Miguel de Santiago

El escritor palentino publica ‘La música en el alma’

Por Fernando Caballero

La interrelación entre las artes es una constante en el mundo de la creación: películas basadas en noveles, operas basadas también en novelas, danzas basadas en relatos literarios… La creación artística constituye una tela de araña en la que las bellas artes han migrado de una a otra para crear obras que se identifican mutuamente y han pasado a la historia de la cultura. Una pieza que trasciende varias artes es el poema sinfónico ‘Así habló Zaratrusta’, compuesto por Richard Strauss en 1896 e inspirado en la obra homónima del filósofo Friedrich Nietzsche, que a su vez se identifica con la célebre escena inicial de la película ‘2001. Odisea en el espacio’, en la que un simio lanza al cielo cósmico, a cámara lenta, el hueso de un animal que se convierte en nave espacial.

La relación entre la literatura, la música y la pintura conoce ahora una nueva obra escrita por el palentino Miguel de Santiago (Fuentes de Nava, 1948), sacerdote, poeta y periodista, que en ‘La música del alma’ (PPC Editorial) busca la armonía entre la poesía y la música con las pinturas enmarcadas en el expresionismo abstracto de Pilar de la Fuente, religiosa de la Congregación de las Siervas de San José, que actúan de vasos comunicantes entre los poemas en prosa del autor.

No es la primera vez que la poesía de Miguel de Santiago se incursiona en la prosa poética. Su anterior libro, ‘Hojas de otoño’ (PPC Editorial, 2022) ya cultivó este género. Los dos libros están editados en la colección Manuales de Oración, en tanto que el autor plantea estas obras como una forma expresiva de acercarse a Dios a través de plegarias. En este caso, con textos basados en composiciones musicales. Escribe en la introducción el también académico de la Institución Tello Téllez de Meneses que “la música se expresa en un lenguaje universal, habla cuando las palabras son incapaces, ya que entra por el oído, va al corazón y puede ser un camino hacia lo transcendente”.

Y esto es lo que lleva a cabo De Santiago en su nuevo libro: un viaje a lo trascendente, al más allá –Robert Schumann decía que la música permite comunicarse con el más allá–, al cielo, a la mística, al encuentro con Dios, a través de la armonía, de los ritmos bellamente escritos. Porque la música que le ha inspirado resulta bella y melódica. Cuarenta y cinco son las composiciones que le han inspirado, cuatro de Beethoven, pero también de otros grandes clásicos, como Haynd, Vivaldi, Mozart, Mahler, Dvorak, Bach, Händel, Ravel, Stravinsky, Schubert, Pergolesi y Monteverdi. Pero también hay creadores contemporáneos, como los españoles Joaquín Rodrigo y Manuel de Falla, el compositor de películas Ennio Morricone y de musicales Andrew Llord Weber.

Miguel de Santiago extrae de las composiciones musicales impresiones, estados de ánimo, emociones, recuerdos, vivencias personales y meditaciones, pero también un mensaje espiritual y teológico: nos encontramos delante de verdaderas oraciones y reflexiones sobre la condición humana que quiere encontrarse con la divinidad, así como invocaciones a la paz –en los textos inspirados en ‘El hombre armado: Una misa para la paz’, de Karl Jenkins y en ‘Da pacem Domine’, de Arvo Pärt–, a la maternidad –‘Stabat Mater’, de Pergolesi–, a la grandeza de la creación –‘Te Deum’, de Marc-Antoine Charpentier–, a la propia música –‘La misión’, de Morricone–, a la luz en el misterio de la noche –‘Claro de luna’, de Debussy’–, a la eucaristía –‘Panis angelicus’, de César Franck–, a la tierra fértil de Castilla –‘Sexta sinfonía (Pastoral)’, de Beethoven–, a la Virgen –‘Salve Regina’, de Monteverdi–, a Jesús Crucificado –‘Alma de Cristo’, de Heinrich Schütz–, al jardín –‘Concierto de Aranjuez’, de Joaquín Rodrigo–, a la nueva humanidad –‘Sinfonía del nuevo mundo’, de Antonín Dvorak (uno de los textos más hermosos con expresiones como “la presencia de la amada es perfume que en el aire desaparece” o “… sigue lloviendo tristeza y noche alrededor del mundo)…

La prosa de ‘La música en el alma’ está cargada de sugerencias, de metáforas, de un lirismo orante, suplicante y piadoso. La poesía se fusiona con la oración en un lenguaje que alcanza momentos de fuerte dimensión mística al encontrarse en los textos el ser humano que reza con Dios al que reza.

El primer poema, basado en ‘Canon’, de Johann Pachelbel, es el único que conserva en su primera parte la estructura clásica de verso endecasílabo y una segunda parte que combina dos versos con la misma métrica y seis heptasílabos. Es el guiño de transición hacia el resto de ‘La música en el alma’, donde el ritmo y la musicalidad se encuentran en una prosa elegante y fecunda.

La edición del último libro de Miguel de Santiago, que contiene un prólogo de Carmen Casado Linarejos, autora de una monografía sobre Miguel de Santiago publicada en 2020  –“el poeta expresa el deseo tenaz de vivir en ese ideal que está dentro de sí mismo, pero que intuye en la música y en la naturaleza”, escribe  sobre ‘La música en el alma’–, incluye códigos QR para que el lector pueda escuchar todas las composiciones que han inspirado al autor, lo que permite tener una perspectiva global de la relación íntima y gozosa entre la música y la bella prosa poética que propone el académico de la Tello Téllez.

Ficha del libro

Autor: Miguel de Santiago.

Título: ‘La música en el alma’

Editor: PPC.

Páginas: 213.

Precio: 16,50 euros.

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