Aprovechando la celebración del Mes del Autismo, Palencia en la Red se cuela en las instalaciones de Mundo Azul para conocer un poco más acerca de una rama sanitaria que ayuda tanto a niños con trastornos como el autismo, como también a personas mayores
Casi todos podríamos dar una definición más o menos aproximada de qué es la terapia ocupacional. Una rama sanitaria que tiene que ver con los cuidados. Algunos incluso, los más avezados, podrían atreverse a decir que es una actividad desarrollada, sobre todo, en centros para tratamientos de trastornos cognitivos, en residencias de ancianos y, claramente, en los hospitales.
Sheila Gómez y Alba Vivar son dos jóvenes terapeutas ocupacionales en Mundo Azul, una entidad sin ánimo de lucro formada por familias de personas con TEA (Trastorno del Espectro Austista) de la provincia de Palencia, que ofrece atención, información y orientación a las personas con TEA y sus familias, con el objetivo de conseguir la inclusión plena de las personas con este trastorno.
“La terapia ocupacional se dedica, principalmente, a mejorar la autonomía y la independencia de las personas”, explica Sheila, la más veterana de las dos profesionales, que abren a Palencia en la Red las puertas del centro situado en la avenida San Telmo, en la entrada el Hospital Provincial, donde desarrolla su actividad diaria la asociación.
El ámbito de actuación de un terapeuta ocupacional abarca desde la geriatría, trabajando con personas mayores, pero también con personas con discapacidad física, como por ejemplo, con una amputación, o bien con trastornos mentales, como el caso que les ocupa en Mundo Azul, el TEA.
“En Palencia, únicamente hay terapia ocupacional en Salud Mental, en el Hospital Provincial, sin embargo, en el Río Carrión todavía no existe esta figura, aunque se está luchando para los caso de recuperación física o neurorehabilitación”, comentan las terapeutas.
En Mundo Azul abordan desde distintos aspectos el autismo. Las diferentes salas muestran los diferentes tratamientos que ofrecen a los pacientes: desde logopedia y psicología, hasta su propia sala para realizar la terapia ocupacional.
TRATAMIENTO DE NIÑOS CON AUTISMO
Un servicio muy completo que desarrollan, principalmente, con niños. El autismo es el trastorno con índice de discapacidad en déficit sensorial más alto. “Aparte de hacer terapia ocupacional nos enfocamos mucho en integración sensorial”, cuenta Sheila. Una técnica que se basa en el uso de los sentidos para corregir determinados comportamientos.
“A veces vemos un niño que, por ejemplo, no es conscientes de su cuerpo y por eso tiene comportamientos patosos o se tropieza. Lo mismo ocurre con un niño que sea muy movido, no significa que tenga TEDH, un trastorno de hiperactividad, sino que puede que tampoco sienta su cuerpo. Yo no puedo tener a un niño sentado en una mesa escribiendo, porque no siente su brazo. Buscamos hipótesis que nos lleven a la motivación de esos comportamientos”, explica Sheila.
Frustraciones sensoriales que provocan actuaciones poco habituales en los niños y que, enseguida, detectan las terapeutas ocupacionales. Antiguamente, el primer tratamiento que se les aplicaba a estos niños era a través de barreras físicas para evitar comportamientos violentos.
Por contra, la terapia ocupacional trata de desprenderse, por un lado, de la medicación y, por otro, trata de ayudar a la integración del niño con diferentes juegos y actividades.
“Algunos niños ni siquiera se comunican, por lo que tenemos usar el sistema PECS, que emplea diferentes tarjetas de dibujos para construir oraciones”, comenta Sheila.
El principal problema al que se enfrentan estos pequeños tiene que ver, precisamente, con la comunicación y la interacción social. Son extraordinariamente literales y eso, muchas veces, provoca confusiones. “Yo le dije un día a un niño: qué bonito eres, te voy a comer y rápidamente le contó su madre que le iba a comer, literalmente”, recuerda Sheila.
Gracias a las imágenes cedidas por las terapeutas ocupaciones, podemos comprobar un poco mejor la actividad que desarrollan dentro de la sala de terapia ocupacional. Su misión básica es generar estímulos en los pequeños por medio de juegos como una piscina de bolas o un columpio, al tiempo que favorecen el ocio de los niños.
Un trabajo “encubierto” a través del juego mediante el cual las terapeutas generan actividades en los pequeños para que puedan aplicar en su vida diaria: “Cuando estoy jugando con el niño y por ejemplo está girando las roscas del columpio, luego va a poder también llevarse la cuchara a la boca y comer solo”, apunta Sheila.
TERAPIA EN RESIDENCIAS DE ANCIANOS
Por su parte, Alba también trabaja en una residencia de ancianos. Su día comienza con una lectura de periódico para poder orientarles temporalmente: “Algunos ya tienen demencia o pérdida cognitiva, tanto por la edad o alguna patología y por eso es importante la orientación tanto mental como espacial”, explica.
Depende del día, también hace uso de las nuevas tecnologías para favorecer la estimulación cognitiva por medio de cálculo, memoria o atención. Otro punto importante es es de la motricidad, ya que los mayores no suelen realizar actividad en este tipo de centros “y así aumentamos su autonomía”, concreta Alba.
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