Javier Cortes. Butaca del Cine

I see you (Te veo) 2019

Es un placer, un auténtico placer toparte de casualidad con películas como “I see you”, ¡bendita casualidad! Si algo me ha quedado claro después de ver este film es que no todo está escrito y mucho menos explorado en este mundillo del cine y hasta un género tan manoseado hoy en día como el del suspense, puede darte de vez en cuando gratificantes sorpresas. Hay esperanza queridos lector@s, saber que aún quedan ideas frescas, que no es necesario contar con grandes actores o actrices, aunque aquí tengamos a Helen Hunt, para llegar al público y entretenerlo. Ojalá inversiones no tan grandes para producciones mediocres y más pelis con menos presupuesto pero con contenidos de calidad. Desde esta columna, seguimos trayendo títulos de calidad y seguiremos haciéndolo, para que los ratos libres sean lo más amenos posibles.

El matrimonio de los Harper se tambalea, una infidelidad de Jackie (Helen Hunt) ha desembocado en un deterioro en su relación, que también influye en el comportamiento de su hijo. Greg Harper (Jon Tenney) cada vez pasa menos tiempo en familia, además, las extrañas desapariciones de niños en el pueblo, hacen que su trabajo como detective necesite más de su compromiso. Con todo esto, por si fuera poco, una serie de sucesos extraños empiezan a acontecer en la morada de los Harper. Lo sorprendente de todo es que es solo el principio de una pesadilla que tendrán que afrontar juntos y que tendrá un desenlace inimaginable.

Que la oscarizada Helen Hunt (Mejor Imposible -1997 -), es una de las grandes actrices de Hollywood de las últimas décadas es una realidad, aunque de un tiempo a esta parte, sus apariciones en pantalla hayan sido muy escasas. Verla aquí vuelve a ser un gustazo y aunque no haga el papel de su vida, lo cierto es que cumple con creces en este film de suspense donde nada es lo que parece. Y no lo es, porque el brillante guionista y director, al menos en esta ocasión, Andrew Schuth, que no tiene un gran currículum cinematográfico, nos ha regalado una de esas historias en las que hasta el final de los finales, no te das cuenta de que nada de lo que pensabas que iba a pasar, ha pasado. Y conseguir eso es difícil, honestamente.

Una historia dividida en partes, de la que no se pueden dar muchos detalles para no destapar la esencia de ella, todo es sorprendente. Y lo mejor de todo es que los actores y actrices pasan casi inadvertidos, en el sentido de que los giros que se van dando dejan de lado sus interpretaciones, tampoco hay mucha exigencia, la calidad de verdad está en la historia que se cuenta. No, no vas a pasar miedo, te aseguro que vas a ver una muy buena película.


Aventuras en la isla (2016)

¿Estás preparado o preparada para hacer un imaginativo viaje a tu infancia? Esta es tu historia. Como digo en más de una ocasión, las películas centradas en chiguitos (que se note que somos palentinos) de otras décadas, están cada vez más de moda y seguramente, demuestra que cualquier tiempo pasado fue mejor. O eso nos gusta pensar cuando vamos cumpliendo años y teniendo una edad. “Aventuras en la Isla” es una adaptación de un clásico de lectura juvenil escrito por Arthur Ransome, que tiene en la representación de sus jóvenes protagonistas una parte de cada uno de nosotros, insisto, ¡los que ya tenemos una edad!, en la que nos veremos reflejados casi con toda seguridad.

La familia Walker, sin el padre que no puede hacerlo por trabajo, se desplaza a pasar unas vacaciones a una zona llamada El Distrito de los lagos, en la casa de los Jackson, un matrimonio de edad avanzada, en el que ella es una mujer un poco gruñona pero muy buena y él, un anciano soñador que inculca un sentimiento de aventura a los 4 pequeños vástagos de los Walker. Éstos, Las Golondrinas, como ellos mismos se auto proclaman, siempre han querido “conquistar” una pequeña isla que hay en el centro de un lago y para ello, el señor Jackson les provee de una embarcación que les sumirá en el viaje mas maravilloso de su infancia. Aunque en la persecución de su conquista tendrán que enfrentarse a unas “enemigas” -Las Amazonas -, que no les recibirán con los brazos abiertos precisamente, amén de otras situaciones que pondrán a prueba el ingenio de todos.

Esta original historia apta para todos los públicos, en especial para los más pequeños, vuelve a demostrar que no son necesarios grandes efectos especiales para hacer una película casi perfecta en su totalidad. Y nos recuerda, que en la época digital que estamos viviendo, estamos olvidando enseñar a los niños a amar la naturaleza y desarrollar su imaginación con lo que tenemos más a mano. No veréis ni un solo niño con un móvil, ni tablets, ni nada que se le parezca, entre otras cosas, por la época en que se desarrolla.

Philippa Lowthorpe (Rompiendo las normas -2020-) es la directora de esta maravillosa aventura, que durante toda ella se recrea, incluso abusa, en el buen sentido, claro está, de los paisajes en los que se desarrolla y no hay ni un solo momento en el que te pueda resultar aburrida, es más, el final es tan bueno que te deja con ganas de que haya una segunda parte.


Soul (2020)

Llevamos varios años en que el tándem que forman Disney y Pixar, aparte de ser aún más si cabe, una enorme máquina de hacer dinero, ha marcado dos líneas de producción cinematográficas muy diferenciadas. Una dirigida a los peques de la casa y a un ambiente más familiar y otra dirigida a un público más adulto y maduro. Para esta segunda opción, buscan historias con contenido cotidiano, del día a día vaya, pero con una complejidad no apta para niños y que invitan a la reflexión y al pensamiento. “Soul” te vuelve a tocar la fibra más sensible, como pasó con “Up” -2009-. El atractivo tráiler con el que se presenta lo último de Disney Pixar y la siguiente crítica igual consigue despertar tu curiosidad.

Joe Gardner es un profesor interino de música de instituto. Pero su sueño siempre ha sido ser un integrante de una banda de jazz. El mismo día en que después de años, le confirman que va pasar a formar parte de la plantilla de profesores permanentemente, recibe una llamada para tocar en la banda de una importante cantante. La mala suerte hace, que cuando consigue la prueba, caiga por una alcantarilla y empiece su viaje al más allá. Sin estar muerto todavía, comienza una odisea para regresar a la tierra y volver a la vida, para ello, contará con la ayuda de un alma muy peculiar llamado 22, que aunque en principio no tiene ninguna idea de ayudarle, conforme se van conociendo, pondrá todo de su parte para que Joe pueda hacer realidad su sueño.

No es sencillo resumir esta película en pocas palabras, la complejidad con que el director explica cómo se imagina el más allá, como idealiza la creación de almas que dan personalidad a todos y cada uno de nosotros y nosotras, solo es comprensible una vez que te ves esta peli entera.

Sorprende que haya gente que no se anime a ver estas películas por relacionarlas con un público más infantil. Disney y Pixar han madurado mucho y con ello sus largometrajes, adaptándose a los tiempos que corren. Si bien es cierto que están arriesgando, si lo miramos desde la perspectiva que pueden llegar a “quemar” la temática, véase lo que está pasando por ejemplo con el universo “Star Wars”, si reducen sus historias a contar siempre más o menos lo mismo. Lo que es admirable es la manera en que lo cuentan y la imaginación y comparativa que utilizan, creando un ambiente tan atractivo e irresistible si me apuras, que es imposible no asomarse.


Chernobyl (2019)

No soy yo un fanático de las series que digamos, hoy en día hay tantas y tantas, que me resulta imposible tener continuidad con sus capítulos y temporadas. No dudo de la calidad, ni de lo interesantes que serán muchas ellas, pero de momento, procuro que el cine llene parte del tiempo libre que tengo. Dicho esto y después de la recomendación de varias personas de mi círculo de amistades y la buena prensa que la ha precedido, me he decidido a ver “Chernobyl”, una serie corta, que consta de 5 episodios, tan intensos cada uno de ellos, que cuando te quieres dar cuenta, te la has “merendado”.

Chernobyl, gira en torno a la tragedia que se vivió en esa zona de la extinta Unión Soviética, cuando en la central nuclear hubo una explosión que desencadenó una de las catástrofes más importantes y graves de la historia de la humanidad. Hoy en día aún quedan secuelas de todo aquello y pasarán muchos, muchos años para se pueda volver a ver una cierta normalidad. Y eso, a pesar de que incluso se hacen “tours” para que turistas curiosos puedan visitarlo por módicos precios – que no me esperen por allí -.

Centrándonos en la miniserie, los papeles protagonistas se reparten entre grandes actores y otros de menor renombre pero con interpretaciones memorables. Entre los primeros se encuentra gente de la talla de Jared Harris, Stellan Skarsgård o Emily Watson, todos ellos excepcionales en cada aparición. Hay que decir también, que durante toda la emisión, se entremezclan diálogos reales con ficción, lo cual le da más realismo y credibilidad a todo, si cabe. Contar una historia de la magnitud de la que aquí se cuenta, con todo lo que explica y meterse en los papeles más significativos, no es tarea fácil. Más aún, cuando después de verla y descubrir todo lo que hubo detrás y lo que rodeó a los hechos (si es que todo ocurrió así), puede llegar a poner en peligro la propia vida de los actores y en este caso me refiero a amenazas de todo tipo, incluso de muerte, por parte de fanáticos y otros personajes que tampoco merece la pena nombrar aquí. De hecho, el director, muestra detalles del inconsciente comportamiento de las personas (algo así como lo que vemos hoy en día, cuando hay una catástrofe y curiosos de todo tipo están “filmando” con su móvil sin pensar en las consecuencias) ante situaciones tan límites.

Ni uno de los 5 episodios te deja un momento de respiro, desde que empiezan hasta que acaba. La crudeza y dureza de lo que se tuvo que vivir allí queda bastante bien reflejado en todas las escenas.


Clásicos del cine

Ciudadano Kane (1941)

¿Qué hace una película como “Ciudadano Kane” en un sitio como éste? Este periódico, nuestro espacio de clásicos y por supuesto, nuestros lectores, bien merecen recordar uno de los más grandes largometrajes de la historia, no lo digo yo, lo dicen todos los listados que se encargan de hacer esos rankings. Para este humilde aficionado y redactor, hablar de esta joya es todo un reto, además de un placer y un privilegio. Cuando apostamos por traer clásicos de cines a esta sección, lo hicimos porque creímos conveniente acercar y descubrir al público lector, esas historias icónicas que son de más fácil acceso hoy en día. Además, la gala de los Oscars 2021 está a la vuelta de la esquina, una gala marcada este año por la pandemia y que será especial y diferente por muchos motivos, que tendremos la ocasión de analizar en próximos números. Para hilar nuestra película de este mes con dichos premios, decir que una de las favoritas a priori será “Mank”, de David Fincher, y cuya trama se centra en el guión del film del que voy a hablar a continuación.

La película empieza por el final, es decir, el protagonista, Charles Foster Kane (Orson Welles) muere nada más comenzar, dejando además un enigmático mensaje con su última palabra: Rosebud. Debido a la importancia del personaje, el periodista Jerry Thompson (William Alland) empieza a indagar en la historia de su vida, para intentar llegar al significado de esa palabra que pronunció al fallecer. Nacido en el seno de una familia humilde, Kane pronto se va a vivir con Walter Parks Thatcher (George Coulouris), el cual tiene intención de convertirle en el hombre más rico de América. Lo consigue a base de concederle la mejor educación en los colegios de más renombre en su infancia y montando un imperio que gira en torno a su éxito en la prensa escrita, en su madurez. Kane ya es un hombre popular, querido entre todos los que le rodean, con éxito en los negocios y las finanzas, pero con un dolor irreversible que le persigue durante toda su vida, el afecto familiar tan necesario, que no sintió en su niñez.

Nueve nominaciones tuvo a los Oscars “Ciudadano Kane” y solo se alzó con una estatuilla, Mejor Guión Original (la controversia de este premio es en torno a la cual gira la antes mencionada “Mank”). Éste y un Oscar Honorífico en 1970, fueron los dos únicos premios de la Academia que consiguió el genial Orson Wells en su carrera.

Wells “guionizó”, protagonizó y dirigió esta obra maestra, basada en la vida de William Randolph Hearst, un poderoso hombre cuya fortuna se amasó a través de la prensa, y que la película no le deja en muy buen lugar, puesto que lo retrata como un hombre que consigue todo su éxito aprovechándose de los demás y con nula preocupación por las consecuencias de cada uno de sus actos. Aunque su éxito no fue rotundo en su estreno, así lo indica la recaudación que obtuvo en su momento y que apenas superó la inversión, el paso del tiempo y la unión en las valoraciones positivas la han convertido en, seguramente, la mejor película de la historia. Tan original como ingeniosa, con unos diálogos reflexivos, llenos de frases pragmáticas, Orson Welles, que ya dio muestras de su don innato imaginativo con la emisión pocos años antes del programa radiofónico “La guerra de los mundos” y que tanta controversia creó, se alzó como una de las figuras más importantes del Séptimo arte.

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