La empresa Proyecon Galicia firma el encargo de 5,1 millones de euros para la rehabilitación del espacio en un plazo de dos años
Ahora sí (o no), parece que La Tejera de Palencia vuelve a coger vuelo. Despacio, como un dirigible al que las fluctuaciones de los gobiernos (nacionales y locales), las crisis económicas y las dificultades técnicas han estado alejando durante dos décadas de su objetivo final: convertirse en un Palacio de Congresos para la Ciudad de Palencia.
No lo será al estilo de lo que pretendía hace lustros Patxi Mangado, pero si por fin le salen todas las cosas bien a este espacio fabril palentino, en dos años será un lugar de referencia para la ciudad.
Porque ahora sí, la empresa que fue adjudicataria de las obras del proyecto de rehabilitación de la antigua fábrica de La Tejera para centro de formación, congresos y ferias en Palencia, Proyecón Galicia, ha plasmado negro sobre blanco su compromiso para asumir dicha encomienda. Quizá algo desfasada, porque hace ya más de un año que presentó su oferta en liza con otra palentino-vallisoletana.
Hace cuatro meses se oficializó la adjudicación, pero no ha sido hasta este lunes, 9 de septiembre, cuando se ha hecho efectiva esa firma, a pesar de que los plazos para la formalización del contrato eran de 15 días hábiles desde la notificación.
A partir de ahora comienzan a contar los tiempos para ver convertido en algo más que en un criadero de rastrojos la antigua Tejera: 24 meses. Y el dinero del que dispondrá Proyecón serán 5.112.110 euros, IVA incluido.
Un camino lleno de ‘ladrillos’.
Muchos han sido los retrasos que han ido jalonando este proyecto desde que en 1993 el Ayuntamiento de Palencia se hizo con las instalaciones. Hasta 2000 no se redactó el proyecto, a cargo de Francisco Mangado (el mismo arquitecto que el de La Balastera) y no es hasta 2005 cuando comienzan las obras por parte de UTE Condisa-Ortiz que se encuentra con problemas en el subsuelo.
Tantos, que fue necesario realizar un estudio geotécnico que implicó bastantes cambios en el proyecto. Desde tirar muros a cambiar el tipo de hormigón. Más euros de gasto que la empresa no quiso asumir, por lo que se rescindió el contrato para dárselo paradójicamente, a Volconsa: Voladuras Controladas SA.
Durante su ejecución de las obras se hicieron ensayos sobre los elementos de fábrica que se iban a reutilizar en la estructura nueva y se descubre que sus capacidades no eran válidas, por lo que se redacta un segundo modificado en 2011 que rediseña la estructura de la nave de La Tejera. Pero para entonces Volconsa ha volado. Le pilló la crisis y quiebra. Como a La Tejera.
Parón
Tras años sin avances, en 2016, hace 8 años, dos mandatos, se licitó un concurso para redactar el nuevo proyecto de Rehabilitación de la antigua fábrica La Tejera de Palencia para centro de formación, congresos y ferias, que fue adjudicado a la UTE RuedaPizarro – Antonio Cantero.
Se presentó terminado en 2018 y cuando se quiso sacar a concurso la ejecución de la obra tras la pandemia las administraciones se dieron cuenta de que con el dinero que se había determinado que cada una de ellas pagaba, 5,3 millones de euros en total, no llegaba. De hecho solo daba para el 75% del proyecto.
Por ello, se redactó una adenda. Mismo dinero, pero restando aspectos a realizar.
Así, en la adenda se explica que “para poder dar respuesta al incremento de los precios de acuerdo a la actual situación económica, la actuación presenta el siguiente detalle: Se ejecuta el 100% de la rehabilitación del edificio de la nave de La Tejera, que es la parte más singular y de mayor valor patrimonial de la actuación”.
Del edificio auxiliar, dentro de su planta baja “se ejecuta sólo la parte de servicios,
instalaciones y comunicación vertical (escaleras y accesos).
Donde se sufre el mayor tijeretazo es en la urbanización de los entornos. De hecho, solo se ejecutará un 15% de lo previsto inicialmente en este apartado. Eso sí, se dará prioridad a tres zonas concretas. El acceso principal a la nave de La Tejera y el edificio auxiliar por un lado; la zona posterior hacia la avenida de Santander para garantizar la evacuación de los asistentes en caso de emergencia, por otro, y se dará inicio del aparcamiento “para cumplir con la reserva mínima de aparcamiento por normativa municipal”.
Con esos mimbres, en mayo del pasado año se lanza la licitación y la propuesta de adjudicación en junio, que no se materializó hasta este mes de mayo. Un año en el limbo que obligó a un nuevo papeleo administrativo, al tener que retraer todas las administraciones las partidas presupuestarias comprometidas en 2023 a 2024. Así, hasta este mayo, cuando todas las administraciones implicadas (Estado, Ayuntamiento, Junta y Diputación) cumplieron. En mayo, la adjudicación y ahora, en septiembre, la firma.
Lo que restan, 24 meses de obra, si no encuentran ningún escollo, sería el período más dulce del proyecto.