El grupo estará presente en la jornada del sábado del Festival Palencia Sonora, que cumple su XX aniversario, con el parque del Sotillo como epicentro de su programación
“A veces, tendemos a un discurso genérico sobre los festivales y son muy importantes. Un festival de este tipo para Palencia hace que, a nivel local, se movilice mucha gente y los asistentes conozcan tipos de música a las que no hubiera llegado sin este evento. Tiene mucho valor que haya gente que nos conozca, por ejemplo, a nosotros en un festival como Palencia Sonora, desde un activismo cultural”. Claro y directo, así se muestra en declaraciones a la Agencia Ical Guille Milkyway, el responsable de La Casa Azul, en un símil a sus canciones, las cuales “no se contienen” y presentan un cariz enérgico y melódico en su forma.
Lo nuevo de ‘Prometo no olvidar’. ¿Apuesta por la energía y la euforia musical?
Me cuesta explicar las cosas de manera próxima, pero dentro de dos años te lo podría decir. Mi intento es que ‘Prometo no olvidar’ es empezar a mirar con alegría al futuro y aceptando todo lo malo y los errores. Aunque tiendo al drama, sí que tiene unas características de quedarse con lo bueno. Hay gente que lo escucha y dice que es muy conmovedora, pero cuando la tocamos en directo me doy cuenta que tiene una energía para volver a empezar y reconectar desde la paz.
¿Pop hipermelódico como sello de la casa?
La verdad es que sí. Somos muy variopintos en los géneros y nos gusta de todo. Hay dos elementos que definen el pilar del grupo, y uno de ellos es la canción melódica. La melodía es algo muy importante. El otro elemento se relaciona en explicar todo en primera persona e intentar utilizar pocos aspectos metafóricos, sino continuar un discurso en el que se utilizan palabras pequeñas. Pero, claramente, la canción melódica es lo que define a nuestro grupo.
¿Qué tiene la música de la Casa Azul que engancha y anima a la gente?
Es distinto según el entorno, porque al escucharla en la intimidad percibe ese trasfondo derrotista y triste y uno se mete en mi manera de ver las cosas. Pero luego la forma es todo lo contrario, que tampoco lo hice apropósito, pero me doy cuenta que no lo se hacer de otra manera. Más que una forma alegre, creo que ese resultado en la gente se debe a que la música no se contiene, lo que hace que funcione muy bien, más todavía en un ámbito festivo, álgido y emocional. Al final son momentos terapéuticos para salir de la realidad.
¿Relación con el público como aspecto clave del éxito?
Es esencial. Cuanto más fiel es el fan, menos tienes que justificar, porque entiende mi discurso. Al cabo de los años, nuestro público entiende lo que hacemos y nunca hemos engañado. Ese punto sincero, en el que no se hace ningún truco, facilita todo y más cuando es sostenido en el tiempo.
¿Hacia dónde tiene que mirar la Casa Azul?
Es algo que no ha preocupado demasiado, ya que te llevas sorpresas continuas. Hace no mucho apareció una canción nuestra, llamada ‘El momento’, en la serie ‘Élite’, una canción que pertenece a la etapa de la madurez y tener que aceptar una realidad compleja. Sin embargo, de golpe conecta, otra vez y de forma extraña, con gente muy joven, que también entienden ese discurso desde su prisma. Esa es la gracia de todo. No vale jugar a clichés, sino explicar tu historia para que alguien la entienda y conecte con su historia, aunque sea distinta.
¿Qué le espera al público de Palencia?
Será el segundo concierto con una puesta en escena un pelín distinta a la que hacemos. También hemos cambiado repertorio, porque estamos en un momento muy compacto como grupo en comparación con la última vez que estuvimos en Palencia. Creo que se notará una evolución y disfrutamos el triple con seis músicos en directo. Habrá una propuesta visual guay y pasaremos un buen rato.
¿Visión del Palencia Sonora?
Se ha hecho un hueco en España. A veces, tendemos a un discurso genérico sobre los festivales y son muy importantes. Un festival de este tipo para Palencia hace que, a nivel local, se movilice mucha gente y los asistentes conozcan tipos de música a las que no hubiera llegado sin este evento. Tiene mucho valor que haya gente que nos conozca, por ejemplo, a nosotros en un festival como Palencia Sonora, desde un activismo cultural. Al final sólo nos quedaríamos en Barcelona y Madrid, porque si vivo en una ciudad del centro puedo tener acceso a más propuestas, pero en otros sitios no es tan fácil.
De 2007 a 2023. ¿Sigue muy viva ‘La Revolución sexual’?
Así es y de manera muy natural. Si hemos tenido suerte en la vida es que todo ha pasado de una forma muy orgánica. Esa canción salió en 2007, quedó en tercer lugar en la selección para Eurovisión en el año del Chikilicuatre y luego ha tenido otra vez un impulso, ya que funcionara por libre. Alguien pueda tararearla sin tener ni puta idea del grupo que la canta, lo que hace que sea una ventana. Nunca la dejaremos de tocar en los festivales, porque soy consciente que habrá personas que solo conocen esa canción tuya y creo que tienen derecho a disfrutarla. Yo soy muy feliz cantando ‘La Revolución sexual’.