Tres establecimientos son sancionados en una sola noche por excesos de ruido o aforo, además del conductor de un vehículo por llevar la música a tope de madrugada
La noche palentina va cogiendo pulso. Poco a poco. Quizá demasiado despacio para el gusto de los propietarios y también de los clientes que aprovecharon el ‘juernes’ para adelantar un poco los carnavales. El latido de la noche, se oyó anoche, quizá demasiado.
Tanto que tres establecimientos de ocio nocturno de la ciudad echaron la verja al acabar la jornada con una sanción por sus excesos. De ruidos o de aforo.
Según informa la Policía Local de Palencia, a la una de esta madrugada, un particular avisó de las molestias por ruidos procedentes de un establecimiento público de la calle Rizarzuela. Una patrulla se desplazó hasta el lugar, confirmando los ruidos.
Además, al comprobar el limitador del sistema de sonido del local pudieron ver que no solo estaba apagado, sino que estaba hasta desenchufado de la red eléctrica. Solo por eso, los agentes redactaron un informe para que el servicio de Medio Ambiente realice una inspección al local para cerciorarse de la instalación del equipo de sonido y de su preceptivo limitador. De igual forma propusieron para sanción al establecimiento “por ejercer la actividad con las puertas abiertas, trascendiendo la música al exterior”.
Apenas unos minutos después, el bullir de la noche palentina de los jueves llevó a otra patrulla de la Policía Local de La Zona al Seminario. A la calle Cardenal Almaraz. Allí, dentro de las rondas que realizan por los diferentes locales comprobaron como en uno de ellos, presumiblemente, había un exceso de clientes. Consultando la ficha, ratifican que el establecimiento tiene un aforo máximo permitido de 65 personas, cuando en su interior había prácticamente un centenar. Así que procedieron a desalojar el local y sancionar a su responsable.
Sigue la noche
Quizá ese destemple sirvió para algunos para iniciar una retirada a tiempo. Pero no a todos porque un poco más avanzada la noche, en torno a las 3 de la madrugada, y como si fueran nocturnos que buscan la penúltima antes de la vueta a casa, los agentes tuvieron que desplazarse hasta la calle La Cestilla a petición, de nuevo, de un particular.
Se quejaba por las molestias que estaban generando, clientes a la puerta de un establecimiento. Allí se comprobó, como en la calle Rizarzuela, que el local estaba desarrollando su actividad con las puertas abiertas, lo que provocaba que la música del bar se escapara hacia la calle, molestando a los vecinos. Motivo que le valió al propietario para recibir la sanción.
Fiesta en el coche
Y por si la noche de fiesta palentina en los locales y negocios habilitados para tal fin, aún hubo palentinos que decidieron seguir la fiesta por su cuenta y riesgo, a cuenta de de los vecinos que de madrugada trataban de conciliar el sueño. Así que, antes de llegar a casa, a algunos les dio por usar el sistema de sonido de su vehículo para mantener el pulso para la noche.
El problema es que lo hicieron con el volumen a todo trapo y con las ventanas y las puertas abiertas… a las 4,16 horas, en la calle Rizarzuela. Resultado de la noche, sanción por molestias a los vecinos.
Cuatro ejemplo de que la vida nocturna palentina está volviendo, muy poco a poco, a ser lo que era…