La fuerza de la amistad

Editorial de Sergio Lozano, junio 2023

La vida no deja de sorprenderme gratamente. Hace escasos días vi un hecho que no pudo por menos que conmoverme y pude sentir delante de mí y con mis propios ojos la fuerza del auténtico amor. El amor puro de la amistad sincera. Ese amor que ni se jacta ni se engríe (como nos decían en misa en el internado), que aguanta sin límites. Ese que se da sin pedir ni esperar nada a cambio. Ese que sale desde muy adentro y el que lo recibe se siente el ser más afortunado del mundo.Ese amor que da sentido a nuestras vidas y que puede mover montañas.
Daban las 2 de la tarde cuando oigo entrar en la redacción de Palencia Invierte a unas personas que hablaban efusivamente con mi compañero David, quien se encuentra siempre a la entrada. Al poco me llama y observo atónito a una fiel amiga de la casa llamada Ana con un bebé, dado que acaba de ser una joven mamá primeriza, y le acompañaba otra joven coreana del sur llamada Daseul a quien a finales de febrero de 2020 tuvimos la suerte de conocer en una anterior visita a Palencia, justo antes de la pandemia.
Pues bien, esta simpática e inteligente coreana conoció a nuestra querida Ana allá por el 2015 cuando ambas estudiaban en Burgos y en apenas siete meses en los que compartieron piso, estudios y un sinfín de vivencias, surgió entonces una amistad tan fuerte que años después siguen cultivando con mucho entusiasmo.
Cual es mi sorpresa, que me deja sin palabras, cuando me entero que la joven coreana Daseul, que reside en Australia (nuestras antípodas), se encontraba por trabajo en Vietnam, y teniendo tan sólo tres días y medio libres en el trabajo, y dado que su querida y añorada amiga española del alma Ana acababa de ser madre, quiso hacer un viaje relámpago con 48 horas de transbordos desde Vietnam hasta Palencia para poder abrazar a su amiga, ver a la recién nacida, dar la enhorabuena a los padres y apenas permanecer 36 horas con ella para volver luego a Vietnam.
Os aseguro que conozco muy pocas amistades, por no decir ninguna, que por muy verdaderas que sean, y que por mucho afecto y amor que sientan la una por la otra, hagan ese duro y largo viaje para pasar tan poco tiempo juntas.
Sentía envidia sana de ver tan felices y sonrientes a esas dos antiguas amigas de estudios y cómo seguían así de unidas a pesar de la enorme distancia que las separa y de ser de culturas tan distintas.
Me contaba la propia Ana que sus padres quieren y sienten a Daseul como una hija más, que su madre cuando las ve dice “mis dos princesas” y las abraza.
Daseul a pesar de no haber dormido por el largo y complicado viaje, venía emocionada de poder ver a su querida amiga Ana y su pequeña recién nacida y me decía deseosa que tenía muchas ganas de ver a sus padres y comer nuevamente un rico cocido que las habían preparado.
Es en estos momentos cuando me doy cuenta de lo positivo que son los avances en las comunicaciones y las nuevas tecnologías, que permiten que una bonita y pura amistad se pueda mantener tan viva.
Ojalá en la vida podamos tener muchas personas que nos quieran, respeten y aprecien tanto como Daseul a Ana y que ese tremendo cariño sea mutuo y compartido.