El calor y las ganas de aprovechar el puente de Santiago provocó una mayor afluencia a los colegios electorales a primera hora
ICAL
No habían pasado ni cinco minutos de las 9 de la mañana cuando Teresa salía del colegio electoral ubicado en el instituto Núñez de Arce de Valladolid después de haber ejercido su derecho al voto y portando en cada mano una maleta. “Se me pasó el plazo para hacerlo por correo y hoy había que votar pronto para irnos a la playa”, confesó, mientras esperaba en Isabel la Católica la llegada de unos amigos para disfrutar de lo que queda del puente de Santiago en Llanes (Asturias).
Mientras los amigos de Teresa hacía sonar el claxon del coche para advertirla de su llegada y rompían el silencio de una ciudad muda y sin tráfico, en el interior del instituto ya se formaba la primera cola en una de las cuatro mesas, algo que, opinión de los veteranos interventores de PP y PSOE presagiaba que la gente quería cumplir pronto con su obligación democrática para luego disfrutar de la piscina, irse al pueblo o, como Teresa, poner rumbo al norte.
Pero la alegría de Teresa no era la única esta mañana en el Núñez de Arce. Minutos después, con los ojos rojos y con cara de despistados llegaban Jaime, Paula y Raquel. Los tres, según reconocieron, eran antiguos alumnos del instituto y venían de empalmada de ‘La Latina’, el ‘after’ de la vecina calle del Doctor Cazalla. No tenían muy claro que Paula, que recientemente se había cambiado de domicilio, pudiera votar en este colegio, pero tras peregrinar por alguna de las mesas, finalmente pudo ejercer su derecho.
La curiosidad que despertó la llegada de estos tres jóvenes, que no dudaron un momento en atender a rtvcyl, coincidió con la llegada del alcalde, Jesús Julio Carnero que, tras votar, saludó uno por uno a los miembros de las distintas mesas electorales, a la vez que despedía de los apoderados del Partido Popular. Mientras tanto, Jaime no ocultaba que su voto sería para el PSOE una vez que llegara a La Cistérniga, mientras que ahora iban a acompañar a Raquel a su colegio electoral.
Calor
Estampas parecidas se vivían en el colegio Isabel la Católica, donde Fernando se presentó ataviado de ciclista para ejercer su derecho. “Hace una buena mañana para salir en bicicleta y hay que aprovechar antes de que vuelvan las olas de calor”, confesó, mientras sacaba del bolsillo trasero de su maillot los sobres ya preparados.
Minutos después llegaba Luis, otro deportista que no quería desaprovechar la buena mañana para correr un rato por el río. Con camiseta de tirantes y pantalón de atletismo, Luis también tenía su voto preparado y en apenas tres minutos ya salía trotando del Isabel la Católica rumbo a las Moreras.
Mientras tanto, Chema, que a sus 21 años estas elecciones se estrenaba como interventor y lo hacía con Sumar, no ocultaba su ilusión por formar parte de la maquinaria electoral. “Me está resultando una experiencia muy bonita”, reconocía, a la vez ponía de manifiesto la importancia del voto como derecho y deber democrático “para que nadie elija por nosotros”. Además, Chema reconocía que la mayor de su trabajo es ayudar a la gente mayor a encontrar su mesa electoral y explicarles que en la papeleta del Senado hay que marcar cruces.
Más cerca del centro, en el colegio ubicado en San Benito la afluencia de personas era continúa, aunque en este caso la mayor afluencia volvió a registrarse tras las misas de 12 y 13 horas.
En el apartado de anécdotas pocas han sido las que han marcado la jornada en Valladolid, a excepción de las pintadas alusivas a las elecciones aparecidas en un vehículo estacionado cerca de un colegio electoral en el Puente Colgante, que fue retirado por orden de la Junta Electoral.