Con P de Palencia. Columna de opinión de la periodista y piloto palentina Marta Sastre
Hoy me gustaría hablarles de la Ebau/EvAU. Al parecer muchos escolares se quejan amargamente desde hace años de que tanto los exámenes como los criterios de corrección son discriminatorios. Mientras que en algunas Comunidades se enfrentan a exámenes duros y a correcciones rigurosas, en otros lugares se aplican criterios menos exigentes y suben las calificaciones. El resultado es que muchos de esos alumnos se mueven libremente por las Universidades del país, desplazando a los de la propia Comunidad Autónoma que tienen peores notas.
Por eso, cada día son más las voces que reclaman una selectividad única con preguntas tipo test y corregidas por una máquina para unificar criterios de pruebas y corrección.
Los temarios y las facilidades difieren mucho entre CCAA, lo que genera una competencia desleal y rebaja la exigencia. Esta situación no es baladí, no estamos hablando de números, hablamos de seres humanos que se juegan el futuro, la autoestima y la vocación, en una prueba injusta que supondrá un 40 por ciento de la nota de acceso a la universidad.
Es poner un pie en la vida adulta y la bofetada emocional por parte de las instituciones te deja temblado. Si a todo este sinsentido le unimos que los adolescentes se encuentran en pleno e insoportable apogeo emocional, la situación se me antoja poco menos que estresante.
De repente la sociedad te dice que a pesar de haber sido un alumno 10 toda tu vida, tu recompensa va a ser que no puedes acceder a la carrera de tus sueños porque te falta medio punto.
A mí ponerle nombres y apellidos a esta situación me resulta muy fácil puesto que lo he vivido hace unos días con un amigo al que tengo profunda admiración y que yo sé que sería y estoy convencida de que será, un gran médico.
Niño que estudia y se exige al máximo, siempre el mejor de su clase, educado, empático, buena persona. Es decir, todas las cualidades que yo le pido a un ser humano que tiene mi vida en sus manos si caigo enferma. Sin embargo, y a pesar de todo pronóstico y muchas noches sin dormir, hace la EvAU y no le da la nota suficiente para acceder a la facultad de medicina, como por desgracia le sucede a tantos otros
¿Resultado? Pues hay dos opciones, seguir luchando y repetir la prueba o decantarse por una carrera que como decíamos en mi época “tiene salidas” aunque no le guste.
Como ya habrán imaginado, la mayoría de los estudiantes se decanta por la segunda y se convierten en unos profesionales desmotivados y mediocres o incluso peor, dejan la carrera el primer año. Nuestro pequeño hombrecito se ha decantado por la primera y ha demostrado una vez más que todavía hay esperanza y nuestras nuevas generaciones tienen valores y ganas de luchar por un futuro mejor. Al final, es una enseñanza enorme, aprender a lidiar con la frustración, combatir la injusticia y siempre mirar hacia delante con orgullo por el arduo trabajo realizado.
Sin embargo, no puedo dejar del alzar la voz para que se solucione este atropello. Porque incluso el nombre denota falta de ecuanimidad. En unas comunidades autónomas es con B y en otras con V.
EBAU es el término utilizado en Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Baleares, La Rioja y Murcia; mientras que EvAU se emplea en Aragón, Castilla La Mancha, Navarra y Madrid.
Por favor, que los políticos de turno dejen de prometer una solución cuando se acerca una campaña y ejecuten sus promesas, se sorprenderán al comprobar qué bien se pueden sentir ante un trabajo bien hecho. Los pobres no están acostumbrados a tan digna hazaña.
Con P de Pedro, porque a ti, mi querido futuro Doctor, va dirigida esta columna, porque siempre fuiste y serás un gran estudiante y una maravillosa persona. Mi profunda admiración para ti y para los que luchan por mejorar el mundo.
