La Diputación de Palencia celebró el pasado año doscientas actividades culturales a pesar de las numerosas dificultades derivadas de la actual pandemia del coronavirus, incluido el confinamiento total vivido durante la primavera y las muchas restricciones de contacto social y aforos en recintos cerrados aplicadas como medidas preventivas del contagio durante la mayor parte de 2020.
A pesar de esas limitaciones, el Servicio de Cultura de la administración provincial organizó doscientos eventos en aproximadamente un centenar de localidades, lo que revela el compromiso de la Diputación con la cultura en el medio rural. Asimismo, estas cifras muestran la capacidad de adaptación, en la medida en que se combinaron las convocatorias culturales presenciales con la oferta de otras para disfrutar de modo telemático mediante conexión, en directo o en diferido, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación.
Con motivo de la crisis sanitaria y tras levantarse el confinamiento, la Diputación de Palencia transformó su programación de verano Espiga, cosecha cultural —buque insignia de este servicio de la institución, esperado por palentinos y visitantes— en el ciclo Volver a ser, Cultura, una oferta cultural y de ocio de calidad integrada por ciento once actividades en noventa y ocho localidades de toda la geografía provincial, que se desarrollaron cumpliendo con los protocolos de seguridad para evitar contagios. La pandemia impidió celebrar ciclos tan emblemáticos como las Puestas de sol, en el patrio del Palacio Provincial; o el Festival Internacional Palencia Antiqua, programa de conciertos de música medieval y renacentista española en colaboración con el Centro Nacional de Difusión Musical, que depende del Ministerio de Cultura.
CON EL SECTOR LOCAL. Esta programación especial Volver a ser, Cultura, que apostó fundamentalmente por actividades al aire libre, logró una asistencia total estimada de siete mil setecientas personas. Contó, asimismo, con la participación de veinticinco grupos artísticos y formaciones musicales palentinas, con setenta y siete artistas del sector local en los escenarios, a los que hay que añadir otras ocho empresas de servicios encargadas de la logística de espectáculos y actividades (técnicos, grabaciones, sonido, presentación, diseño gráfico).
Esa misma estrategia de apoyo al sector de la cultura de la provincia se ha aplicado en la programación navideña, celebrada en gran medida de manera telemática —el ciclo logró cerca de tres mil quinientas visualizaciones—, en la que participaron siete artistas y colectivos palentinos, más ocho empresas de servicios. Además, unas doscientas cincuenta personas asistieron al Teatro Ortega para el concierto de homenaje al compositor de cine John Williams, y más de cuatro mil visitaron el belén de estilo napolitano en el Centro Cultural Provincial, y otras setecientas cincuenta el instalado en La Olmeda.
Tanto la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, como la diputada delegada del área de Cultura, Deporte y Turismo, Carolina Valbuena, han subrayado hoy este aspecto del apoyo a los creadores palentinos, durante el balance de la actividad del Servicio de Cultura, en el que se ha avanzado la continuidad de esa estrategia en el año actual. Ángeles Armisén destacó que toda la programación cultural se desarrolló sin incidencias y con total seguridad. Asimismo, agradeció al público la buena acogida de la oferta y a los ayuntamientos y al sector cultural de la provincia su cooperación «para mantener el vínculo que la cultura establece, un vínculo con seguridad que en este tiempo nos ha reconfortado más que nunca, como contrapunto a la pandemia y los problemas derivados de ella».
La Diputación de Palencia, que dotó en 2020 a Cultura con una consignación presupuestaria cercana a los cuatro millones de euros, va a mantener prácticamente esta misma cifra para ese programa en el presupuesto del ejercicio que acaba de comenzar —3,85 millones de euros—, aun cuando es previsible que durante buena parte de 2021 continúen algunas de las limitaciones consecuencia de la crisis sanitaria.
UN TRIMESTRE CERRADA. La Villa Romana La Olmeda, en Pedrosa de la Vega, con su museo de Saldaña, se mantuvo en 2020 como recurso turístico-cultural de primer nivel, al recibir más de veinte mil visitantes: en concreto, contabilizaron 20.742 visitas, pese a que permaneció cerrada aproximadamente un trimestre —de mediados de marzo a mediados de junio—, y que reabrió al público con aforos limitados (cincuenta personas en la villa y treinta en el museo saldañés, que llegó a once mil visitas). Lógicamente, esas cifras se sitúan lejos de las que se registraban antes de la pandemia (en 2019 La Olmeda superó los 58.000 visitantes), pero arrojan un promedio de más de 2.300 entradas cada mes de apertura, aun con las restricciones de aforos. Asimismo, el pasado año se programaron desde la villa medio centenar de actividades culturales para seguir telemáticamente (como la llamada vitrina cero, pasatiempos didácticos, talleres de mosaico, entre otras).
Por su parte, la Villa Romana La Tejada, en Quintanilla de la Cueza, que prácticamente abrió la mayor parte de 2020 previa cita y durante poco más de cinco meses, rondó el pasado año el millar de visitantes (en torno a doscientos visitantes cada mes de apertura). También se programaron actividades telemáticas desde la Biblioteca Tello Téllez, como la biblioteca abierta, que logró cerca de mil doscientas visitas, concentradas fundamentalmente en las semanas de confinamiento.