Dos agrupaciones de Kosovo y Panamá y una cantante internacional ayudaron al festival de folclore A Concejo a subir varios escalones en nivel y calidad. Un ascenso sin posibilidad de retorno que el público acogió con agrado
La importancia de poner en valor las raíces, la tradición y la singularidad de cada pueblo era uno de los objetivos que se marcaba la Concejalía de Cultura, Turismo y Fiestas en estos Sanantolines que acaban de concluir. Y ese objetivo se canalizaba mediante un recurso que ya teníamos, como era el Festival A Concejo. Un evento consolidado en la programación de San Antolín que, sin embargo, había dejado de celebrarse en los últimos años.
Tras su regreso el año pasado, durante estas fiestas ha dado un salto de calidad que es toda una declaración de intenciones hacia el futuro, como reconocía ayer, sobre el escenario, la folclorista y directora de baile del Grupo de Danzas ‘Jorge Manrique’ de Palencia, Esther Miguel, su impulsora. “Tengo que agradecer la increíble sensibilidad que ha tenido toda la corporación municipal a la hora de apoyar este proyecto”, afirmaba.
La respuesta de que el público ha ofrecido a toda la programación del A Concejo desde su inicio el pasado fin de semana, con un mercado tradicional de indumentarias e instrumentos y la actuación de varios grupos de danzas, así como la presentación del espectáculo ‘La Celtibérica’ por parte de El Naán, hasta su finalización ayer con un apartado internacional, confirma que el folclore tiene una cabida destacada en la programación cultural y festiva de la ciudad.
Si bien la sede del festival era el escenario de la Plaza Mayor, la programación no dejaba de lado a los barrios: las mismas agrupaciones internacionales que anoche daban color a la principal plaza de la ciudad habían hecho lo propio, previamente, en las plazas de San Pablo y el Carmen.
Decenas de músicos y danzantes del Ballet Nacional de Kosovo abrieron ayer la programación especial del A Concejo Internacional en la Plaza Mayor. Se trata de la primera vez que esta agrupación oficial visita España desde la independencia del país balcánico, lo que supone un doble hito a la difusión de su folclore. Tras él, el público pudo disfrutar de la candidez y delicadeza de las bailarinas y bailarines del Conjunto de Proyecciones Folklóricas Elsa Estela Real de la Universidad Autónoma Chiriquí de Panamá, lo que acercó hasta Palencia la danza y la música tradicional de este estado centroamericano, tan diferente a la propuesta anterior.
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No pudo haber mejor culminación para el festival que el concierto de Teresa Salguerio, que se programaba también como uno de los ofrecidos dentro del ciclo de Homenaje a la Mujer palentina. “Qué valientes fueron las mujeres de esta ciudad… Demostraron que, cuando las mujeres y los hombres trabajan unidos y en igualdad, pueden llegar mucho más lejos”, afirmaba la cantante portuguesa, conocida por haber prestado su voz al famoso grupo Madredeus, uno de los más internacionales de la escena lusa. El recital de Teresa Salgueiro no conjuró jaleo y danza, sino silencio y emoción: el público parecía hechizado por su prodigiosa voz, que escuchaba en total quietud y sin pestañear para no perderse ni un instante de las mágicas melodías tradicionales portuguesas y latinoamericanas que Salgueiro recorrió.
Y así, entre hechizos, sorpresas y colores, termino esta primera edición del A Concejo Internacional que, siguiendo la lógica y el corazón, no debería dejar de celebrarse en los Sanantolines del futuro.