El joven abogado burgalés con el que sorprendió Abascal como candidato cierra su etapa en la Vicepresidencia de la Junta no exenta de polémica
Juan García-Gallardo (Burgos, 1991) era un desconocido en política cuando Santiago Abascal sorprendió con el anuncio de que el joven abogado burgalés sería el candidato de Vox a la Presidencia de la Junta de Castilla y León en las elecciones adelantadas por Alfonso Fernández Mañueco el 13 de febrero de 2022. Fue el 22 de abril de ese año cuando se convirtió en vicepresidente del primer Gobierno de coalición del PP con Vox.
Asumió una Vicepresidencia sin cartera desde la que ha marcado el ideario político de Vox en materias como la violencia de género, cambio climático, inmigración, aborto, familia, natalidad, memoria democrática o agricultura y ganadería con el lema electoral de “siembra”. Desde ahí, se convirtió en látigo de la oposición y en muro defensor de los principios ideológicos de su partido.
La polémica y las frases gruesas han guiado desde el inicio la mayoría de sus intervenciones por las que se ha convertido en un habitual de medios nacionales y ha puesto en más de un aprieto a Alfonso Fernández Mañueco, aunque ambos han mantenido en todo momento que el Gobierno de Castilla y León es útil para los ciudadanos y funciona. “Está fuerte como un roble”, llegó a decir el ‘número dos” del Ejecutivo que ha vicepresidido en estos algo más de dos años.
En su última comparecencia en las Cortes para exponer el balance de gestión de mitad de legislatura, en el día en que se incorporó después de la baja paternal por el nacimiento de su primer hijo, hizo un llamamiento al PP para cumplir el pacto de gobierno, en particular en inmigración con el órdago ya de Abascal de romper los gobiernos si las comunidades en las que cogobiernan acogían a menores inmigrantes no acompañados.
Llegó a señalar a los ‘populares’ la lealtad y generosidad de su partido en esta etapa de cohabitación y a advertir de que no podían adoptar medidas unilaterales en la Conferencia Sectorial, motivo oficial de la ruptura del Gobierno. García-Gallardo afirmó que entre barcos y honra, siempre iba a elegir la honra y los principios.
Después de dos años en la Vicepresidencia de la Junta es conocido como uno de los dirigentes de Vox más seguidos, en un primer momento al ser, hasta julio del pasado año, el cargo de este partido con más poder institucional y, además, por sus polémicas manifestaciones públicas.
Ya en los primeros plenos de las Cortes llamó “banda criminal” al PSOE o “imbécil” al que fuera vicepresidente antes que él, Francisco Igea. Pero también han sido continuos los calificativos que él ha recibido desde la bancada socialista como “fascista, machista o xenófobo”. Además de las criticas por una remuneración sin cartera ni competencias, aunque, entre sus funciones, ha estado ser el representante de la Junta de Castilla y León en el Comité de las Regiones de Europa.
Pero la mayor crisis entre los socios se produjo cuando en la rueda de prensa del Consejo de Gobierno, en enero de 2023, presentó un polémico protocolo antiaborto, que animaba a las mujeres a escuchar el latido del feto, por el que la Junta recibió dos requerimientos del Gobierno y cuya existencia siempre negó el presidente Fernández Mañueco. El documento sigue colgado en la web de Sanidad y García-Gallardo nunca renunció a llevarle a la práctica.
Ha sido la política económica, con la bajada de impuestos y la aprobación de dos presupuestos, y la critica al Gobierno de Pedro Sánchez por sus “agravios” a la Comunidad lo que ha unido a PP y Vox. García-Gallardo parece no separarse de “la maldición” que acompaña a quienes han ocupado la Vicepresidencia de la Junta de Castilla y León.
