El colectivo ha presentado alegaciones en contra de la instalación de cinco proyectos de producción de energía en varios municipios del norte de la provincia. Consideran que de llevarse a cabo la comarca se convertiría en un “polígono industrial”
La Asociación de Vecinos de Orbó continúa movilizándose para evitar que se instalen en los términos municipales de Cervera de Pisuerga, Salinas de Pisuerga, Aguilar de Campoo, Barruelo de Santullán y Brañosera un total de cinco proyectos de producción de energía. Por ello ha presentado una serie de alegaciones en la Junta de Castilla y León ante la solicitud por parte de las empresas promotoras de la autorización administrativa previa y evaluación de impacto ambiental de, concretamente, dos plantas eólicas y tres fotovoltaicas.
Desde la asociación ven peligrar “de forma dramática e irreversible” el entorno ya que el impacto “negativo” de estos proyectos afectará “a todo el paisaje, así como al excelente patrimonio cultural de la comarca”. Y es que la Montaña Palentina tiene ganada fama de ser un “espacio natural envidiable” y de llevarse a cabo la creación de estas plantas de producción de energías “se convertirá en un polígono industrial”.
Destacan desde la Asociación de Vecinos de Orbó que los habitantes de estos municipios han decidido vivir aquí “a pesar de las dificultades que entraña el día a día de los pequeños pueblos, pero aún así los beneficios que hay compensan”. Beneficios que detallan como un paisaje limpio, un aire puro, una naturaleza bien cuidada, el silencio y la tranquilidad. Algo que se vería “roto” de llevarse a cabo estos proyectos “aunque los distintos estudios de impacto ambiental tratan de minimizar, cuando no ocultar directamente, los efectos perjudiciales de cada uno de estos proyectos”.
En el caso de los eólicos, indican en las legaciones que su tamaño sería de “tres veces mayor” que los que hay ya instalados en El Pical, con aparatos que alcanzarían los 230 metros de altura y en el caso de las placas solares su extensión sería de 100 hectáreas “muchísimas más de las que tiene cualquier núcleo urbano de la comarca”. Añaden que todo ello “sería completamente perniciosas para la naturaleza y para los monumentos, con la consiguiente pérdida de su gran valor económico”.
IMPACTO ECONÓMICO NEGATIVO
Matizan en las alegaciones que “todo esto supone también un perjuicio económico extremo para la comarca, que desde hace muchos años ha orientado su vocación hacia el turismo cultural y de naturaleza, entre otras actividades muy poco o nada agresivas con esos valores. Los supuestos empleos y beneficios económicos que valoran los estudios de impacto ambiental presentados, no compensarán en modo alguno los que se destruirán, especialmente en una hostelería que es muy dependiente del turismo”.
En cuanto a la creación de empleos en la zona, señalan que “se insiste en que se generarán puesto de trabajo, especialmente en la fase de construcción de cada una de ellas, pero no se especifica siquiera cuántas personas se contratarán en la zona. Y teniendo en cuenta lo envejecida que está la población y, sobre todo, la falta de especialistas en la comarca para asumir este tipo de trabajos, nos tememos que esas contrataciones serán mínimas”.