de camiones», ya que envían los contenedores por vía ferroviaria hasta el puerto de Valencia. «No tener un puerto seco aquí nos resta competitividad frente a las empresas que están en el área mediterránea».