La empresa adjudicataria ha dejado pasar tres meses desde la adjudicación, pero ha iniciado algunos movimientos en la parcela de la antigua cerámica
A muchos padres les habrá llegado en estos días el boletín con las notas escolares de sus hijos. Unas notas que hacen referencia al primer trimestre del curso, al comprendido desde septiembre a las vacaciones navideñas que se han dado hoy al mediodía y en las que se pueden encontrar desde sobresalientes a ‘sufis’. Sin olvidar los nada agradables (pero por otro lado necesarios) insuficientes.
Esa es precisamente la nota que se podría decir que se ha ganado en este trimestre el proyecto de La Tejera de Palencia. Y no es que sea una calificación nueva para La Tejera después de años de abandono y absentismo.
Pero sí cabía la esperanza de que, después de que las administraciones decidieran pasarle de curso, darle una nueva oportunidad y promocionarle como un nuevo proyecto, su evolución hubiera sido mejor tras la firma del contrato por parte de la empresa Proyecon Galicia el 9 de septiembre (tres días después que el comienzo escolar).
La Tejera de Palencia ya tiene contrato, cuatro meses después
Pero nada se movió durante semanas. Los cardos seguían creciendo en la parcela. Solo en las últimas jornadas parece que la obra se ha activado. Dando por perdido el trimestre, pero prometiendo comportarse a partir de ahora.
Porque Proyecón Galicia ya ha puesto un pie, elementos y pegatinas en Palencia. Hasta ha solicitado dos vados (temporales, en función de los horarios de la obra) para las entradas a la parcela desde la calle Miguel de Benavides. Unos vados tan recientes que ayer los vecinos se acercaban a ver qué es lo que ponía en esa nueva señal que les impedirá aparcar junto a las vallas de la zona de obras.
En el interior, siempre desde los accesos de esa calle, se puede comprobar cierto movimiento de tierra. Ligero, casi para recoger los materiales que el tiempo ha acumulado junto a las puertas. Pero, tras años de paralización, hasta ese casi inapreciable latido es alentador.
También hay vallas de obra con las pegatinas y logos de la empresa que debe tratar de terminar una obra que parece malita en Palencia. Pegatinas que se extienden también por el perímetro que rodea la obra.
El primer anuncio de que, parece que ahora sí, La Tejera se va a esmerar desde el próximo trimestre.
El proyecto tiene un período de ejecución de 24 meses y cuenta con un presupuesto máximo de 5.112.110 euros, IVA incluido, sufragados por Estado, Junta, Ayuntamiento y Diputación.
Un cuarto de siglo como proyecto de ciudad
Muchos han sido los retrasos que han ido jalonando este proyecto desde que en 1993 el Ayuntamiento de Palencia se hizo con las instalaciones de La Tejera. Hasta 2000 no se redactó el proyecto, a cargo de Francisco Mangado (el mismo arquitecto que el de La Balastera) y no es hasta 2005 cuando comienzan las primera obras por parte de UTE Condisa-Ortiz que se encuentra con problemas en el subsuelo.
Tantos, que fue necesario realizar un estudio geotécnico que implicó bastantes cambios en el proyecto. Desde tirar muros a cambiar el tipo de hormigón. Más euros de gasto que la empresa no quiso asumir, por lo que se rescindió el contrato para dárselo paradójicamente, a Volconsa: Voladuras Controladas SA.
Durante su ejecución de las obras se hicieron ensayos sobre los elementos de fábrica que se iban a reutilizar en la estructura nueva y se descubre que sus capacidades no eran válidas, por lo que se redacta un segundo modificado en 2011 que rediseña la estructura de la nave de La Tejera. Pero para entonces Volconsa ha volado. Le pilló la crisis y quiebra. Como a La Tejera.
El proyecto, recortado
Tras años sin avances, en 2016, hace 8 años, dos mandatos, se licitó un concurso para redactar el nuevo proyecto de Rehabilitación de la antigua fábrica La Tejera de Palencia para centro de formación, congresos y ferias, que fue adjudicado a la UTE RuedaPizarro – Antonio Cantero.
Se presentó terminado en 2018 y cuando se quiso sacar a concurso la ejecución de la obra tras la pandemia las administraciones se dieron cuenta de que con el dinero que se había determinado que cada una de ellas pagaba, 5,3 millones de euros en total, no llegaba. De hecho solo daba para el 75% del proyecto.
Por ello, se redactó una adenda. Mismo dinero, pero restando aspectos a realizar.
Así, en la adenda se explica que “para poder dar respuesta al incremento de los precios de acuerdo a la actual situación económica, la actuación presenta el siguiente detalle: Se ejecuta el 100% de la rehabilitación del edificio de la nave de La Tejera, que es la parte más singular y de mayor valor patrimonial de la actuación”.
Del edificio auxiliar, dentro de su planta baja “se ejecuta sólo la parte de servicios,
instalaciones y comunicación vertical (escaleras y accesos).
Donde se sufre el mayor tijeretazo es en la urbanización de los entornos. De hecho, solo se ejecutará un 15% de lo previsto inicialmente en este apartado. Eso sí, se dará prioridad a tres zonas concretas. El acceso principal a la nave de La Tejera y el edificio auxiliar por un lado; la zona posterior hacia la avenida de Santander para garantizar la evacuación de los asistentes en caso de emergencia, por otro, y se dará inicio del aparcamiento “para cumplir con la reserva mínima de aparcamiento por normativa municipal”.
Con esos mimbres, en mayo del pasado año se lanza la licitación y la propuesta de adjudicación en junio, que no se materializó hasta este mes de mayo. Un año en el limbo que obligó a un nuevo papeleo administrativo, al tener que retraer todas las administraciones las partidas presupuestarias comprometidas en 2023 a 2024. Así, hasta este mayo, cuando todas las administraciones implicadas (Estado, Ayuntamiento, Junta y Diputación) cumplieron. En mayo, la adjudicación y en septiembre, la firma y, ahora, parecer, la obra en marcha.