Las obras para la construcción de un viaducto para el AVE en Herrera impiden la circulación por los carriles internos de la autovía
Llega el buen tiempo y la con él la maquinaria pesada comienza a moverse tras el parón invernal. Lo hace de manera más intensa en las obras de construcción de la Línea de Alta Velocidad entre Palencia y Cantabria.
Y aunque hay varias vías afectadas por esa pubertad constructora de la primavera recién estrenada, la más llamativa, la que más se ve, es la tocante a la siempre maltrecha autovía A-67.
Cuatro son los puntos donde la traza ferroviaria cortará tangencialmente la autovía y en tres de ellos ya se han producido y producen cortes, limitaciones o desvíos.
En lo referente a la actualidad, esas molestias para los conductores se producen a la altura de Herrera de Pisuerga, donde la construcción de la estructura sobre la que el tren de Alta Velocidad salvará la doble calzada de la autovía ha obligado a cortar los dos carriles internos de la autovía.
Porque en la mediana de la misma irán los apoyos del viaducto y ya se trabaja en ellos, sus cimientos y la preparación de su construcción. En este punto, la autovía está encajonada por las obras, porque en sentido Cantabria, las máquinas trabajan junto a la calzada para derruir el acceso al puente de la P-231 (Herrera de Pisuerga-Calahorra de Boedo).
Una carretera secundaria que ahora está cerrada y que obliga a dar un rodeo de entre 15 y 17 a los vecinos de Calahorra de Boedo para ganar Herrera, en vez de los habituales 5.
En el caso de la autovía, de ser necesario el corte total de alguna calzada, quedará la posibilidad de establecer un bypass entre las calzadas, manteniendo un carril para cada sentido o, como se ha hecho hasta ahora, habilitar un desvío por la nacional, pero en este caso debería hacerse desde Osorno hasta Herrera de Pisuerga o Alar, dado que es la zona de la autovía más alejada de la carretera nacional N-611 que hace de soporte.
Otras afecciones.
Además de esta afección ahora directa en la A-67, es previsible que en los próximos meses también se den cortes y desvíos en otros puntos como en el tramo entre Monzón de Campos y Amusco, ya afectado por desvíos por la nacional el pasado año.
Y es que también se tiene que trabajar para levantar el apoyo de la estructura que pasará la LAV sobre la autovía. Actualmente se están construyendo los apoyos laterales, limitando ligeramente la anchura de la calzada.
Donde por ahora no habrá más afecciones será en el otro encuentro entre infraestructuras, en Santillana de Campos, donde durante alrededor de nueve meses el tráfico estuvo desviado por la nacional entre Frómista y Santillana para construir tres viaductos nuevos para la propia autovía y la nacional paralela. El tren de Alta Velocidad pasa en este caso por debajo de los coches, mediante una trinchera.
El último encuentro se dará en las inmediaciones de Alar del Rey, pero por ahora ese tramo se encuentra algo más verde.