El directo de Arde Bogotá es tan ambicioso como su proyecto musical. Tal vez por eso, estos jóvenes rockeros se han convertido en el grupo revelación del momento, capaz de lograr el ‘sold out’ de nuestro festival
Tienen entre 27 y 30 años, pero Antonio García (voz y guitarra), Daniel Sánchez (guitarra), Pepe Esteban (bajo) y José Ángel Mercader (batería) ya han hecho historia en el rock independiente de nuestro país. Los cartageneros Arde Bogotá acumulan 1.274.000 oyentes mensuales en Spotify y son parte de la razón por la que el Palencia Sonora 2024 ha colgado el cartel de sold out por primera vez en su historia.
Su juventud no debe confundirse con falta de ambición ni de experiencia: su éxito fulgurante se sustenta en la capacidad de trabajo, inteligencia e intuición musical de sus integrantes. Hablamos con su batería, José Ángel Mercader (Jota), en una larga conversación telefónica cuyo tono amistoso y el nivel de su contenido bien hubieran merecido una caña y unas tapas en alguna barra de bar.
Fuisteis grupo revelación en el Festival Sonorama 2021 y uno de los grupos cabeza de cartel en el 23. Nominados a dos Grammy Latinos en 2023, Premio Ondas al mejor grupo revelación 2023 y, si me permites barrer para casa, vais a ser cabeza de cartel en nuestro querido festival Palencia Sonora. Y por último, habéis vendido en muy pocas horas todas las entradas para el concierto que daréis en diciembre en el WiZink Center. Está claro que algo estáis haciendo muy bien las cosas…
A mí se me había casi olvidado todo lo has dicho porque han pasado tantas cosas y todo sucede tan rápido que a veces no te da tiempo a pensarlo, ¿verdad?
Para nosotros ya era bastante impresionante cuando anunciaron el concierto en el WiZink Center, pero más impresionante fue venderlo en horas, nadie se lo hubiera imaginado. Y echando la vista atrás, hace poco más de un año que salió el disco Cowboys de la A3, y todo lo que ha traído es más que un sueño. Muchas otras bandas tardan años en hacer esto.
Comenzasteis allá por el año 2017. ¿Cómo fue ese camino?
En 2017 todos estábamos realmente encarrilando nuestras vidas hacia algo más normativo, ¿no? Todos estábamos estudiando la carrera o trabajando, o las dos cosas a la vez. Habíamos tocado mucho en bandas de versiones o de rock en Cartagena. Dani, el guitarrista, y yo nos juntamos para tocar y dijimos: oye, estaría guay formar una banda, intentarlo por última vez… Porque aunque tenemos 22 y 24 años, pasa el tiempo, acabaremos las carreras y tiene pinta de que no vamos a poder volver a intentarlo a lo grande nunca más. ¡Y al principio queríamos hacer música funk!
«Dani y yo nos propusimos crear una banda por última vez. Teníamos 22 y 24, pero sabíamos que no podríamos volver a intentarlo a lo grande nunca más»
Puse un anuncio en Facebook buscando bajista y apareció Pepe, a quien conocía del instituto. Nos juntamos a tocar y funcionábamos bien los tres, pero nos faltaba un cantante, probamos con varias personas que no nos acababan de convencer…
Y un día, Dani, saliendo por Murcia una noche universitaria, coincidió con Antonio, con quien tenía amigos en común. Empezaron a hablar… Y al día siguiente nos juntamos para ensayar.
Compusimos ‘Antiaéreo’, que es la primera que sacamos, y a partir de ahí ya fueron ensayos, horas, quebraderos de cabeza y malabares de todo tipo para poder seguir con la banda.
En junio de 2019 autopublicáis ‘Antiaéreo’ y en 2020 ficháis por Sony. ¿Cómo surge?
Autopublicamos ‘Antiaéreo’ en junio del 2019 sin tener ni idea de cómo hacer estas cosas, aunque nos estudiamos bien cómo funcionaba la industria musical porque nos lo tomábamos muy en serio. Hubo boca a boca y ruido en redes sociales… Luego nos presentamos a un certamen aquí en Murcia, que se llama Big Up!, al que viene tanto público como industria musical, periodistas…
Hicimos un concierto por la mañana y otro por la tarde, salieron súper guay. Un periodista llamado Fernando Neira, que es crítico musical, puso un tuit que levantó mucho ruido.
Empezaron a contactarnos sellos de todo tipo. Nosotros decidimos quedarnos con ‘Son buenos’, que son nuestro sello de aquí, dos personas de Cartagena y Murcia.
Pero también había interés desde Sony como discográfica para ficharnos y desarrollarnos como artistas. Vinieron a curiosear a un concierto que habíamos cerrado solos en una sala de Madrid que se llamaba ‘El perro de la parte de atrás del coche’, para ver cómo funcionábamos en directo, y eso fue lo que les convenció para luego iniciar relaciones, hacernos una propuesta…
«La pandemia nos permitió ir calentando poco a poco antes de empezar nuestra carrera de fondo»
Y llega la pandemia. ¿Os sirvió para cocinar buenos temas, para llegar a la gente que estábamos en casa?
Sí, dentro de la desgracia que fue para todo el mundo, nosotros no habíamos empezado a girar y no habíamos sacado nada.
Hubo un festival online en el que se involucró la mayoría de la industria musical que nos dio a conocer y, una vez sacado el EP, pudimos ir a grabar nuestro primer disco y ofrecer los conciertos en formato pandémico, con público sentado y mascarillas… Fue como ir calentando poco a poco antes de empezar la carrera de fondo.
¿Participáis todos activamente en el proceso de composición de vuestras canciones?
Pues depende, claro. Casi siempre, Antonio, que es el cantante, tiene muchas ideas que compone en casa, letras con alguna base sencilla a la guitarra que nos trae y hacemos una Jam Session alrededor de esa idea… Y, si nos va convenciendo, ya nos metemos más… Y al final es un trabajo donde nos involucramos todos.
Componer el disco de ‘Cowboys de la A3’ fue todavía más interesante porque Antonio trajo no solo las canciones con sus letras, sino también un concepto que era unir las canciones con viajes y con animales.
¡Y todo esto no lo enseñó en un PDF! Una presentación con colores, con quesitos del trivial, dibujos hechos por él… Así fue muy fácil entender el concepto y la metáfora alrededor del disco y entrar a componer, porque todos teníamos la misma idea.
«Yo no me siento ni mucho menos un gran músico. Guardo mucho respeto a la gente de Conservatorio»
¿Cómo es un día de un miembro de Arde Bogotá? Si sois grandes músicos, eso es a base de esfuerzo…
Bueno, lo de grandes músicos a mí me incomoda un poco, yo siempre siento que no soy músico, soy una persona que toca la batería: hay personas que se han formado mucho para ser músicos y le han dedicado infernales cantidades de horas.
Guardo mucho respeto por ejemplo a los músicos de Conservatorio.
Nosotros hemos aprendido tocando directamente, en bandas, investigando en internet para analizar y absorber ideas de músicos de otras partes del planeta. Luego hemos empezado a recibir más clases y formación y, sobre todo, ensayar, ensayar y ensayar.
¿Cómo describirías la evolución de vuestro sonido?
Cuando empezamos teníamos claro que queríamos ser una banda de rock, había una especie de vacío en la reivindicación del género en España y mirábamos mucho a las internacionales que llenaban estadios: Foo Fighters, Arctic monkeys, U2…
A partir de ahí el sonido es más ecléctico y se abre al indie, rock, funk incluso a veces hip hop… Y se va definiendo hacia canciones más sólidas que intentamos que sean enérgicas en el directo. En el escenario somos energía y rock, es el lugar donde te liberas artísticamente.
«Que Enrique Bunbury quisiera cantar ‘La Salvación’ con nosotros es un sueño cumplido»
Mencionas cierto vacío en el rock español: hay quien os compara con Héroes del Silencio, con Bunbury, porque en directo sonáis como las grandes bandas internacionales, con esa uniformidad…
Muchas gracias. Eso es esencial, en mi opinión. Si nos fijábamos en las bandas gigantescas, es porque queríamos sentirnos “una banda gigantesca”.
Queremos sentirnos los Guns, con ese despliegue mastodóntico sobre el escenario. Eso es lo queremos para nuestro directo, que hemos trabajado mucho.
No se trata de tocar una canción detrás de otra, sino de estructurarlo, contar nuestra película, entender la psicología del público. Y por eso contratamos a un productor de directo, Raúl de Lara, que tenía muy claro este concepto de ‘live branding’.
Lo fue estudiando y lo fue perfeccionando para poder aplicarlo a bandas que quisieran mejorar su directo. Y con él nos metimos y lo trabajamos tanto en el directo de la gira de ‘La noche’, que ya de por sí fue diferenciador, como en el de esta gira de ‘Cowboys de la A3’.
Algo que fuera potente fuera contundente, pero que estuviera sincronizado, que estuviera ensayado que fuera un gusto verlo, que fuera casi teatral.
Habéis podido hacer colaboraciones con artistas como Dani Fernández o Enrique Bunbury
La música permite conocer a otras personas e inspirarte en aquello que las mueve. Eso te aporta un aprendizaje que es lo que debe quedar en el poso de esta profesión, y no tanto la competición.
No solemos colaborar en nuestros discos porque tenemos claro que son temas nuestros, que definen qué tenemos que decir. Pero más allá de los discos hay espacio para colaboraciones y es muy guay. ¡Y que Bunbury quisiera cantar La Salvación con nosotros es un sueño cumplido!
Y nosotros además, estamos muy contentos de que pudiéramos tener la capacidad creativa de de reformular ese tema para que Bunbury pudiera entrar de una manera más cómoda y que la canción tuviera más sentido. Para mí no es la misma canción: son dos canciones distintas.
«Nos fijamos en las bandas gigantescas porque en el escenario aspiramos a sentirnos como se sienten ellas»
¿Y cómo fue el proceso?
Él está en los Ángeles. Tuvimos una reunión y vimos por dónde podían ir las cosas. Creamos la canción y se la mandamos a él. Metió la línea de voz y reforzó coros, como él consideró, y la verdad es que creo que lo hizo muy bien. Nosotros nos juntamos con Campi Campón, que es un productor que ha trabajado con Vetusta Morla o Jorge Drexler… Y nos hizo hacer una cosa que no habíamos hecho nunca, que era ponernos cara a cara en la misma habitación, todos, para tocar la canción doscientas veces buscando una nueva manera de interpretarla. Y en cuanto encontramos la fórmula de la nueva canción, acto seguido, empezamos a grabarla, ocurrió todo en dos o tres días.
«El cartel del Palencia Sonora es espectacular. Me alucina que haya una propuesta tan distinta de grupos nacionales»
Es vuestra primera vez en Palencia. ¿Qué expectativas tenéis?
A mí es que me encantan los festivales que no son tan grandes, ¿sabes? Porque yo soy muy fan de que haya conexión con el público.
Y cuanto más pequeño es el sitio más me gusta, porque siento la energía de la gente. Por eso me encantan también las salas porque son hervideros, se nota esa presión. Entonces yo espero algo así.
El cartel es espectacular. Me alucina que hubiera una propuesta tan distinta y de grupos nacionales en dos días.
El día que tocamos nosotros, lo mismo te encuentra a Los Invaders que a Rodrigo Cuevas, Cala Vento, Baiuca… Y el día anterior Shinova, que coincidimos mucho con ellos; Shego, una banda súper ponente… Me parece que puede ser un festival muy guay.
¿Cuál es tu canción favorita para tocar en vivo?
Es muy difícil… Me encanta tocar ‘Abajo’, es un tema súper potente; ‘Los perros’, me gusta mucho, mucho… Y ‘A lo oscuro’, también del primer disco, que es muy contundente pero contenida.
Os gusta interactuar con el público. ¿Cuál es la relación con los fans en los conciertos?
Por ejemplo, cuando Antonio baja al público me encanta, parece algo necesario porque creo que la gente necesita sentir todavía más cerca esa energía.
Tenemos una comunidad de fans, muy guay: Ardebogofans. Son gente muy cariñosa que van a todos los conciertos, nos hacen regalos o nos dedican historias increíbles.
Una vez, alguien me gritó desde el público después del concierto, yo me acerqué y esta persona me dio un maxi single en formato vinilo de Wings, que es la banda que hizo Paul McCartney después de los Beatles, con una dedicatoria escrita súper chula de su vida… ¡Pues ese es el nivel!
Desde ahí arriba debe de parecerte una gozada esa perspectiva del público viviendo el concierto, ¿no?
Lo dije hace un tiempo: yo tengo el privilegio de ser el público del público. Y sobre todo también, guardas una responsabilidad. Yo me exijo mucho y me pongo siempre de los nervios antes de todos los conciertos. Un día me da un ataque..
Porque estar ahí arriba es una responsabilidad. Además de ser el público del público, también tengo que ocuparme de que no se caiga nada.
ONLY FOR ‘ARDEBOGOFANS’
Los discos que no les faltan en casa: Abbey road de The Beatles (Jota); La leyenda del tiempo de Camarón de la Isla (Antonio); …And Justice for All de Metallica (Pepe) y AM de Arctic Monkeys (Dani).
Su relación con los festivales: los ven necesarios para llegar al gran público. Destacan el apoyo de promotores como Javier Ajenjo (Sonorama Ribera) en la difusión de bandas emergentes.
Un ritual antes de salir al escenario: Pepe hace flexiones, Antonio calienta la voz, Jota los brazos «para que no me dé un chungo tocando». Luego, gritan juntos, tres veces, «¡Cartagena no se rinde!» y le rezan al dios del rock que corresponda (si es Sevilla, a Triana. Si es México, a Maná…).
Cartagena es para ellos… Un pueblo guerrero, luchador, que les imprime su carácter e inspiración. Siguen sintiéndose «una banda de provincias».
Obras de arte relevantes para Jota: Cien años de soledad, de García Márquez, o la película El Discurso del Rey.
Si Jota no fuera músico… Se dedicaría a algo que le permitiera expresarse y viajar.
Si tuvieran que colaborar con algún artista (y Bunbury ya está…): Le gustaría con alguien radicalmente opuesto a Arde Bogotá. Bad Bunny o Miley Cyrus. Aunque no se resiste a revivir a John Lennon o Freddie Mercury.