Se habla mucho últimamente del empoderamiento de las mujeres y yo siempre pienso que la mujer siempre ha sido un ser fuerte y admirable. Si bien es cierto que en el pasado lo hacía de manera soterrada, la mujer siempre ha sido poderosa.
Me acuerdo de Einstein, al que siempre nombramos por su enorme inteligencia, pero nadie menciona a la que era su mujer cuando andaba obsesionado con su teoría de la relatividad.
Mileva Maric, que por supuesto nunca estuvo en el imaginario colectivo, fue una destacada matemática de la época que tuvo que sobrevivir al hecho de ser la única fémina de la clase. Son muchos los debates al respecto, pero al parecer son bastantes las evidencias que sostienen que colaboró con Einstein en el desarrollo de su obra científica.
Sin embargo, su marido nunca le dio su sitio. Lo cierto es que pocos había como el gran Señor Pierre Curie que rechazó el premio Nobel de Física si no se incluía a su ilustre esposa.
Por supuesto no seré yo quien critique a Einstein puesto que todo es producto de un contexto cultural y, por supuesto, de una debilidad mental que le inhabilitaba para reconocer en público que una mujer pudiera ser como mínimo tan brillante como él. De hecho, he de señalar que se separó de ella y se esposó con una joven sumisa y carente de iniciativa. El buen hombre tenía la convicción de que la mujer debía cuidar de los hijos, de la casa y estar con evidente claridad en las tareas de la cocina. Todo esto he de recalcar que son palabras textuales.
En la actualidad la mayoría de los hombres no tienen problema en reconocer los logros de sus parejas, aunque estarán de acuerdo conmigo en que todavía hay Señores que se hacen un Einstein y prefieren una mujer guapa, joven y, si es posible, con poca conversación.
Tengo que reconocer que siempre he estado rodeada de mujeres formidables. Mi abuela, por ejemplo, fue una de esas personas que te dejan huella para toda la vida. Se quedó viuda muy joven y sacó adelante a 5 hijos. Era la persona más divertida del mundo y a pesar de estar en silla de ruedas, nunca se quejó, de hecho siempre decía que no se quería morir nunca.
“Martonga, que nombre más feo tienes hija, en qué estaría pensando tu madre” barruntaba entre sonoras carcajadas. “Que razón tienes Eladia, con ese nombre tan precioso, normal que te metas con el mío”.
Eladia me dio unos consejos que nunca he olvidado y que le han hecho eterna, porque a medida que la vida iba pasando, me he dado cuenta de la razón que tenía en todo y lo moderna que era para su tiempo.
Su hija, mi madre, es bastante más anticuada pero ha sido y es una madre con mayúsculas y de ella me quedo con su alegría de vivir y su fuerza. La misma fuerza que tiene mi hija, que a pesar de ser todavía una niña, me sorprende cada día con su forma de ver el mundo. No sé si yo lo estoy haciendo bien como madre pero he sido bendecida con unas hijas muy especiales.
MIS HIJAS. En cuanto a mis amigas también he sido una afortunada y me declaro admiradora de ellas. Les agradezco que siempre estén ahí. Lola, por ejemplo, me enseña constantemente el significado de la bondad. Siempre está pendiente de todo el mundo y siempre va cargada de regalos para la gente sin recursos.
Lola es Comandante de una Compañía privada que viaja a destinos privilegiados como Bora Bora o a Países donde la pobreza campa a sus anchas como Sierra Leona.
Ella me tendió la mano en un momento de mi vida en el que la fuerza se me agotó, sentía que todo era demasiado difícil, que no podía con tanta presión. Lola fue esa hada madrina con barita mágica que te da el vestido que necesitas para seguir bailando, luchando, sonriendo y en definitiva, viviendo. Una mujer luchadora y tenaz, que ha volado el avión con el que todos los pilotos soñamos, el Jumbo, a aeropuertos en mitad de la nada, con las uñas pintadas y un uniforme masculino, demostrando que no es necesario renunciar a ser femenina para llevar a cabo un trabajo que tradicionalmente era solo para hombres.
Lucía, por su parte, me ha ensenado que la energía no tiene límite, que a pesar de tener 4 hijos, se puede seguir aprendiendo, trabajando, avanzando. Lucía, una Señora que no contenta con ser una reputada cirujana, nos enseñó que un embarazo puede traer consigo un Doctorado, el siguiente un Master en dirección de hospitales y el siguiente lo que ella quiera porque los límites no existen en su vocabulario.
Y no me puedo olvidar de Elisabeth, que vino de Venezuela con un marido bueno que no le hacía feliz y supo salir de esa situación sin mirar atrás, convalidando sus estudios como abogado en un tiempo récord y montar su propio bufete. Elisabeth ahora ayuda a mucha gente, da conferencias, imparte clases en la universidad y habla por la radio. Es madre de una hija y no perdona un día de gimnasio.
Y, por último, Mercedes, que empezó como paparazzi y ahora es directiva de una importante revista y tiene a su cargo más de 50 personas. De ella me quedo con su amistad eterna, su constancia y su humildad. Jamás le he visto un atisbo de envidia o maldad y la he sorprendido llorando por los logros de los demás. No me puedo olvidar de ella Olga, madraza trabajadora y llena de ideas para que sus niños no se queden en casa con la tablet ningún fin de semana. Ella es sinónimo de paciencia y lealtad, esa personita necesaria que nos escucha y nos anima, a la que no necesitamos ver para saber que está y estará.
En fin, no les quiero aburrir con mi admiración por mis amigas pero sí me gustaría compartir con ustedes que no es cierto que las mujeres seamos malas entre nosotras. En mi caso, el triunfo de mis amigas es el mío y me enorgullece que formen parte de mi existencia porque sé que ellas también se alegran por mí. Si me permiten un consejo: por favor rodéense de gente buena y la vida será más llevadera. Con P de poderosa.
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En cuanto a Paredes de Navas (Palencia), pueblo de apenas 2.000 vecinos, “NO HAY QUIEN DE MAS”.
Verdadero ejemplo en n/nacion: Centros de Artes Escénicas y de Títeres, grandes Polígono Industrial y Centro Deportivo, referente nacional inmigracion Ucrania, y, ahora, Palacio de Congresos, entre otros.
EL alcalde LUIS ANTONIO CALDERON, política aparte, es “SU UNICO RESPONSABLE”. Tomen nota.