Los organizadores afirman que se trata de un evento privado al que acudirían un máximo de 400 personas durante todo el fin de semana
Elena F. Gordón / ICAL
La Guardia Civil fue requerida para intervenir hoy en las horas previas a la celebración de un evento organizado en una finca del municipio leonés de Sariegos, donde estaba prevista una fiesta de música electrónica que duraría todo el fin de semana y que iba a contar con la presencia de 15 artistas, según los promotores.
Desde última hora de la mañana, efectivos del Instituto Armado acudieron a la zona y a primera hora de la tarde su presencia superaba la decena de vehículos y la veintena de agentes. Allí, tuvieron ocasión de escuchar los argumentos de los organizadores, que defienden que no se trata de una convocatoria pública sino dirigida a las personas que han querido sumarse, como miembros, a la Asociación de los Amigos de la Música y las Artes de León, constituida en pasado mes de mayo.
“Queríamos dar una oportunidad a nuevos jóvenes que quieran salir a la luz, en cualquier modalidad artística y ahora hemos tenido este problema. En nuestros estatutos figura la organización de eventos musicales. La confusión es que para la Guardia Civil esto se ha publicitado y se cobra una entrada, pero es la cuota anual de socio de 35 euros. Ha sido un malentendido tanto con la Junta como con el Ayuntamiento de Sariegos y hemos sabido que no nos autorizan dos horas antes de abrir y ahora esto nos acarrear muchas pérdidas”, argumentó uno de los organizadores, Robert Requejo.
Para la puesta en marcha de esta fiesta musical, los promotores contaron con la participación del colectivo madrileño Phase.Ctv cuyos integrantes se definen como “amantes de la música electrónica que surge por la necesidad de cambio, tanto en el funcionamiento de la escena como en la imagen que existe sobre la música electrónica en nuestro país. Nos centramos mucho en conseguir un ambiente familiar con todo lo que hacemos”.
Uno de sus miembros comentó Ical que se presencia en León se debe a su intención de “ayudar en la contratación de artistas y en el montaje del evento y ahora nos va a generar la ruina a nivel personal”.
La cita pretendía reunir a un máximo de 400 personas en una nave y la finca colindante situadas junto a la carretera N-630, donde se había acondicionado el terreno para acoger a los asistentes desde la tarde del viernes y hasta terminado el fin de semana.